Más allá del valor artístico que tienen, las esculturas que emergen de la mano de sus creadores en espacios públicos actúan en muchas ocasiones como elementos transformadores del paisaje y del comportamiento de las personas que allí viven.
Es con esta idea que una vez más, esta semana, se inauguró "Sculpture by the Sea", una exposición que se celebra anualmente en un área de dos kilómetros entre las playas de Bondi y Tamarama, en Sydney, Australia, donde se exhiben esculturas contemporáneas.
Este evento atrae a uos 400.000 visitantes al año: es que de la movida participan más de 100 artistas austra
lianos e internacionales destacados en el ámbito de la escultura.
"Sculpture by the Sea" es la exposición de este tipo más grande del mundo.
Sus organizadores planean la elaboración y exhibición en aquellos lugares que son poco conocidos y frecuentados.
Los artistas emplean materiales flexibles y diáfanos que permiten que las corrientes de aire los muevan y moldeen, generando lo que denomina "coreografías del viento". Muchas de estas obras están acompañadas de sistemas de iluminación para su visión nocturna. La pretensión, afirman, es que la luz natural o artificial construya sombras e introduzca de algún modo al espectador en la escultura. Si a esto se le suma el sonido de la embestida del mar con sus olas sobre la costa, el espectáculo es magistral.
FOTOS: AGENCIA AP