oy les daremos lugar a otros sauces del jardín que son decorativos por sus hábitos de crecimiento y follaje y no tanto por su floración primaveral como el que nos ocupó el domingo pasado, el Salix caprea o “Sauce japonés”, como figura en los catálogos (aunque los japoneses no tienen nada que ver con él porque es nativo de casi toda Europa). También hago la aclaración de que mencionaré sólo los sauces netamente de jardín y que se pueden conseguir con relativa facilidad en los revendedores locales, porque son ofrecidos por los viveros productores de la “pampa húmeda”.
“Aclaremos dijo el vasco y le echó agua a la leche”. Como recomendación general para todos ellos y antes de entrar en la descripción más detallada, recuerden que todos los sauces son ávidos de agua y que su carencia o la mala calidad de ella (“sé’gual”, dijo Minguito) son el origen de muchos de los males que luego provocan las quejas de los ”locos por las plantas”.
Todos los sauces en nuestro Alto Valle de Río Negro y Neuquén, son atacados al fin del invierno (junio en adelante) por un pulgón de gran tamaño y coloración entre gris y negro, que con sus deyecciones cubre sus ramas, hojas, suelo y todo lo que se encuentre bajo él. También son atacados por los tres tipos de arañuela que aparecen en nuestros jardines, pero tanto una como otra plaga se pueden controlar eficazmente con la aplicación de aceite emulsionable al 3% en forma de pulverizaciones cuando se detecta el problema.
Teniendo buen riego y buen drenaje en el suelo, estos ataques se minimizan, porque es bien sabido que las plagas atacan preferentemente a las plantas debilitadas. Estas emiten señales en forma de longitudes de onda que los insectos captan y los atraen, en tanto que las plantas sanas -léase, bien hidratadas- emiten señales mucho más débiles.
Todos los sauces aquí nombrados se multiplican por esquejes, o sea “podos”.
Y ya lo dije ... no voy a repetir chistes con lo de “eléctrico” porque de tan obvios son muy trillados.
SAUCE ELÉCTRICO
El nombre técnico de este sauce es Salix sepulcralis erythroflexuosa, pero en los viveros de origen los identifican solamente como Salix erythroflexuosa ... será porque sepulcralis suena feo y puede espantar a los compradores.
Dice el catálogo de uno de los viveros productores con más predicamento entre los revendedores de la región valletana que es un “arbusto de rápido crecimiento, muy ramificado y de follaje verde claro, caduco. Ramas completamente retorcidas y de corteza de intenso color amarillo, que permite un contraste excepcional en invierno. Las puntas de las ramas se presentan arqueadas y péndulas. Se lo suele injertar sobre pie alto de sauce híbrido, formando hermosos arbolitos para vereda”.
Puedo agregar que la bibliografía lo cita como de origen en la Argentina, de crecimiento columnar en sus primeros años y que luego se hace péndulo y que puede alcanzar alturas de 5 a 6 metros. Prefiere sitios a pleno sol pero soporta media sombra y tolera suelos de mala calidad e incluso algo salinos.
Es también un buen fijador de suelos, especialmente a orillas de cauces de agua.
Yo me permito hacer dos aclaraciones. La primera y principal es que, debido a su follaje péndulo, no es apto para veredas porque entorpece el paso de peatones y los vehículos que circulan o estacionan debajo de él lo destrozan, máxime si tenemos en cuenta que -como todos los sauces- es de madera frágil y blanda. La segunda es que por su avidez de agua, en las veredas sufre deshidratación y es frecuente e intensamente atacado por pulgones, cochinillas y arañuelas.
SAUCE ROJO
Su nombre técnico es Salix purpurea ‘nana’. “Arbusto de baja altura, compacto, traslúcido, de follaje caduco. Hojas finas, lanceoladas sobre ramas cortas de corteza rojo púrpura”. En su tamaño y forma de crecimiento es muy parecido al 'Hakuro Nishiki' y alcanza alturas medias de 3 metros y raramente hasta 5. Es nativo de Europa y este del Asia.
SAUCE JAPONÉS
Su nombre técnico es Salix integra ‘Hakuro Nishiki’. A este sí puede llamarlo “japonés”, porque es oriundo de la isla del sol naciente.
Dice el catálogo que me sirve de referencia general, por ser el que mayormente abastece a los revendedores de la región: “Arbusto de mediana altura. Su follaje es muy particular por el variegado que presenta en la primavera, que lo hace casi blanco, al igual que en los brotes juveniles de verano y otoño. Hojas lanceoladas caducas, que en la adultez cambian el llamativo variegado por un verde intenso” (foto).
Según la bibliografía su altura oscila entre los 2 a 6 metros.
Es nativo de la China, Japón, Corea y sureste de Rusia y está estrechamente emparentado con el sauce “rojo” (tal como lo ilustra el dibujo).
SAUCE TORTUOSO
Su nombre técnico es Salix matsudana variedad tortuosa. La palabra Matsudana, probablemente alude a Sadahísa Matsúdo, botánico japonés del siglo XIX-XX autor de una flora de China (*). De acuerdo al vivero productor ya aludido es un “arbusto de gran altura, de rápido crecimiento, con follaje caduco de color verde claro que en invierno, con su caída, desnuda sus atractivas ramas curiosamente contorneadas, con la corteza de color verde grisáceo”.
La bibliografía en general lo cita como un pequeño árbol de 4 a 8 metros de altura, aunque yo he visto ejemplares de mayor altura en el Valle y siempre en presencia de abundante agua. Su ramaje es en forma de zig-zag, lo que le da el nombre de “tortuoso”, aunque los de habla inglesa lo denominan “Corkscrew Willow” (sauce tirabuzón).
Se multiplica no sólo por esquejes o “podos”, sino que por lo general se lo injerta sobre otros sauces híbridos a cierta altura. Esta altura de injerto debe ser tenida en cuenta cuando está prevista su plantación en sitios donde haya que circular por debajo de él. Tampoco es apto para veredas.
(*) Fuente: www.arbolesornamentales.com
SAUCE LLORÓN
Su nombre técnico es Salix babylonica y es tan ampliamente conocido en todo nuestro país que sobran las explicaciones. “Arbol de gran porte, copa extendida, con sus ramas y ramitas péndulas. Hojas caducas, lanceoladas y largas de color verde claro. Flores masculinas en amentos péndulos que aparecen a fines del invierno. Prefiere suelos húmedos y es de rápido crecimiento”.
Prácticamente no hay chacra del Alto Valle que no tenga o haya tenido algún ejemplar de este magnífico sauce, de los que aún se ven individuos casi centenarios aunque
-como todos los sauces- no es muy longevo. Es un árbol noble que lo único que requiere es buena humedad (cerca del agua, si es posible) y respeto, porque se lo usa como “perchero”, lo que significa que se le entierran clavos y hierros de regular tamaño, que lo lastiman y hacen envejecer prematuramente.
Hay que advertir de la tentación de plantarlo cerca de viviendas y galpones, pues su madera -como la de todos los sauces- es quebradiza.
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