Tal vez por el contacto con la piedra, la historia de la técnica o por la impresionante fidelidad que ésta permite, lo cierto es que desde hace ya diez años el artista visual roquense Marcelo Sewald encontró en la litografía una de sus técnicas preferidas a la hora de trabajar en su obra.
Apasionado, cuenta que la litografía nació en 1798 de la mano del alemán Aloys Senefeld quien casi accidentalmente descubre las propiedades de la piedra caliza, también llamada piedra litográfica o piedra de Baviera, por el lugar de donde proviene. Luego de una importante investigación, Senefeld concluye que esta piedra, a partir de dibujarse con lápices grasos y tratarse con ácidos, sufría una modificación que hacía que después, al mojarla y pasarle un rodillo con tinta, la tinta sólo se adhería en las zonas positivas.
“Esta técnica es antecesora al offset, que se hoy se usa para imprimir los diarios, por ejemplo, –comienza contando–. El taller lo inauguré el año pasado y un tiempito atrás había traído la prensa de Buenos Aires. Me costó mucho conseguirla porque la máquina tiene más de cien años. También conseguir las piedras”.
Sewald explica que hay muy pocos talleres de litografía en el país y que este, hasta donde sabe, es el único de la Patagonia. Y es que para poder utilizar esta técnica, son necesarios materiales muy difíciles de adquirir. “Tenés que tener un taller armado con las piedras y la prensa, que no son fáciles de conseguir porque éstas, que estaban en las imprentas, prácticamente fueron desapareciendo”.
“En Argentina, la litografía se trabajó más o menos hasta la década del ’50 en la imprenta. Después fue reemplazada por otras técnicas. Entonces todo esto que estaba en la industria gráfica fue aprovechado por los artistas, los grabadores, que son quienes hoy conservan las piedras y enseñan y desarrollan la técnica”.
Marcelo hace un pequeño repaso por su currículum: “Empecé con esto en el ’98. Estudié acá en el INSA, hoy IUPA, me recibí, y después de varios años presenté un proyecto en el Fondo Nacional de las Artes para poder hacer litografía. Gané una beca y me fui a Buenos Aires donde estuve casi un año trabajando en el taller de Gabriela Aberastury”. Vale aclarar que Aberastury es una de las principales exponentes de esta técnica en el país.
Sewald continúa detallando su trabajo: “En la estampa sale exactamente lo que está en la piedra. Ésta viene a ser una de las técnicas predilectas para los dibujantes y pintores, por la fidelidad y porque vos dibujás arriba como si estuvieras dibujando sobre una hoja, no tenés que estar haciendo una plancha con ácidos que no sabés cómo queda, acá directamente vos dibujás y tenés un resultado más directo”.
“Se puede observar que tiene trazos como los de un lápiz –sigue Sewald–. El grano de la piedra hace lo mismo que el grano del papel cuando uno dibuja con lápiz. Entonces vas mezclando trazos porque tenés tinta, podés trabajar con una pluma de caligrafía o plumines, lápices, crayones, la piedra toma todos los efectos especiales”.
Sewald reafirma la importancia de la técnica. “Creo que la litografía, cuando aparece, revolucionó el campo de la gráfica. A partir de ahí hay todo un terreno muy importante en el proceso de reproducción y todo lo que es la editorial. De hecho se hicieron mapas, cartas de navegación. Por ejemplo, Napoleón robó toda la técnica: mandó espías a Alemania y robó ideas porque esto permitía hacer millones y millones de cartas de navegación y mapas para los ejércitos”.
AFUERA
En la actualidad, Sewald cuenta con orgullo que hace unos días concluyó la exposición de la muestra Grabadores de la Patagonia, de la cual él formaba parte, en el importante museo español de Huelva. “Somos varios de la región –explica–, de Roca están además Julio Ojeda y Cecilia Guaragna. Es la tercera muestra que se hace en España organizada desde acá. La primera se llamó Estampas Argentinas, y se hizo en Huelva. Y la segunda se hizo en el 2004 en Cuenca”.
El artista y profesor del IUPA cuenta sus experiencias en la zona. “En la región he hecho muchas muestras colectivas e individuales a partir del ’88. He participado más que nada en muestras colectivas.
Es un poco difícil armar una muestra, es un presupuesto y de hecho muchos espacios no hay. Uno lo que intenta siempre es darle circulación y venta a las obras y lo que no se está generando desde hace mucho tiempo en la región es un mercado, alguien que aparte de ofrecerte el lugar pueda ser intermediario para vender, que es lo que en realidad hace que las obras puedan circular. Eso a veces genera ciertas limitaciones. Así que por lo general lo que hacemos, digo en plural porque trabajamos en equipo con otros artistas de la región, es salir afuera que es más fácil”.
LA TÉCNICA EN DETALLE
Sewald cuenta algunas de las especificaciones técnicas de la litografía.
* “La piedra es una piedra calcárea que se pule. Hay piedras de distintos tamaños. La mayoría de las que yo tengo pertenecen a la Litografía Italo-Platense, que aparentemente ha sido una empresa bastante importante en el país. Esto se recicla, después de que terminás de hacer un dibujo se pule. Entonces la piedra dura muchos años”.
* “Una vez pulida la piedra se dibuja arriba con lápices litográficos de diferentes grosores y texturas”.
* “Después la piedra demanda una preparación especial que es la acidulación: la tratás con goma arábiga y ácido nítrico. El ácido hace que el jabón que tiene el lápiz litográfico ataque a la piedra, se fije, y la goma arábica hace que, las áreas negativas del dibujo, al mojarse y entintarse se rechace la humedad de la piedra. Básicamente el proceso litográfico es la reciprocidad del agua y el aceite”.
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