l arbolado urbano es todo un problema aparentemente sin solución. Al menos así lo parece a la luz de las continuas mutilaciones y extracciones sin sentido que se observan en esta ciudad de General Roca.
Estos hechos tienen múltiples orígenes, aunque el que parece cargar siempre con las mayores responsabilidades es el vecino. Empeñados en echar la culpa a los demás (salvo pocas y honrosas excepciones), autoridades y funcionarios comunales no aprovechan debidamente a su personal capacitado y así van pasando los años y todo sigue igual.
De nada sirven ordenanzas de arbolado urbano y prohibiciones de poda si al mismo tiempo no se pone un poco de empeño en buscar alternativas válidas. Hace 30 años que en toda reunión que hay sobre el tema se escuchan las mismas quejas e idéntica pobreza de soluciones.
Tengo el convencimiento de que de poco sirven esas prohibiciones e incluso los castigos si no se ofrecen alternativas viables. Roca acaba de perder una excelente oportunidad de hacerlo.
OPORTUNIDAD PERDIDA
Luego de la tala de los bosquecillos de cipreses y pinos en la rotonda sobre Ruta 22, realizada entre “gallos y medianoche” sin ningún aval técnico, se sembró el prado que hoy permite observar sus bocas de expendio. Además, el municipio exigió a los comercios que propiciaron esta tala el resarcimiento arbóreo a razón de tres árboles por cada uno extirpado … cosa que habrían cumplido recientemente.
Era realmente una excelente oportunidad para analizar cuidadosamente qué nuevas especies y variedades se podrían introducir para su prueba en la ciudad en sitios estratégicamente elegidos. Es cierto, iba a ser en base de “prueba y error”, pero en los tiempos actuales pensar en hacer ensayos de mediano o largo plazo es una auténtica utopía. Al menos se hubiera evitado la etapa de la siembra o estaqueado en vivero, que es el proceso más largo y difícil, al incorporar plantas listas para colocar en el lugar definitivo.
Información hay a nivel mundial si se quisiera investigar y también experiencias de ciudades de clima similar al nuestro, tanto en Argentina como en el extranjero. Incluso hay experiencias locales, como los perales de flor plantados hace dos años sobre avenida Roca, de los cuales sobrevivieron aquellos que recibieron un mínimo de cuidados, como los ubicados frente a la ex Valle Fértil.
MÁS DE LO MISMO
En el pedido se optó por más de lo mismo y es así que se nos informó del arribo de plátanos, tilos y aromos. Faltaba saber dónde se los ubicaría.
Según fuentes bien informadas, los plátanos serán destinados a embellecer el acceso desde el aeropuerto, que hasta ahora es un verdadero páramo. Es una excelente idea, pues creo que si reciben el riego adecuado y se los protege de los vándalos los primeros años, en pocos más tendremos una arboleda respetable para que lo disfruten los vecinos del sector y les de la bienvenida a los viajeros.
El plátano demostró sobradamente su resistencia y la capacidad de sus raíces de aprovechar todo “pucho” de agua. En eso se parecen a los olmos, pero con raíces mucho menos invasivas.
DUDAS
Los tilos y aromos serían plantados en el predio del ferrocarril. La idea en si no es mala, pero tengo mis serias dudas de que ambas especies puedan prosperar en ese lugar.
Al tilo ya lo conocemos. Basta con observarlo cuando empieza a hacer calor para comprobar cómo su follaje se “quema” por el salitre del suelo y el agua. Frente a nuestra editorial, sobre calle Sarmiento, reciben riegos diarios en abundancia y a pesar de eso en diciembre prácticamente se quedan sin hojas… de cinco que había, sobreviven tres a duras penas.
El aromo es de por sí un árbol errático en el prendimiento y es muy común que haya fallas inexplicables, al menos para mí hasta ahora. Plantados tres o cuatro en hilera, unos llegan a crecer bien en tanto otros se vuelven amarillos (cloróticos) y sucumben.
Tanto tilos como aromos son plantas hermosas, de eso no caben dudas, pero el suelo de ese lugar, donde hace casi 100 años los ingleses acumularon calcáreo para dar firmeza a las vías, no los favorece para nada. En mi opinión, son más aptos para suelos arenosos y profundos, como los que podemos encontrar al norte del Canal Principal… incluso el aromo
-como buena acacia que es- en esos suelos puede ser resistente a sequía.
Todavía se está a tiempo para cambiar la forestación o eventualmente realizar los trabajos necesarios de mejoramiento de suelo…, porque el riego estará asegurado... y lo digo con toda franqueza… espero equivocarme.
TEODORICO HILDEBRANDT
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