amos a entrar hoy y de una buena vez por todas al tema de las rosas actuales y que usted puede adquirir en los viveros revendedores de la región. “¡Al fin! –dirá usted–, porque mire que anduvo con vueltas”. Lo asumo, pero “un cacho de cultura a nadie le hace mal”.
Arranquemos entonces desde 1867 en adelante, que es la fecha en que se creó la primera rosa híbrida de té reconocida como tal. Según la enciclopedia virtual wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Rosa) “el invento surgió por casualidad, cuando Jean-Baptiste Guillot estaba intentando mejorar una rosa naranja en el Lyon-Monplaisir. El resultado fue una flor muy olorosa y con una larga floración, distinta en tamaño y características a las rosas que había hasta entonces. La rosa de té original, anterior a la creación de los híbridos que sucedieron a la invención de Guillot de Francia, era más pequeña, casi sin olor y se producía en una escasa paleta cromática: blanco, rosa y rojo”.
Con el logro de este francés se verificó una “bisagra” en el tema de las rosas. Las de antes de esa fecha se conocen como “rosas antiguas” y las posteriores hasta la actualidad son “rosas modernas”.
Ya les dije en mis dos notas anteriores que el mejunje es infernal y que ni siquiera los expertos suelen ponerse de acuerdo, de modo que mal se lo pueden pedir a este humilde servidor, quien sólo trata de aclarar las cosas.
Como dice mi amigo Luis: “Teo, no me aclares más que oscurece”.
Tratando de que eso no le suceda a usted, me voy a basar en la clasificación que encontrará en el catálogo del vivero más grande del país y que lo tenemos a la vuelta de la esquina.
Le agregué algunas acotaciones mías, para darle un poco más de luz... espero que no se me apague la vela.
Para saber cómo era esa primera rosa, “La France”, nada mejor que un dibujo de esa época, aunque sea pequeño.
GLANDIFLORAS
Plantas descendientes del cruzamiento entre híbridas de té y floribundas, de las cuales conservan sus características sobresalientes: pimpollos largos que florecen en ramilletes. En la foto, Prominent.
FLORIBUNDAS
Plantas de menor tamaño que las híbridas de té. Florecen en ramilletes con gran cantidad de flores de tallo. Son muy apreciadas para bordes, terminaciones de canteros y agrupadas para adicionar color al jardín.
Se las conoce con este nombre desde aproximadamente 1930. Se originaron de cruzamientos entre híbridas de té con Rosa multiflora, que es una silvestre con numerosas flores, lo que dio origen a arbustos con umbelas de intensa floración de flores pequeñas.
Al continuarse con el cruzamiento con híbridas de té, se fue logrando la misma paleta de colores de estos híbridos, con lo cual aumentó también el tamaño individual de las flores.
Durante mucho tiempo no recibió una denominación. En los Estados Unidos se las llama también “Grandifloras”. En la foto, Charles Aznavour.
ARBUSTIVAS
Estos rosales se recomiendan para cubrir espacios grandes. Deben plantarse con una separación entre plantas mayor que el resto de las especies. Sus flores pueden ser del tipo de las híbridas de té, floribundas, grandifloras o inglesas. Crecen como arbustos de varios metros de altura y necesitan espacio para desplegar toda su belleza.
Una planta aislada o un pequeño grupo, pueden ser el punto focal en un jardín o lucir cerca de árboles o arbustos de follaje perenne. Son rosas que crecen con ramas erguidas que luego se van arqueando con su propio peso. Se prestan para ser plantadas en forma individual o en grupos. Alcanzan alturas de entre 150 a 250 centímetros.
Las arbustivas se pueden trasformar en trepadoras, de acuerdo a la longitud de sus vástagos. Este es el caso, por ejemplo de las rosas inglesas. En la foto, Cocktail.
HÍBRIDAS DE TÉ
La poetisa griega Sappho, en el 600 a.C., llamó a las rosas “las reinas de las flores”. Pues bien, las “híbridas de té”, son las “reinas de las rosas” y se distinguen por tener pimpollos largos que nacen generalmente de un solo tallo. Sus flores son las preferidas para cortar.
Este es un grupo producto de cruzamientos que tuvo gran significación entre 1810 hasta 1910 y el primer híbrido creado en Francia, en 1867, se llamó “La France”.
Las primeras plantas de este tipo llegaron a Inglaterra procedentes de la China, por lo que suelen ser algo sensibles a temperaturas debajo de los -15ºC.
El origen de su nombre conoce dos versiones. Por un lado se sostiene que, al ser originarias de una jardín en China de nombre “Fan Tee” o “Fa Ti”, al llegar a Inglaterra se la bautizó “Tea-Rose” (“rosa de té”). Por el otro que, por ser trasportadas en los barcos de la British Ostindien-Companie en cajas de té, recibieron ese nombre genérico.
Su principal característica es que cada tallo, largo y erguido, suele dar una o muy pocas flores de gran tamaño. Este tamaño aumenta si se realizan tratamientos de poda y desbrote de los pimpollos indeseados durante la formación de la vara floral.
Las alturas que alcanzan son variables, pero oscilan entre los 60 a 120 centímetros o más, si se las deja crecer libremente. En la foto, Malicorne.
ROSALES DE CORTE
Se producen sobre portainjertos Manetti (de estaca). Se recomiendan para la producción de rosas de corte en invernaderos.
MINIATURAS
Son plantas de menor tamaño, muy sanas y fáciles de cultivar. Sus hojas y flores pequeñas forman una mata compacta que se adapta a cualquier lugar del jardín, ya sea en borduras, rocallas o bien en macetas.
Con su altura de entre 15 a 30 centímetros, este grupo de rosas es especial para pequeños canteros o rocallas y lucen muy bien en forma individual. Por supuesto, son ideales para quienes no tienen jardín y deben satisfacer su placer con maceteros o espacios muy reducidos, siempre que su profundidad no sea menor a 30 centímetros y se les provea de suelo nutritivo con muy buen drenaje.
Para que se puedan apreciar en plenitud sus delicadas flores y sus ramas casi sin espinas, el distanciamiento no debería ser superior a los 20 centímetros. En la foto, Red Cascade.
ANTIGUAS ROSAS INGLESAS
Se caracterizan por combinar las delicadas formas y fragancias de las rosas antiguas, con la diversidad de colores y floraciones prolongadas de las modernas híbridas de té y floribundas.
Mejoradas por el genetista inglés Pat Austin, son las de más reciente aparición en el mercado y rescatan la forma y el perfume de las Rosas Antiguas y el tamaño y colorido de las híbridas de té. Su característica es una gran flor principal, pocas secundarias, agradable perfume y un crecimiento arbustivo, por lo que requieren espacio para desplegar su belleza. En la foto, Abraham Darby.
TREPADORAS
Por su hábito de crecimiento son las plantas favoritas para vestir el jardín de colores, cubriendo muros, trepando por los postes o acompañando el movimiento de las arcadas.
Se aclara que no se enredan sino que trepan al enganchar sus espinas en las ramas de árboles u otro sostén, por lo que casi siempre es necesario atar sus largas ramas para ayudarlas a subir. El vigor es característico de cada variedad, pues así como “Gloria Dei” –de grandes flores perfumadas de color amarillo– pareciera que no tiene límites, otras son mucho más modestas, como “Climbing Super Star”, de color salmón y poco vigor.
Entre ellas se diferencian aquellas de largas y finas ramas, que provienen de cruzamientos de rosa wichuraiana con rosa multiflora. Por lo general florecen una sola vez en primavera y, con una poda adecuada, a veces con una segunda floración de menor intensidad.
Son una escala intermedia con las arbustivas, pues cuando los vástagos crecen mucho en longitud, se pueden convertir en trepadoras y con poda se las mantiene como arbustivas pero además, sin elementos de sostén, pueden ser utilizadas como cubresuelos de gran vigor. En la foto, Schneewitchen.
MEIDILAND
Son rosas paisajísticas creadas por la casa Meilland.
Este tipo de rosas se caracteriza por su rusticidad, adaptación a todo tipo de suelos, resistencia a plagas y enfermedades y capacidad de floración continua. Existen dos grupos: arbustivas y cubresuelos.
Se aconseja la formación de setos o grandes grupos de un solo color sobre césped y fondos arbustivos. La distancia media de plantación es de 50 a 70 centímetros. La altura es de 50 y 150 centímetros, según las variedades. En la foto, Red Meidiland.