Las mallas de fibra de vidrio son resistentes, flexibles y ligeras, así como inalterables en el tiempo, lo que las hace muy apropiadas para varios de los lugares más críticos de una construcción tanto tradicional como industrializada.
Los componentes de la malla fueron estudiados para dar resistencia a la alcalinidad de la mezcla y protección durante la instalación.
De esta forma se garantiza que aún con el paso del tiempo, las mallas sigan ejerciendo su función de refuerzo. Otra característica importante es la apertura de la malla que es adecuada para una aplicación fácil y de total compatibilidad con la mezcla. Su flexibilidad, las hace adaptables a cualquier superficie.
Por su alta resistencia a la tracción, las mallas de fibra de vidrio, han sido especialmente diseñadas para absorber las dilataciones producidas por los cambios bruscos de temperatura y asentamientos sobre paramentos diferentes, evitando que llegue a fisurarse el revoque que lo recubra.
Las principales funciones de la malla de fibra de vidrio son: aumentar la resistencia al impacto, prevenir las grietas y mejorar la integridad de los revoques y la terminación.
SEGÚN EL USO
Para atender las diferentes necesidades de la industria, particularmente en resistencia al impacto, han sido desarrolladas una amplia lista de mallas. Hay para refuerzo de enlucidos de yeso en interiores, reduciendo el riesgo de fisuras y para refuerzo de paramentos verticales revestidos con yeso proyectado. También están aquellas para el armado de revoques finos a la cal. La segunda medida (algunos la señalan como Malla 120) es para refuerzo de revoques tradicionales y preparados, en interiores y exteriores, tanto aplicados por medios habituales coma proyectados. Según sus fabricantes, esta malla facilita el anclaje de revoques sobre materiales o placas aislantes, refuerzo de esquinas, ángulos, rincones, y revoques, o revestimientos rugosos. También reduce las fisuras en la unión con mezcla de materiales de diferentes propiedades como el caso de paredes de ladrillo con hormigón, elementos metálicos con hormigón, etc. El siguiente calibre de malla es para pisos que reciben cargas normales, mejorando la resistencia mecánica, refuerzo de carpetas autonivelantes, reduciendo las fisuras en la unión de diferentes pisos. Un grado más de rigidez implica contar con una malla para el armado de morteros impermeabilizantes, morteros monocapa y de granulometría fina, a la vez que reduce las fisuras en la unión con mortero de materiales de diferentes propiedades como el hormigón y el hierro, o el hormigón y el ladrillo; además se puede aplicar en fachadas, revoques, y revestimientos rugosos, refuerzo de esquinas, ángulos, y rincones, facilitando el revestimiento con mortero sobre materiales o placas aislantes.
MAS RESISTENTE
Dentro de la amplia gama de mallas de fibra se encuentran aquellas fabricadas para su uso en condiciones más desfavorables, como en pisos industriales o locales de alto transito, que se confeccionan a base de resinas epoxídicas o poliuretánicas, mejorando la resistencia mecánica. Se las usa también como refuerzo de esquinas, ángulos, rincones
de paramentos o columnas que estén sometidas a posibles impactos y como reducidora de las fisuras en la unión de diferentes pisos de alto tránsito.
LA COLOCACIÓN
El soporte debe estar limpio, seco y libre de partículas sueltas u otras películas de protección.
Previo a su colocación se recomienda enrollar la malla en sentido contrario al formato de presentación, para evitar curvaturas indeseadas y conseguir la planeidad requerida.
En general la malla se sujeta con la misma masa de material que se quiere armar (mortero, pintura, yeso).
Se debe extender una primera capa de material y posteriormente instalar la malla sobre el paramento vertical de arriba abajo, embutiéndola y presionándola con ayuda
de una llana en la primera capa de material aun fresco.
En zonas expuestas a impacto como balcones, terrazas, o zócalos, con objeto de mejorar la resistencia mecánica, puede ser colocada doblada.
Después del endurecimiento de la primera capa se recubre con una segunda capa del mismo material.
En el caso de la colocación de materiales proyectados con una máquina se debe proceder de idéntica manera; en tanto que para reforzar pinturas elastoméricas, se aplica una primera mano de pintura, se embute la malla o vela con un rodillo o llana plana cuando la pintura esta todavía húmeda y una vez seca, se aplica una segunda mano de pintura.
Para los especialistas en trabajos de rehabilitación, donde no haya una buena planeidad de la superficie para aislar, será necesario usar algún tipo de sujeción mecánica de la malla de paramento. Las mallas de fibra de vidrio deben solaparse un mínimo de cinco centímetros tanto longitudinal como transversalmente.