Anticipamos que íbamos a continuar tratando de aportar ideas para ponerle el pecho a las balas ... o mejor dicho a la ironía de la falta de agua a la vera de ríos caudalosos. El objetivo es aunar la solidaridad hacia nuestros vecinos con el cariño a nuestras plantas.
En la nota anterior intenté dejar en claro que el sector más vulnerable a la falta de riego en un jardín es el césped y por eso recomendé ser prudentes a la hora de planificar la superficie que éste va a ocupar. No cabe ninguna duda de que reducir superficie verde será un sacrificio para muchos de nosotros, pero tengamos en cuenta que un césped se puede establecer en un año ... desde un otoño al otro.
Por otro lado, en lo que a mantenimiento se refiere, es también el césped el que mayores “recursos humanos” requiere y que este eufemismo se refiere a “laburo”, o sea la amansadora de cortar todas las semanas para que luzca prolijito el sábado y domingo, que son los días en que la familia más lo disfruta ... desde mi posición de machista asumido, aclaro que este “recurso humano” casi siempre es nuestro sudor de marido o compañero, que así nos ganamos el postre.
UNA ZONA SEMIÁRIDA
La clave es entonces planificar no sólo la superficie que va a ocupar un césped y el esfuerzo que costará mantenerlo, sino qué tipo usar en las presentes circunstancias de escasez de agua.
Reitero una vez más que debemos ser conscientes de que nuestra Patagonia es en su gran mayoría semiárida a árida, donde si no se riega diariamente no prospera ningún cultivo. Parecería que por influencia de muchas personas oriundas de regiones más llovedoras, esto no se tiene en cuenta.
Es así que continuamos plantando árboles que crecen bien en lo que llamamos “la pampa húmeda” y que aquí llevan una vida de subsistencia ... “a gatas” ... y no quiero entrar en detalles en esta nota.
También con otros cultivos del jardín solemos cometer el mismo error, sean arbustos, herbáceas y césped. En todos ellos el problema no se nota, porque con los riegos adecuados los podemos mantener ... sólo en momentos de crisis como los actuales, nos damos cuenta de su vulnerabilidad ... donde se seca una azalea prospera sin problemas una “penca” (o tuna, si le gusta más).
Este tipo de jardinería de zonas áridas se llama “xeriscape” en inglés, o sea una amalgama de “xeric” (árido) con “landscape” (paisajismo). Por supuesto que no le estoy proponiendo un jardín de tunas y cactos, pero por ahí “rumbea” la cosa.
CÉSPED INGLÉS
Un césped es en realidad un campo de pastoreo al que se lo corta todas las semanas. El “césped inglés” tuvo su origen en los campos de pastoreo de ovejas de la Inglaterra del Siglo XVII y XVIII, que luego se trasformó en “lawn grass” y -ya más sofisticado- en “greens” de una cancha de golf, que se corta dos veces por semana por lo menos.
Esos tipos de césped se caracterizan por tener una mezcla de gramíneas (pastos) muy suaves y tiernos, gracias a climas muy húmedos y lluvias y nieblas frecuentes en una isla como la británica. Cuanto más tierno un “pasto”, más débil es su sistema de raíces y cuanto mayor es esa debilidad, menos posibilidad tiene de resistir desecamientos del suelo porque es muy superficial.
¿CÉSPED “PATAGÓNICO”?
Cuando comencé a hacer jardines y a mantenerlos, usaba las mezclas ofrecidas en las casas del ramo. Como soy curioso, también comencé a hacer un seguimiento de las diferentes variedades de pasto que la componían, por lo general raigrás, poa, agrostis y phalaris (léase falaris) ... todas, menos el raigrás, habían desaparecido en el comienzo de la segunda primavera y la pregunta del millón era entonces para qué me servían, si además eran las más caras de la mezcla.
Fue así que comencé a usar raigrás puro y no se notaba la diferencia con respecto a las mezclas. Pero cada vez me llamó más la atención un pasto que crecía en las chacras sin ningún cuidado especial y empecé a averiguar.
También observaba que en la “chacra vieja” del INTA, en J. J. Gómez, el parque recibía agua una vez por mes, aproximadamente, por lo que era auténticamente una pastura natural con algunos “pirulos” encima. Desde el otoño hasta el primer riego por manto en setiembre se veía amarillo, seco por completo, pero al primer riego reverdecía estupendamente y se mantenía presentable toda la temporada de riego de la chacra.
Pude averiguar que ese pasto era festuca alta (Festuca arundinacea) y con ese antecedente me dije “¿por qué no?” y lo comencé a usar en jardines (en ese entonces no había internet) y hasta el día de hoy “no me defraudó” (¿le recuerda a alguien?). Es de hebra semidura, algo áspera y germina por manchones pero, una vez que “agarró”, es “duro de matar” y además hoy en día se ofrecen variedades seleccionadas especialmente para césped, de menor crecimiento en altura, de hoja más suave e igual resistencia.
Hoy en día se están afianzando empresas que siembran césped y lo cortan en baldosas o rollos para que usted lo coloque en su jardín. Esos “tepes” son en base de festuca y dan muy buen resultado, incluso hasta cuando se colocan mal.
Si un tepe es colocado de forma inadecuada -y con mayor razón cuando hace calor- suelen “quemarse” uno o varios, en sectores muy bien delimitados.
Cuando el riego es adecuado y ese césped (tanto proveniente de un tepe o sembrado) es de festuca, hay muchas posibilidades de que se recupere, como se puede apreciar en las dos imágenes que acompaño, ambas de la “rotonda de las vías”, en Roca. Una corresponde a semanas después de haber sido colocados los panes el año pasado y la otra es el mismo sector hace algunos días ... al mejorarse el riego de ese sector, se ha recuperado en gran porcentaje.
OTRAS ALTERNATIVAS
Otro pasto que le puede hacer “roncha” es el agropiro alargado (Agropyron elongatum), pero es más alto y duro que la festuca y sólo lo recomendaría en casos extremos y en sectores que sólo serán para paisajismo y no para disfrutar sobre él, porque es más fácil de cortar con desbrozadora con tractor que con las máquinas de jardinería.
Y nos quedaría la gramilla (Cynodon dactilon), conocida en habla inglesa como “Bermuda Grass” y “Bahama Grass”, pero no goza de mucha simpatía en nuestra región pues se llama a “cuartel de invierno” desde abril a setiembre, en que luce amarilla y hasta puede desaparecer momentáneamente.
También de ella hay variedades selectas que conservan su resistencia y belleza entre octubre a marzo y algunas enanas se usan incluso en campos de golf para reforzar la mezcla en verano.
Todo lo expuesto es a título personal y a modo de generar una discusión sobre el tema, en el caso de que alguien quiera hacer un aporte para beneficio de todos, porque al fin de cuentas “uno se puede equivocar ... dijo el gallo y se bajó del plumero” ... o sea.
CARTA DE LECTORES!
• CÉsped amarillo
Hola Teodorico. Leyendo el diario “Río Negro” encontré su dirección y quisiera hacerle una pregunta. Tengo el césped que en ciertos sectores está amarillo y lo riego a diario. ¿Por qué será? Espero su respuesta. Muchas gracias. Mirta - Roca
Si usted ha realizado cambio de tierra o ha agregado una capa de tierra arenosa traída de la barda o del río, es probable que se trate de falta de nitrógeno. Pruebe agregando urea en un lugar determinado y espere 15 días ... si era eso, cambiará a color verde. Si no sucede nada, el motivo puede ser otro. Para no echar de más, le recomiendo que la urea la agregue tomándola con 3 dedos y desparramando cuidadosamente. Es muy poco lo que hay que agregar (como si fuera sal a la comida).
Si el sector amarillento se observa sólo en los sitios de más sol y no en los de más sombra, es falta de riego. Si no se recupera en 15 días con el agregado de urea y con el riego, puede deberse a deficiente preparación del suelo (escombros, sectores con mal drenaje y sales, etc).
En ese caso, agregue aserrín de álamo en esos sectores, para que se conserve la humedad y agregue urea. El aserrín de álamo siempre viene bien, pues aumenta la retención de agua del suelo y lo protege del sol y del viento desecantes.
Para el resto de los amables lectores que puedan compartir este problema, los invito a leer la nota central, que está relacionada con este tema.
CARTA DE LECTORES!
• LA LLUVIA Y LAS FLORES
Atento al interesante artículo publicado bajo el nombre de "Regar con sol o sin sol", me vino a la mente una duda sobre si el riego por aspersión perjudica a la flor de una planta en particular que lamentablemente no conozco su nombre científico pero que es vulgarmente conocida como"limpia tubos o botellas". En este caso se trata de una planta muy joven, que hará unos tres meses que fue ubicada en mi jardín y que en algún momento había dado unas cuantas flores. El tema es que después de varios riegos por aspersión es como que dejó de darlas y mi conclusión es que puede ser debido al impacto del agua sobre las mismas y las destruyó. Es por ello que apelo a su experiencia sobre el tema para solicitarle su autorizada opinión. La planta en general sigue creciendo normalmente, pero ya no se ven esos vistosos pompones de filamentos rojos que tanto la caracterizan. Cordiales saludos desde Neuquén. Enrique.
El arbusto o pequeño árbol que usted menciona se llama Callistemo y la variedad puede ser citrinus (o sea que el nombre técnico es Callistemo citrinus). No le afecta el agua de riego por aspersión, a no ser que ésta sea muy salobre, en cuyo caso deja una pátina blanquecina sobre el follaje y usted se habría dado cuenta. Por lo general florece a mediados de la primavera y vuelve a hacerlo a fines del verano. Si es muy joven, es probable que florezca poco pero va a ir aumentando con los años. Es importante que tenga un buen drenaje.
Ampliando la respuesta dada al lector, debo agregar que sí, el agua de un riego por aspersión puede afectar la flor de numerosas plantas. Este es un detalle que me he olvidado de agregar a la nota de referencia y pido disculpas.
En mi descargo, debo decir que el daño del agua sobre las flores no es producto de regar con sol, sino principalmente por el hecho mismo de que las flores al mojarse pierden gran parte de su atractivo. Esto responde a un hecho natural.
Las flores de las plantas no están “pensadas” para nosotros, sino que son el órgano de reproducción sexual de los vegetales que las tienen. Muchas flores se polinizan principalmente a través de los insectos y ciertos pájaros como lo colibríes.
El color y el perfume son justamente para atraerlos y gratificarlos con su néctar y polen, para que lo lleven a otra flor de su misma especie. Después de cierto tiempo, el polen deja de ser viable y ya la planta no gasta energías en el color y el néctar, se afea, marchita y cae ... si hubo polinización se forma fruto y semilla y si no la hubo morirá virgen.
Si se mojan con la lluvia, las flores de numerosas especies pierden su polen y su néctar y ya no le sirven a la planta.
En casos extremos, como el de las peonías, el agua que se acumula en su interior es de tal volumen, que el peso vence la resistencia del tallo y se vuelcan, perdiendo todo su atractivo.