Un ambiente sereno, cálido y relajante fue la consigna a la hora de ambientar este parador resto de mar. Un lugar que invita a contemplar el paisaje siendo parte de él.Materiales nobles como la madera, el hierro y objetos del lugar fueron los elegidos. Éstos fueron reciclados respetando su estado actual dado por el paso del tiempo.
La barra, centro del lugar, esta revestida con madera de roble de eslabonia que era parte de toneles de una antigua bodega del valle. La parte superior, de hierro y madera, proviene del mismo lugar, sin tratamiento alguno más que el paso del tiempo.
Las paredes están pintadas con un color y textura representando la arena, que envuelven el lugar y le dan base al mar que se aprecia en todo su esplendor.
Los caracoles y conchillas del lugar también forman parte de la decoración en paredes, lámparas y objetos que fueron creados especialmente para el lugar.
Las mesas y sillas, muy simples, fueron tratadas para lograr el color de la madera de la barra y le dan calidez y sencillez al ambiente.
La iluminación es muy sencilla y cálida dada por bastidores de madera y tela suspendidos del techo, sus colores y texturas hacen que desaparezcan y sea parte de un todo, caracoles, arena, mar, infinito...
Luciana Mainetti, decoradora de "Ley de mar"