e inauguró Benevento en la localidad de Catriel. Se trata de un restaurante patagónico con características propias que promete.
Y la realidad es que la ubicación del nuevo comercio gastronómico, cercano a la avenida principal de la ciudad, representa desde un inicio un emplazamiento estratégico, teniendo en cuenta que es una zona de importante tránsito de gente.
De acuerdo a lo expresado por la arquitecta Gabriela Moreno en su memoria descriptiva, “el proyecto surge desde sus inicios en torno a un eje de circulación coincidente con un ingreso de luz cenital ubicado en la cubierta del local; el mismo tiene su origen en la vía pública, recorre todo el restaurante y culmina en un patio seco en donde está ubicada una fuente de agua que se impone en el espacio interior”.
“En el desarrollo de la fachada se planeó como principal objetivo lograr una estrecha relación interior y exterior, con una expresión formal simple, articulada y un lenguaje a través del cual el local rompiera y se separara de las construcciones colindantes, planteándose un cambio no solo en la utilización del color sino también en las texturas”.
Prácticamente centrado en el desarrollo de la fachada, retirándose de la zona pública de circulación y coincidente con el eje de circulación se planteó el acceso a Benevento, “dispuesto en torno a dos muros de color intenso que focalizan las visuales. A partir de este punto y ya situándonos en el interior del restaurante se pueden diferenciar tres zonas: la de la barra, la de mesas que se articula en dos sectores uno más acotado en contacto directo con la calle y otro con más jerarquía que actúa dentro de la composición del local como punto a partir del cual se tiene percepción hacia los demás espacios, y entre ellos la zona de cocina que se muestra a los comensales con total amplitud”, explicó la arquitecta Moreno en su escrito.
“Podemos decir que la propuesta consiste en un espacio interior, con una dinámica producto de la estrecha relación con los elementos exteriores, enlazados y relacionados”.
En el interior predomina la limpieza en los materiales y soluciones constructivas, “disponiéndose puntos de tensión logrados con la utilización del color, pretendiendo incorporar ritmo a la composición general del interior”.
En los solados se genera un efecto de pasarela, que “se refuerza con un hueco en la cubierta, donde la luz permite una sensación de espacio interior abierto, luminoso y transparente dentro del restaurante. Este efecto continúa por la noche gracias a la iluminación indirecta, pensada para esta composición y a la disposición de los cielo rasos, que con su asimetría rompen con las estructuras generales”, explicó la profesional, quien agradece a Alba Gatti el desarrollo del mural del salón comedor del emprendimiento gastronómico inaugurado en Catriel.