En los años últimos se ha ido desarrollando en el Alto Valle una industria que ya es moneda corriente en países como Estados Unidos y casi todos los de Europa y por supuesto en las regiones más densamente pobladas de nuestro país. Hasta algunos años era una sola empresa la que se ocupaba de la producción de panes de césped o “tepes”, pero actualmente ya son varias, por lo cual puedo tocar el tema sin el riesgo de ser sospechado de hacerle “el caldo gordo” a alguien.
EXPERIENCIA PROPIA
En internet es amplia la información que se puede encontrar sobre este tema, pero siempre he sido de la opinión de que una cosa es leerlo y otra hacerlo. Para salir de dudas, encontré un “gaucho” que me brindó la posibilidad de hacerlo en su jardín y un fotógrafo de este diario que me hizo las imágenes “como Dios manda”… a ambos, muchos “tenquius”.
Arribo de los tepes, cortados en forma de baldosas rectangulares y tamaños regulares, lo que facilita enormemente su colocación. El bajo peso individual de cada una, con el suelo bien entretejido de raíces, permiten el manipuleo y trasporte en carretilla por una sola persona.
Es primordial un suelo bien punteado y rastrillado, para darle uniformidad y seguridad de un buen drenaje posterior a toda la superficie. El rastrillado fino junto a un riego suave, se va haciendo a medida que avanza la colocación.
Para el trasporte en carretilla y la colocación de cada “tepe” es recomendable el uso de tablones, para evitar zanjas ocasionadas por la rueda o pozos por las patas de la carretilla.
Para la colocación, es recomendable trabajar siempre parado sobre los tepes ya colocados, para no afectar la superficie prolijamente rastrillada. Al mismo tiempo, pisando con cuidado, se va consolidando la unión del “tepe” con el suelo.
Un detalle a tener muy en cuenta, es que todas las uniones de los “tepes” deben ser lo más estrechas posibles. Para ello, los extremos de cada uno tiene el corte “chanfleado”… haciendo coincidir esos “chanfles” superior e inferior, la unión es prácticamente invisible.
Final. Al finalizar la instalación y dentro del mismo día, se recomienda pasar un rodillo para uniformar la superficie. En ausencia de un rodillo, se puede optar por oprimirlos con los pies para asegurar una buena unión de las raíces con el suelo del jardín.
Riego abundante. Sólo cuando se haya realizado este último paso de rodillo o de afianzamiento con los pies se recomienda dar un riego abundante para tener la certeza de que se expulsa el aire que pueda haber quedado en sitios puntuales. Cuando las uniones de los “tepes” son defectuosas por no respetar los “chanfles” o no se han afirmado con los pies o un rodillo, dentro de las primeras semanas se observarán franjas amarillentas en dichas uniones porque allí faltará agua por efecto de nuestro clima excesivamente seco, aunque luego de un mes por lo general se sellan y desaparecen.
TEODORICO HILDEBRANDT
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