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Domingo 11 de Noviembre de 2007
 
 
 
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  UN ALBERGUE PARA LAS ALMAS CANSADAS
Es mucho mÁs que una posada cordobesa. Es un espacio que evoca una tradiciÓn de mÁs de 350 aÑos. PrestÓ abrigo aL GENERAL Belgrano.
 
 

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Muchos siglos han pasado desde que Jerónimo Luis de Cabrera, fundador de Córdoba, recorriera los polvorientos caminos del Alto Perú. En medio de una zona agreste el ilustre personaje descubrió un espléndido valle bañado por tres ríos y forrado de pastos verdes que se erigía como un oasis en medio de la nada. El exhausto hidalgo español no lo dudó dos veces y le dio la merced de las tierras a su primogénito, Pedro, con el compromiso de que construyera en esa zona una estancia y una capilla que sirvieran de albergue para el alma y el cuerpo de los agotados viajeros que transitaban por aquellas  inclementes rutas. Fue así como nació San Pedro Viejo.
Durante la Colonia el camino real del Alto Perú se convirtió en la vía que conectaba las mil leguas que separaban Buenos Aires de Lima siendo el paso obligado de comerciantes, religiosos y aventureros. En 1760 entró en funcionamiento el servicio de postas y la estancia de San Pedro Viejo se volvió uno de los puntos clave dentro del circuito. Años más tarde las gestas patriotas también llegarían al lugar buscando refugio y descanso durante las luchas por la Independencia. La casa prestó abrigo al general Manuel Belgrano y fue testigo del avance de los ejércitos de San Martín, Balcarce, Rondeau y Ortiz de Campo.
Este glorioso pasado demuestra que San Pedro Viejo es mucho más que un hotel de campo (www.newage-hotels.com). Sus paredes de adobones, techos de bovedilla, tirantes de quebracho y bases de piedra transpiran historia y al recorrerla el visitante retrocede en el tiempo y evoca una tradición de más de 350 años.
Inmersa en el imponente paisaje del norte de Córdoba, la antigua estancia fue rescatada del olvido por María Ferreyra quien compró los terrenos en el 2001 y luego de tres años de restauración logró transformarla en un hospedaje que combina acertadamente el estilo rústico con el confort. “Cuando lo compramos estaba muy abandonado. Dentro de la casa no había baños ni chimenea. El parque era un monte que tapaba todo… no se veía ni el agua ni la capilla. Llegaba el río y había humedades”, recuerda.
La obra estuvo a cargo del arquitecto Santiago Zeballos quien trabajó codo a codo con María, realizando una remodelación artesanal, con materiales del lugar, respetando las líneas originales. Mientras que la iluminación quedó en manos del especialista Gastón Paricio. “Queríamos rescatar la historia, respetar la arquitectura de la época y darle un estilo rústico pero con el mejor contemporáneo”.
La decoración corrió por cuenta de la propia María quien se inclinó por los colores tierra y consiguió incorporar muebles criollos, coloniales y franceses dándole un toque moderno y sin pretensiones.
El complejo turístico consta de una posta reformada donde hay tres habitaciones en suite, seguidas de un gran living, comedor y una acogedora galería, con espléndida vista a la capilla. El edificio más nuevo, que tiene ya cien años, alberga cuatro cuartos. Los dormitorios y sus respectivos baños tienen una decoración diferente pero conservan el carácter autóctono y acogedor.
La cocina, el alma de la casa, se consagra a la elaboración de platos típicos de la región y los huéspedes pueden aprovechar su estadía para aprender a preparar algunos de los platos mientras disfrutan de los vinos que produce Diego, el marido de María.
Las instalaciones cuentan con pileta, biblioteca, cava, pulpería, jardín de invierno y un hermoso horno de barro de cien años, donde se cocinan unas empanadas de carne que son adictivas.
En los terrenos también se ubica una preciosa capilla rural, la más antigua de Córdoba, que es una auténtica joya. Su estilo macizo con una torre cuadrada y un pequeño atrio cobija  una talla en madera del siglo XVI de San Pedrito, el patrono de la zona.
“La capilla es toda de adobe menos la pared que da al sur que es de piedra. Le arreglamos las humedades, la pintamos y volvimos a poner las viguetas de quebracho, que alguien había cambiado por cemento. Tiene una sacristía, coro, campanario y una nave central. A la izquierda de San Pedrito está Nuestra Señora del Rosario, traída de Cuzco. El Cristo articulado es de madera y fue hecho por artesanos de la época”.
En este hotel rural las vacaciones perfectas incluyen días de campo en el Puesto San Carlos, en dos casitas recicladas que se acaban de estrenar, paseos en carruaje, lecciones de telar, avistaje de aves, veladas musicales, visita a las pinturas rupestres en unas sierras cercanas y las fascinantes cabalgatas en caballos de paso peruano, famosos en todo el mundo por su nobleza y temperamento.
El paisaje, con su naturaleza soberbia, es otro de los personajes que se seduce al turista cuando llega a San Pedro Viejo ya que detrás del aspecto árido de la región se esconde una rica fuente de flora y fauna. En los predios del hotel hay una laguna natural que se forma todos los años con las primeras lluvias de septiembre y el agua que baja de las sierras. Al amanecer se pueden ver corzuelas, pecaríes, patos silvestres, garzas, chuñas y ñandúes.
“Si no haces nada de ruido podes ver pumas. La madre les enseña a cazar a los cachorros y los lleva a practicar con la cantidad de vizcachas que hay alrededor de la casa. Todo esto hace parte de una reserva natural de cien hectáreas que protegemos. La vegetación tiene las mismas palmas además de grandes algarrobos de 200 años”.
Todos los días San Pedro Viejo se funde con la impresionante geografía desértica y surge como un remanso de paz entre las palmas de Caranday. El lugar ideal para tomar un descanso y escapar de los trillados circuitos de siempre. “Lo que más nos importa es que el viajero se conecte con nuestras raíces. Que se relacione con ese mundo tan rico, sano y placentero que es la naturaleza. Que aprenda a relajarse y divertirse de otra manera. Una conjunción de lo agreste con el refinamiento, de la historia con lo criollo,  de  lo antiguo y lo moderno”.

 

 

 

   

PRODUCCIÓN: Mariana Rapoport
Fotos: Juan Hitters
surpressagencia.com

   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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