Plant explicó que "en el contexto económico actual se impone una nueva estrategia que tiene como meta crearles una independencia económica a los restaurantes barras y cafés que hoy funcionan en los hoteles. Este cambio de estructuras implica una consideración especial de las expectativas de cada cliente".

"Los restaurantes compiten para obtener cubiertos, y los hoteles por pasajeros y banquetes" sentenció el especialista.

Explicó además por qué las personas se comportan de manera diferente cuando están en un restauran o en un banquete.

"Las dos actividades se parecen. Ambas manifiestan el arte de la comida, pero si nos detenemos a observar sólo un instante, nos daremos cuenta de cuán lejos está el accionar de una y la otra. Pertenecen a mundos muy, pero muy diferentes".

"Los restaurantes son 'espacios emocionales'. Incluso en ciertas ocasiones parecen seres vivos. Las escenas de lo que sucede un día no se repiten al otro. Tampoco una hora es igual a la otra, y esto obedece a que los grupos de comensales son muy distintos entre sí, aunque todos ellos tienen en común las ganas de comer, de saborear y de estar. No concurren con el mismo objetivo, y esto es para el arquitecto Plant "porque en ese 'tiempo de la escena', las personas viven 'emociones' que van más allá de la comida. El producto que elaboran estos lugares no es mecánico ni rutinario, aunque visto desde 'afuera' a veces lo parezca. Los protagonistas de esta 'obra' son: los dueños, los encargados, los proveedores, el personal y los clientes". Según el arquitecto "todos estos actores viven una interrelación, no dándose cuenta de cuánto influye el ánimo de cada uno en el resultado de un día de restaurante".

Contrariamente el estado emocional y anímico de un cliente cuando asiste a una fiesta o banquete es homogéneo con un denominador común en relación al evento. Todos sabemos que en un banquete, directa o indirectamente la mayoría que asiste se conoce o tiene un objetivo y un compromiso en común. Entonces, el comportamiento es diferente, existe el 'colectivismo' y no el 'individualismo'. Quiere decir que quienes asisten no pagan la cuenta, por lo tanto no eligen lo que van a comer ni lo que van a beber. Esto requiere de tratamientos especiales de diseño".