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Domingo 09 de Septiembre de 2007
 
 
 
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  NOBLE Y SENSIBLE, COMO
Es, hoy por hoy, el ceramista más destacado a nivel nacional. Vive en Viedma, donde desarrolla todo su talento en obras utilitarias y artísticas que merecEn TENERLAS en casa
Para EL disfrute cotidiano nuestro.
 
 

carlos Leporace reside en Viedma desde 1992. Docente y ceramista, su largo transitar lo llevó a vivir en distintas ciudades de la provincia hasta fijar su residencia en la capital de Río Negro. Si bien tiene una larga lista de premios y menciones a nivel nacional y provincial, su más reciente logro es el Gran Premio Nacional de Cerámica, que año tras año organiza la Secretaría de Cultura de la Nación en el Salón de Artes Visuales el Palais de Glace, uno de los más reconocidos salones del país.Dueño de una personalidad amena y una obra contundente, Carlos Leporace relató su historia de vida a “eH!”, siempre a los pies del torno del alfarero y en contacto permanente con la docencia y la arcilla.
Carlos egresó de la Escuela Nacional de Cerámica en 1978. Todavía estaba empezando los primeros pasos de un destino que tal vez empezó como por obra del azar. “Llegué a la escuela de cerámica un poco de casualidad. Tenía 18 años y trabajaba con un maestro de los efectos especiales en Argentina, Natán Soláns. Él era un estudioso del antiguo Hollywood y realizaba en maquillaje, moldes en cera, máscaras de látex, maquetas y esas cosas. Cierto día, la esposa de Soláns me preguntó si la acompañaba hasta la escuela porque tenía que ir anotarse. La acompañé y realmente quedé extasiado con el edificio de la institución, que tenía galerías y entrepisos, con la vitrinas en donde se exponía lo que hacían los alumnos.  Me acuerdo que pensé que yo también podía anotarme, ya que estaba ahí. Después resultó que yo fuí a dar el examen y la esposa de Soláns directamente se olvidó de la idea”, relató Leporace. A partir de 1979  comenzó su carrera docente en la Escuela Municipal de Cerámica de Avellaneda, en Buenos Aires, hasta 1984. De allí emigró a El Bolsón,  donde también enseñó desde el ´86 al ´89 en la Escuela Provincial de Bellas Artes, y luego en Bariloche, hasta 1991, con talleres particulares y producción de cerámica.
Los avatares de la vida lo fueron trayendo de a poco hasta el que sería luego  su lugar de residencia permanente.
“A Viedma llegué en 1992  por razones familiares y laborales. En un principio monté mi taller en La Quinta Mao. Ahí vivía Juan Marchesi, un artista local,  y compartí la parte de debajo de un sector del taller de él. Luego vino la gran sudestada del `92 que inundó también la zona de Patagones. En ese entonces estaba preparando la primer muestra que iba a presentar acá en Viedma. El agua por poco no llegó a destruir toda la producción, pero sí alcanzó a arruinarme un horno que recién había construido. Viendo que era tan riesgoso tener el taller en ese lugar, lo trasladé a la casa en donde residía por aquel tiempo, en donde contaba con muy poco espacio”. A lo largo de estos quince años  Leporace ha sostenido su lugar de docente en talleres ininterrumpidamente hasta el año pasado. Sólo a partir de 1997 empezó a participar de salones.  En parte, y como él mismo reconoce, porque tenía que esperar a que su obra “madurase”, y por otro lado, porque participar en salones requiere de medios y mucho esfuerzo, porque todo lo que es cerámica implica el riesgo que en el transporte se puede dañar y esas cosas. Como bien lo saben tantos artistas y productores culturales, Viedma queda lejos de muchos lugares y no siempre se puede ir a cada salón en los que se desea participar.
En su recuerdo de viajero, Leporace reconoce el punto donde sus límites de artista y alfarero tomaron un rumbo particular: “Cuando fuí a El Bolsón me empecé a interesar en particular por la alfarería. En ese lugar de la cordillera podía proveerme de material y, a la vez, comprender la idea de volver al uso de lo que era antes un alfarero, que producía elementos utilitarios. La primer traba que me encontré fue la falta de experiencia y conocimiento sobre cómo producir elementos de uso cotidiano.
En la escuela, si bien había aprendido la técnica del manejo del torno, todo eso no lo habíamos visto. Es decir, lo elemental no lo sabía, como por ejemplo, la importancia del pico y el asa en la construcción de una jarra, o una tetera que vuelque y no chorree, o cómo hacer un vaso que no pese una tonelada. Todos estos aspectos, relacionados más bien con un saber práctico que tenía que aprender. Así que reuní textos, intercambié opiniones con otros alfareros, y así fuí superando los problemas  que suponen la elaboración de elementos de uso cotidiano”, narró.
Su identidad de artista se forjó en la medida que marcaba el crecimiento de su obra. “Me considero alfarero, si bien la cerámica abarca todo. Dentro de la plástica también trabajo con murales, con escultura y con modelado. Pero a lo que más trabajo y tiempo le dedico en el taller es a la alfarería, sobre todo en torno. La parte artística, desde el uso de la técnica del torno, la empecé a través  de formas que rompieran con la asimetría que genera este tipo de modelado. La búsqueda abarcó desde entonces  a formas que tuvieran que ver con la estética, la proporción y los colores, y no tanto con la utilidad. En este sentido, creo que uno va madurando, y madurando todo: desde la técnica hasta las imágenes. Como una evolución permanente”, concluyó el artista.  

EL GRAN PREMIO, POR “DULCE FENOMENA”

El Salón Nacional de Artes Visuales existe desde 1911  pero sólo a partir de 1976 se incorporó a la cerámica como una de las artes plásticas.
El Gran Premio consiste en doce mil pesos y una pensión a partir de los 60 años de edad. Esta fue, en concreto, la cuarta vez que Carlos Leporace participó en el Salón.
“Participé con una obra compuesta de un conjunto de cacharros, cuyo ejemplar más alto tiene una longitud de un metro cincuenta. Esta composición  hace referencia a la primavera y tiene por nombre  “Dulce Fenómena”.
Es una serie de botellas, dos de las cuales tienen mariposas en un extremo, como si estuvieran librando de los colores.
La forma y terminación de los cilindros emula a las flores, al igual que las diversas tonalidades con las que están rematadas. Jugué un poco con la contraposición entre la mariposa, como lo efímero, con la cerámica, elemento perdurable. La historia de la Humanidad se conoce a través de su cerámica, por lo que me parece lícito ligar a esta última con la idea de perdurabilidad y la sensación de lo eterno”, relató.Desde su perspectiva de artista, Carlos Leporace realza otros aspectos que también están incluidos en el logro.
“Creo que éste es uno de los premios más codiciados, tanto por la relevancia en términos simbólicos como en lo que al futuro se trata, en el plano económico.
Por lo general, todos los que estamos en este oficio buscamos, a través de estas participaciones en salones y exposiciones, alcanzar una seguridad a futuro, ya que casi ninguno trabaja bajo relación de dependencia. En este oficio, el día en que no puedas trabajar, no sabés qué puede pasar”, comentó un Leporace sin pretensiones, que trabaja en su taller de lunes a lunes.
Este artista alfarero no renuncia a la gran responsabilidad que supone este premio. Por el contrario, sabe que lo compromete a seguir creciendo en su obra. “No lo quiero tomar como un freno”, dice, en tanto ya se prepara para otros salones y talleres que nos dejarán saber por dónde y en no mucho tiempo, Carlos Leporace y su arte se abren nuevos espacios. Se merecía este premio y este reconocimiento, no hay dudas.

PARA CONOCERLO MEJOR

Además de haber participado como jurado en diversos salones nacionales y provinciales en ciudades de Chubut, Buenos Aires, La Pampa y Río Negro, entre otros, Carlos Leporace suma a su currículum una larga serie de premios, además del que recientemente hiciera notoria su obra a nivel nacional.
Entre los premios que se destacan, detallamos a continuación los siguientes:
• Primer Premio Adquisición VIº Salón de Cerámica de Avellaneda, 1998.
• Premio Especial del Jurado, XLIII Salón Anual Internacional del C.A.A.C.¬ 
• Segundo Premio en Cerámica Utilitaria en Feria Internacional de Artesanías Córdoba 2002.
• Segundo Premio Salón de Pequeño Formato C.A.A.C. Bahía Blanca 2002. 
• Primer Premio en Salón Nacional de Arte  Cerámico, Rosario 2002. 
• Segundo Premio en Cerámica Utilitaria en Feria Internacional de Artesanías Córdoba 2003.
• Mención en Salón Nacional de Artes Visuales, sección Cerámica, 2003. 
• Mención de Honor en Salón Nacional de Artes Visuales, sección Cerámica, 2004. 
• Primer Premio en Alfarería, Feria Internacional de Artesanías, Córdoba 2004. 
• Primer Premio en Alfarería, Feria Internacional de Artesanías, Córdoba 2005. 
• Primer Premio en IIº Salón Nacional de Cerámica Rojas 2005. 
• Primer Premio en Alfarería, Feria Internacional de Artesanías, Córdoba 2006. 
• Segundo Premio Salón Nacional de Diseño, Berazategui 2006.  
• Mención Especial del Jurado, IIº Salón de Artes Visuales de Cipolletti, apartado Cerámica, Cipolletti 2006.  
• Primer Premio en Cerámica utilitaria, Artesanías 2006 Sociedad Rural de Palermo,
Bs. As.  
• Finalista Gran Premio Adquisición. Artesanías 2006 Sociedad Rural de Palermo, Bs. As.  
• Primer Premio en Cerámica utilitaria, Artesanías 2007 Feria Internacional de Artesanías, Córdoba 2007. 
• Finalista Gran Premio Adquisición. Artesanías 2007 Feria Internacional de Artesanías, Córdoba 2007. 
• Primer premio XVº Salón Municipal de Cerámica de Avellaneda 2007.
Como docente también ha participado como tallerista y disertante en simposios, seminarios y encuentros nacionales y provinciales de ceramistas.
Ha dictado cursos y talleres de Alta Temperatura y Alfarería en Escuelas y Talleres Municipales en  Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Buenos Aires, La Pampa y Misiones.

CONTACTO:
carlosleporace@hotmail.com

 

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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