xisten numerosos problemas de humedad originados en ingresos accidentales como permanentes de agua. Tanto unos como otros tienen solución aunque, como lo señalan permanentemente los especialistas, lo importante en primera medida ante la aparición de humedad es detectar cuál es el origen de la misma y recién a partir de este momento proceder a mitigar sus efectos.
En este sentido siempre es fundamental la consulta con un profesional. Así se podrá elegir el tratamiento correcto que incluye al material más acertado para la ocasión.
El cuarteado superficial de un revoque exterior, por ejemplo, puede ser un muy buen conductor de agua hacia el interior. Esto se provoca por las contracciones del material durante el proceso de curado cuando no tiene la humedad suficiente.
Otro de los motivos por los cuáles se generan discontinuidades en los materiales de recubrimiento o portantes que muchas veces tienen que ver con movimientos o asentamientos estructurales o mala ejecución de las juntas de dilatación que comprimen demasiado algunos sectores de los elementos más rígidos.
Los materiales de construcción en contacto con el agua o un subsuelo húmedo absorben agua o la humedad. Esta se evapora al tomar contacto con el aire, pero muchas veces asciende por las paredes provocando problemas de manchas y ambientes húmedos e incómodos.
Técnicamente hay quienes definen cuatro casos de humedad en una casa: humedad por capilaridad, meteórica, de condensación o por filtraciones. Esta clasificación puede ser práctica al momento de la detección de su origen y así poder seleccionar la manera de combatir sus consecuencias, con la previa refacción del origen.
En la actualidad existe una amplia gama de productos que permiten afrontar la solución del problema detectado.
Hay en el mercado premezclados que se podrían catalogar de “inteligentes” ya que son fabricados con determinados objetivos: así están las mezclas de saneamiento, los morteros antihumedad o los obturadores de vías de agua, por ejemplo.
Fuente: Weber-Iggam/guía de productos
VARIOS TIPOS
La humedad denominada “de remonte capilar” es la que aparece en las zonas bajas de los muros que absorben el agua del terreno a través de los cimientos. Puede ser permanente cuando el nivel freático del terreno está muy alto, cuando está relacionada con las condiciones meterológicas, que suele aparecer en invierno y secarse en verano.
La humedad “meteórica” es un tipo de filtración producida por el agua de lluvia, que penetra directamente por la fachada o cubierta de la obra como consecuencia de una deficiente impermeabilización. Diferente de la humedad por “filtraciones” que es aquella causada por la penetración directa del agua en el interior de una casa a través de sus muros. Esta es muy frecuente en sótanos que se encuentran por debajo del nivel freático.
Finalmente los técnicos definen la “humedad por condensación”, que se produce cuando el vapor de agua existente en el interior de un local entra en contacto con superficies frías como vidrios o metales. Esto se suele dar en invierno y favorece a la creación de microrganismos que son perjudiciales para la salud, alterando la estética del local.
A SUS FINES
Dentro de los morteros preparados en fábrica se encuentra la “mezcla de saneamiento a base de cemento modificado”, que es capaz de mantener la pared sana, eliminando la humedad, evitando que las sales aparezcan en la superficie del revestimiento y soportando la agresividad de estas.
Por otra parte están los morteros antihumedad, a base también de cemento modificado, que son capaces de impedir el paso del agua líquida incluso a presiones elevadas, según lo afirman sus fabricantes.
Y también están los “morteros obturadores de vías de agua”, a base de cemento para taponar al instante escapes y vías de agua producidas por roturas, grietas o fisuras.