En el momento de comenzar a proyectar la sede para el ministerio de Familia se planteó como premisa fundamental, la de concebir un edificio emblemático, factible de construir y respetuoso del entorno urbano”, explicaron los autores del diseño (ver aparte) de la propuesta que obtuvo el segundo premio en el concurso de anteproyectos para la sede en Viedma de ese ministerio.
La observación integral de los aspectos referentes a la seguridad del conjunto han sido un elemento determinante a la hora del diseño. “El edificio nace con un concepto de prevención y uso seguro, sin barreras arquitectónicas que lo condicionen; la premisa del programa demandaba albergar cerca de 5.000 metros cuadrados en un sector de la ciudad de edificaciones de carácter preferentemente residencial”, dijeron.
Respecto de la “implantación del edificio” los arquitectos señalaron que en un entorno de baja densidad y construcciones de baja altura “se decidió como primer paso despegar el volumen del edificio de sus medianeras, con una distancia que permitiera manejar un espacio fuelle entre la edificación existente y el proyectado; allí se ubican sobre ambas medianeras los estacionamientos del público y por otro lado, los correspondientes al personal”. Las plantas de las oficinas conforman un prisma calado, con llenos y vacíos que “miran” al volumen destacado del tanque de agua de altura similar al otro lado de la calle. “De una manera amigable con lo urbano, una plaza seca introduce la ciudad en el conjunto, gradualmente es abrazada por las alas del edificio, hasta que un cierre reconstruye al prisma a nivel de las cubiertas. Este abrazo contenedor del edificio hacia la plaza simboliza el abrazo contenedor de la familia, que está en todos los momentos, los buenos y los malos”, afirmaron los proyectistas.
Morfológicamente se concebió que “en un prisma despegado de las medianeras se desarrollaran zonas de servicio que retomaran las alturas de la edificación lindante. La plaza seca introduce la ciudad calmadamente en el edificio reflejándola y multiplicándose verticalmente en las paredes vidriadas que circundan y contienen. Una fuerte direccional predominante desde la esquina, conduce desde ésta hasta un hall de acceso principal de doble altura. Esta direccional es rematada por un plano de fuerte de interés constituido por la vidriera de exposición de productos del mercado artesanal; en el lateral, el auditorio contiguo flanquea este espacio donde, la marcada ortogonalidad del proyecto contrasta con su forma, color y textura, revestido con pórfido rojo (de Valcheta). A un costado los núcleos de sanitarios y circulación vertical aguardan discretamente recibir a usuarios y visitantes”.
El acceso desde el estacionamiento sobre calle Tucumán está eventualmente destinado a empleados y funcionarios donde registran las entradas.
FALLO DEL JURADO
En su fallo el jurado destacó la implantación del edificio “que reconoce situaciones singulares; en particular la de esquina, en la cuál se produce una oferta urbana factible de ser apropiada por el público, aunque requeriría de mayor posibilidad de control. El edificio, si bien se destaca como hito urbano, lo hace con una escala que no se considera apropiada en relación al entorno”.
Se valora la contundencia y riqueza expresiva, destacando “el lenguaje logrado con pocos elementos apropiados, aunque la imagen alcanzada, acentúa la escala monumental para la institución”
“En términos generales el edificio responde equilibradamente al programa; faltándole ajustes de la superficies pertenecientes a cada área. En cuanto al sistema de ingresos es clara su localización, aunque presenta dificultades de interpretación del tránsito. La ubicación de los núcleos de circulación vertical, están dispuestos y proporcionados estratégicamente, no teniendo la misma fácil lectura su circulación vertical. Se considera además la diferenciación de los dos estacionamientos, también es un gran acierto la ubicación de la sala de conferencias, que permite un uso alternativo, sin invadir el resto del edificio. Se destaca el interés por la rampa como salida de emergencias”, explican los jueces en el fallo que otorgó el segundo premio a esta propuesta.
También se señala más adelante que “se valora la gradación espacial lograda entre lo público y lo privado, mediante espacios semipúblicos. Resulta interesante la intención de la espacialidad del hall de doble altura pero su rotación con respecto al núcleo vertical lo debilita. La forma del vaciado del volumen además de dar riqueza compositiva permite buenos índices y niveles de luminosidad natural”.
Entre las virtudes de la propuesta los jueces rescataron “el adecuado uso de los materiales en complemento con la modulación estructural correcta y la propuesta de la envolvente, que en términos generales responde como filtro climático, con la excepción del courtin wall. El esquema del edificio permite el desarrollo simple en relación con las instalaciones. El edificio responde a los criterios de arquitectura accesible”.
LOS AUTORES
El segundo premio del concurso de anteproyectos para el Ministerio de la familia de Viedma correspondió a la propuesta identificada con el código 201, cuyos autores son los arquitectos Banzato Héctor y Miguel Diego; quienes contaron con la colaboración de los arquitectos Moser Eduardo y Rylands Max.
USO RACIONAL DE MATERIALES Y ENERGIA
Se pensó en un sistema de aire caliente y frío conducido en cielo raso para acompañar la flexibilidad de las plantas.
“La economía de este sistema se apuntala con el diseño de las fachadas del edificio: los ambientes expuestos al sol están protegidos con parasoles y los vientos fríos del sur y sudoeste están reparados por pantallas que contienen alternativamente la rampa de egreso de emergencia y un aventanamiento retraído de la línea de fachada. Los materiales son propios de la zona: ladrillo cerámico revocado en paredes, hormigón armado en estructura, carpintería de aluminio en parte de las oficinas, courtain wall en fachadas. Pórfido rojo como revestimiento del auditorio, microcemento en pisos y paredes”.
FLEXIBILIDAD
Las plantas son absolutamente libres con una modulación estructural de 6.15 x 6.15 metros y si bien se dispuso una división con paneles a modo indicativo, se posibilita la ubicación de una panelería con un ritmo de submódulos de 1.50 x 1.50 metros.
“Esta alternativa permite una rápida modificación y adaptación ante un eventual cambio de organigrama funcional o destino del edificio.
Solo permanecen rígidos los núcleos de circulación vertical y los sanitarios, que tienen dimensiones suficientes para una adaptación al uso de personas con discapacidad”.
En lo que respecta al tema de accesibilidad y seguridad el proyecto “respeta todas las normas en materia de accesibilidad y seguridad; desde su concepción, se excluyeron las barreras arquitectónicas para el visitante circunstancial y para el usuario habitual del mismo (empleados)”.
Se previeron sanitarios, ambientes y circulaciones totalmente aprovechables por la totalidad de los usuarios, aún con algún grado de discapacidad; fácil acceso y egreso en todas las plantas, lo que posibilita una fluida evacuación.
Coherente con ello, ante una eventual situación de contingencia se prevé una rampa de evacuación desde el primero al último piso, conectado con el exterior del conjunto utilizable por todas los usuarios del edificio. Según afirman los arquitectos el noventa por ciento de los materiales utilizados “son no inflamables, y aquellos que lo son se los tratará con protección ignífuga”.