Este suplemento "eH!", desde hace tres años, en su pretensión de transformar la arquitectura como un increíble pretexto para hablar y disfrutar del diseño, la decoración y estilos de vida en términos periodísticos ha ido consolidando una relación de lo más estrecha con arquitectos de la región y el país.
Excéntricos o vulgares como cualquiera; exquisitos y refinados o masivos en otros casos; pretensiones unos, criteriosos otros; quisquillosos por momentos, accesibles casi siempre; distantes o cercanos según el momento o la ocasión de ellos o de nosotros, el caso es que resultaron ser unos profesionales atractivos e ideales para hablar de sueños, proyectos, responsabilidades, tendencias y consumo. De charlas y referencias compartidas con ellos en estos años resuenan tres testimonios, que en este día del arquitecto queremos rescatar:
* El genial César Pelli está convencido que siempre fue un regalo 'divino' el ser arquitecto. Justamente porque es "una mezcla peculiar de arte y servicio profesional (en proporciones que varían con los arquitectos, los proyectos y el lugar)".
"Hoy trabajamos en el mundo entero y competimos con otros arquitectos casi sin obstáculos de fronteras. El oficio del arquitecto se hizo más riguroso y más sofisticado. Hemos aprendido a trabajar en equipos grandes y en colaboraciones complejas en las que ningún individuo sabe todo lo que hace falta saber. Aprendimos a depender de otros y a producir de manera que otros puedan depender de nosotros. A veces, más importante que saber cómo hacer algo es saber quién lo puede hacer bien".
* Eduardo Catalano, por su parte, remite siempre a lo que escribió el poeta E. E. Cummings: "Todas las ofensas visuales construidas por el hombre son silenciadas por el despertar de la primavera". Genial. Y agrega: "Hay que crear un entorno en el que la naturaleza sea el envoltorio de nuestras vidas". Piensa él: arquitectura en su carácter físico y poético es la armonía entre los conceptos geometría, estructura y espacio. "Geometría brinda sistemas de organización, estructura representa el cuerpo físico de lo creado y espacio es su espíritu. Logramos así, como arquitectos, completar la elusiva trilogía arte, ciencia y tecnología".
* Casi igual a él piensa Glenn Murcutt , el arquitecto australiano más famoso de todos los tiempos: "mis casas son una manera de pensar. La arquitectura doméstica exige un esfuerzo enorme y paga mal, pero determina nuestra vida. No necesito hacer grandes edificios para sentir que soy importante. No creo que lo mayor sea lo mejor. El arquitecto español José Antonio Coderch fue fundamental en mi vida profesional. Me liberó de mis propias ataduras. Como arquitecto me creía algo tonto porque no acertaba a diseñar con rapidez. Todos los proyectistas que conocía diseñaban más rápido que yo. Tomaban las decisiones con gran eficacia. Y no lo conseguía. Los nuevos proyectos me ponían nervioso. Me causaban ansiedad. Visitaba el terreno durante el día. Durante la noche. En días soleados para ver los ángulos de incidencia del sol y cuando soplaba el viento. Olía la tierra, comprobaba su nivel de agua, la geología. Siento mucho respeto hacia la tierra y antes de ir a meter mi mano tengo que auscultarla. Una casa en el paisaje debe mejorarlo y si no lo mejora debe asimilarse a él, debe verse lo menos posible. En 1973 gané un premio que me permitió llegar a Barcelona. Yo era un joven sin obra. Sólo tenía dudas y miedos. Y Coderch me dedicó un día y medio. Era casi un anciano y me dijo que cada proyecto nuevo le quitaba el sueño. Eso me liberó. Al regresar a Australia comencé a discutir con el arquitecto que me tenía empleado. Decidí independizarme. Aprendí a vivir con frugalidad. Y luego he pasado a creer que la mejor arquitectura nace de la frugalidad. No me interesan las diferencias por ser diferentes. Me importa muy poco amanecer los lunes con nuevas ideas".
Por la frescura de estas confesiones, por el sentido de la ética que transmiten, por la alegría de trabajar, valía la pena compartirlas a modo de saludo para todos los arquitectos en este día, "su día". Son parte esencial de nuestras vidas. Y de este suple también.
