n uno de los barrios top de la capital neuquina, el arquitecto Diego López de Murillas guió a un matrimonio con dos hijos en la idea y realización de su vivienda con un resultado muy actual.
“Ellos vinieron con un programa, la idea nuestra es respetárselo pero también de alguna manera ponerlo en crisis como para optimizarlo. Llegaron con una idea de casa y nosotros la fuimos evolucionando, siempre respetando que ellos tengan un pie en el proyecto, que les guste, que nos vaya conformando a ambos”, explica el profesional.
Finalmente, la casa de unos 300 m2 resultó moderna por sus líneas simples y rectas. Pero además, otra de las características esenciales de esta vivienda es la gran luminosidad de todas las ventanas sin rejas ni persianas que la seguridad de los barrios privados permite, destaca el profesional.
López de Murillas detalla otra característica de esta construcción: “en estos barrios, aunque los terrenos son bastante grandes, el tipo de casas que se suele hacer los cubre mucho y además se deja mucho espacio para los retiros del frente y los costados, por eso es que van quedando patios bastante reducidos como el de esta vivienda”.
En el piso inferior de esta casa se dispuso el sector social. Desde la puerta de entrada la casa propone dos recorridos. Hacia la izquierda se ubicaron el baño social, la cocina y el comedor que está integrado con el estar. Hacia la izquierda se crearon un family tipo quincho, que se continúa en una pequeña galería en el patio; un lavadero con un sector de servicios y un pequeño patiecito que hace las veces de tender; y el estudio de trabajo del propietario.
Arriba se propone la misma división. Hacia la derecha se diseñaron los dos dormitorios de los más pequeños con un baño entre ellos y a la izquierda, el del matrimonio al que se le dio una importancia mayor en cantidad de metros cuadrados.
Apenas subida la escalera, los colores elegidos para dormis de los chicos y el baño proponen un juego visual llamativo y divertido. Estas habitaciones son exactamente iguales en dimensiones y cada una de ellas tiene un pequeño vestidor y un escritorio ideal para las tareas escolares.
“Lo que más metros cuadrados lleva en el piso superior es la suite o dormitorio principal –explica el arquitecto y aclara que esta habitación tiene una dimensión total de 25 m2–. Rodeado de enormes ventanales, esta habitación se continúa en un vestidor con luz cenital proporcionada por lucarnas y que a su vez se continúa con el baño”.
Este baño tiene como características principales estuco en las paredes y microcemento con pequeños apliques de color en el piso. Sin embargo, al ingresar a este toilette se destaca, además de una bañera convencional, una cabina ducha, hidromasaje y vapor. “Originalmente iba a haber un jacuzzi pero finalmente los propietarios optaron por esta cabina porque tiene distintas funciones como vapor, lluvia, música y hasta la posibilidad de atender el teléfono”, sorprende el arquitecto.
Así, líneas simples y diversas texturas se unen para brindar confort y serenidad en el norte de la Patagonia.
REVESTIMIENTOS: TODO LO NUEVO
Para el revestimiento de las paredes y pisos de esta vivienda, el arquitecto Diego López de Murillas propuso algunos de los materiales más modernos del mercado.
“En el exterior, tanto en el frente como en la terraza del dormitorio principal, se colocó un símil piedra París de Molinos Tarquini; en los pisos colocamos microcemento alisado. En las paredes de los baños se puso estuco”, sintetiza.
“El estuco queda como un espejo en los baños donde las mesadas son de hormigón y el piso de microcemento –detalla el arquitecto–. Allí, el techo tiene un corte de pintura porque, sobre todo cuando trabajás con estuco, se nota mucho el corte en las terminaciones que se sigue trabajando muy artesanalmente, entonces, cuando hacés un cambio de color tan brusco te delata la mano y así se disimula”. López de Murillas describe rápidamente algunas de las virtudes del microcemento: “Funciona bárbaro y tiene la impronta artesanal al hacerlo. Creo que los nuevos revestimientos van a remplazar a los revoques tradicionales porque el ligante tradicional como cemento y cal se degrada y la arena absorbe el agua, es uno de los únicos áridos que no tiene una estabilidad volumétrica, en cambio, los nuevos revestimientos son hechos con mármol, granito y cuarzo que son áridos más estables y que no tienen mucho costo porque se usan los desperdicios, se muelen y se unen con ligantes”.
López de Murillas continúa explicando que en el caso del parís el ligante que se utiliza es cementicio, “es el caso de los edificios clásicos del Mercado del Abasto, Constitución o Retiro. Se trata de un reboque fino con color donde el ton lo da el cuarzo, que en la naturaleza existe en todos los colores básicos que se mezclan para lograr el color deseado. Como es el color natural de la piedra se evita futuros repintados”.
“El microcemento –continúa el profesional–, es igual que la piedra parís pero cambia la molienda de los áridos, que es mucho más fina, y el ligante, que en vez de ser cementicio es a base de polímeros, o sea acrílicos. Se puede poner tanto en pared como en piso. Además de agregar un tono ‘hecho a mano’, permite hacer paños grandes sin particiones. En esta casa lo usamos inclusive en partes de la terraza que no son accesibles pero se resolvieron así para que visualmente no fueran feas”.