Un condominio es un edificio de viviendas desarrollado en no más de dos o tres plantas, que alberga una determinada cantidad de departamentos, al cual se le incorpora áreas de esparcimiento para uso común de sus moradores. Es una variante de la propiedad horizontal, bajo una tipología edilicia inversa al tradicional edificio en altura. Esto es, que sus espacios de uso compartido adquieren mayor importancia en cantidad y calidad de prestaciones. Por lo general estas áreas comunitarias que expanden la superficie de uso privado suelen incluir piscina, solarium, fitness, sauna, jardín, salón de usos múltiples y hasta microcines -según la escala del desarrollo-.
En la Argentina de los años ‘20 al ‘40, especialmente en los barrios de Paternal, Chacarita, Caballito y Flores de Capital Federal, hubo antecedentes de similares características al condominio actual, con las residencias colectivas del arquitecto Bereterbide. Claro que por aquel entonces eran viviendas destinadas a sectores sociales ascendentes y no formaba parte de la usanza de esos tiempos incorporar servicios de uso común de las características mencionadas anteriormente, aunque sus espacios verdes interiores eran tratados como verdaderas plazas privadas.
El concepto actual del condominio es el resultado de influencias contemporáneas de países europeos (Francia, España, Italia, Inglaterra) y del sur de los Estados Unidos, que habitualmente marcan cierta tendencia en la arquitectura en la búsqueda de respuestas a la demanda de ciertos sectores medios y medios/ altos de la sociedad. Sin duda la demanda de confort, seguridad y cada vez con mas énfasis la de un entorno inmediato que recree un hábitat natural son condicionantes universalizados en la arquitectura contemporánea.
Desde una relación de la arquitectura con el urbanismo, este tipo de desarrollos conviven en forma más afable y equilibrada con el paisaje urbano de las ciudades, ya que se integran armónicamente con las áreas residenciales sin producir impactos adversos en el perfil urbano de los barrios. Una ciudad moderna y prominente no necesariamente debe ser “alta”.
En los últimos tiempos puede apreciarse en todo el país un incipiente crecimiento de esta modalidad edilicia, cuya tendencia pareciera ir ganando las preferencias de aquellas personas que buscan mejorar su calidad de vida y una alternativa entre las prestaciones que ofrece una “casa” - en cuanto a su relación con los espacios exteriores-, y la practicidad, seguridad y mínimos costos de mantenimiento que ofrece un “departamento” convencional de un edificio en altura. Los condominios en esta nueva tendencia resuelven superlativamente estos requerimientos de hoy y hacen notable las preferencias de muchas personas por abandonar el departamento y el barrio cerrado e integrarse a la vida en comunidad que ofrece el compartir estos espacios de recreación.
EN CIPOLLETTI
Ilustran esta nota (págs. 4 y 5) los renders del anteproyecto del arquitecto Staffolani -titular del estudio Staffolani & Asociados, arquitectos de Cipolletti-, que se encuentra en su fase inicial.
Sobre un lote de 30 x 39 m, el programa del proyecto se desarrolla en dos plantas y cuenta con 11 departamentos distribuidos en unidades de 1, 2 y 3 dormitorios , 26 cocheras, piscina, solarium y espacios verdes de uso común.
La superficie cubierta del proyecto es de 1.200 m2.