Estimado Teodorico: quiero hacerle llegar mi inquietud. He plantado un par de árboles de tilo hace unos dos años y se han desarrollado bien, con buenas hojas en primavera, pero llegando fines de enero éstas comienzan a secarse de afuera hacia adentro hasta caerse totalmente hacia principios de marzo. No veo ataque de algún insecto y he observado esto mismo en ejemplares más antiguos, como asimismo otros con follaje intacto. Quisiera agregar que están ubicados a pleno sol y el riego es bueno. Desde ya le agradezco cualquier asesoramiento que pueda brindarme para solucionar este problema.
Atentamente Luis.
UN PROBLEMA FRECUENTE
Esto es muy frecuente en los tilos en nuestra región del Alto Valle. Sin ir más lejos, lo tenemos a la vista desde diciembre a través de los ventanales de nuestra redacción (como se puede observar en la foto de la izquierda) ... de cinco que teníamos originalmente sólo quedan tres y van de mal en peor.
Están sobre un suelo arcilloso y con agua freática salina a poca profundidad y de yapa les da de lleno el aire caliente y seco que se levanta del pavimento y edificios.
Son de sistema radical que profundiza en el suelo. Aquí, en el Alto Valle, el principal inconveniente que encuentran es que cuando alcanzan la capa freática, por lo general salina a muy salina, comienzan a tener problemas de absorción de agua. Por eso, la primera recomendación si se los desea plantar en veredas o jardines, es asegurarse que los suelos sean arenosos, con muy buen drenaje y una freática a por lo menos un metro de profundidad.
PLATYPHYLLOS Y MOLTKEI
Los tilos son originarios casi todos de Europa del norte, hasta el Cáucaso
y pertenecen a la familia de las Malvaceas, subfamilia Tilioideae, especie Tilia, con aproximadamente 45 representantes, uno de ellos americano (Tilia americana).
Las dos variedades que según mi entender se producen en los viveros de nuestro país son Tilia platyphyllos, conocido como “Tilo de hojas grandes” y Tilia moltkei, un híbrido entre Tilia americana y Tilia petiolaris. Al menos estos son los que se ofrecen en los viveros productores.
La fecundación se produce por insectos y por el viento, lo que en estado natural origina frecuentes cruzamientos entre ellos, por lo que en los viveros -es de suponer- se recurre exclusivamente a la propagación agámica, aprovechando que emite profusamente brotes desde la base por yemas existentes en sus raíces, como forma de asegurar la pureza de la variedad.
Las dos citadas, por la experiencia en la región, adolecen de la misma sensibilidad a suelo y clima. Si se ven algunos ejemplares realmente muy buenos se debe atribuir a que han hallado un sitio con buen suelo, profundo y suelto y agua de buena calidad.
COMO ATENUAR DAÑOS
El consejo que puedo dar, ya que aún son árboles jóvenes, es que puntee el suelo en la proyección vertical de la copa hacia la periferia, allí donde caería el agua en caso de lluvia, porque allí se encuentra ubicada la mayoría de los pelos absorbentes de las raíces. Coloque piedras de yeso, muy habituales en la región, a partir de esa proyección hacia la periferia, de modo que las raíces al crecer queden cubiertas por ellas. Si las coloca a cierta profundidad, puede volver a sembrar césped encima de ellas y no afectarán el corte. Por el contrario, si puntea de esa línea hacia adentro, comprometerá a muchas raíces y ocasionará daños al árbol.
Ese yeso se combina con el salitre y con el riego las sales se lavan hacia la freática. Por eso debe haber muy buen drenaje. Duran muchos años, según el tamaño.
Como medida adicional, una vez colocadas las piedras de yeso y antes de volver a sembrar, es recomendable aplicar una capa generosa de azufre en polvo, de los que se usan en los viñedos para combatir el oídio. El azufre no es tóxico, acidifica el suelo al trasformarse en acido sulfúrico y con ello neutraliza la alcalinidad del suelo. La cantidad a aplicar es variable, pero no hay problema en pasarse. Digamos que el suelo debe quedar amarillento.
Asegure un buen riego a partir de diciembre. Si ahora riega bien ... riegue más. Si hay buen drenaje, el exceso de agua no daña porque no se estanca.
Costumbres y leyendas
Para los antiguos germanos, el tilo representaba a Freya, la diosa del amor y de la suerte. Muchos poblados tenían su tilo comunal en la plaza central y era punto de reunión y de celebración de bodas.
También a su sombra se celebraban los juicios que, por ser debajo de un tilo, por lo general eran más benévolos para el sentenciado. En Croacia es un tipo de moneda (“lipa”) e incluso una ciudad debe su nombre a ellos, porque de su nombre alemán “Linde” derivó el de Leipzig (Sajonia, Alemania).
Es conocido que el té de pétalos de tilo es calmante nervioso y se dice que incluso permanecer debajo de ellos, especialmente cuando están en flor, es sedante para el espíritu. Por otro lado, su intenso perfume puede resultar molesto para ciertas personas o incluso ser alergénico, por lo que hay que chequear esta desventaja si se lo desea plantar como “arbol de la familia” en el jardín.
Variedades interesantes
Tanto el Tilia platyphyllos como el Tilia moltkei son bastante parecidos en su aspecto, pues ambos tienen hojas grandes, sensibles a la desecación. Dentro de las numerosas variedades, sería interesante probar con otras de hojas más pequeñas, como el Tilia cordata y especialmente el Tilia tomentosa.
Tilia cordata (foto superior), llamado justamente en español “Tilo de hojas chicas”, debe su nombre a la forma de corazón de éstas (del latín “cordatus-a-um”, con forma de corazón).
Especialmente Tilia tomentosa, también llamado Tilia argentea (“tilo plateado”) por el vello del envés de sus hojas (foto inferior), se cita como resistente a diferentes tipos de suelos, la polución atmosférica y la sequía.
Todos los tilos son excelentes fuentes de néctar y polen para las abejas. Una antigua creencia, de que Tila tomentosa contenía azúcares tóxicos para estos insectos, ha quedado descartada.