i bien hay edificaciones que han cumplido satisfactoriamente la vida de servicio proyectada, y en muchos casos superado lo originalmente pensado, hay también ejemplos que no alcanzaron a cumplir de la mejor manera el ciclo de vida para el cuál fueron programadas.
Por lo general, los especialistas sostienen que dentro de las causas de un comportamiento deficiente de las construcciones se encuentran diferentes motivos.
Según un criterio bastante difundido se encuentran motivos de fallas a partir de errores de cálculo (3%), problemas de los materiales (4,5%), deficiente uso y mantenimiento (7,5%), errores de proyecto (37%), hasta un extremo de fallas por deficiente construcción de la obra (51%).
Tomando como base lo antes señalado resulta evidente que para que una estructura en general y de hormigón armado en particular, mantenga adecuadas condiciones de servicio durante el período de funcionamiento debe estar adecuadamente proyectada y construida, utilizando los materiales apropiados.
Por ello es importante un minucioso estudio durante la etapa de proyecto de las cargas actuantes sobre la estructura y las condiciones de agresividad a las que estará sometida, incluyéndose dentro de éstas la erosión, la acción del ambiente, el ataque químico y todos aquellos otros procesos de deterioro que puedan afectar tanto al mismo hormigón como a la armadura de la estructura.
Y como complemento ideal, durante el proceso de construcción se deberán tomar las precauciones necesarias y aconsejadas por los técnicos.
Dentro de ellas se encuentra un adecuado proceso de protección que incluye el curado con la utilización actual de membranas químicas protectoras de última generación, que vienen a reemplazar a las antiguas arpilleras, la ya clásica inundación del sector hormigonado de otras épocas o el film de polietileno.

SUPERFICIAL

Si no se dispone de adecuadas condiciones de protección, la superficie del hormigón tiende a perder humedad por evaporación. Y la velocidad de evaporación superficial aumenta a medida que la temperatura ambiente y del hormigón, y la velocidad del viento son mayores, mientras que la humedad relativa es más baja.

EL CURADO

El proceso de curado del hormigón es la protección que se debe realizar  para que sea posible el endurecimiento de la mezcla que tiene previamente fijada una proporción de agua y cemento. Estos al combinarse químicamente producen una reacción que no es instantánea, ya que los diferentes componentes del cemento reaccionan con el agua en diferentes tiempos, que van desde unas pocas horas hasta varios meses. 
A esto se le debe agregar que no toda la masa del cemento se pone en contacto con el agua para hacer posible la combinación. Las partículas de cemento absorben moléculas de agua y se hidratan superficialmente formándose una costra que va engrosando conforme el agua penetra hacia el interior. La resistencia de la pasta es función del grosor que se obtenga de esta costra, de manera que mientras mayor es el tiempo en que la pasta se mantenga húmeda, mayor es la resistencia que se puede obtener.
Si la estructura de hormigón no se protege, el agua de amasado se evapora más o menos rápidamente, dependiendo de las condiciones climáticas imperantes y de la extensión de las superficies expuestas a la temperatura ambiental, los vientos, el asoleamiento, la humedad ambiente y la misma temperatura del hormigón.
Si se ha protegido adecuadamente durante por lo menos 28 días, la resistencia que se puede obtener es la estimada por los proyectistas.

FISURACION

Entre los defectos más frecuentes producidos en el estado fresco del hormigón se encuentran las fisuras de retracción plástica y las de asentamiento plástico.
Las primeras se producen en elementos del tipo plano o cáscara, donde una dirección resulta poco significativa respecto de las otras dos e implica el hormigonado de grandes superficies no protegidas como puede ser el caso de las losas de estructura, de pavimento o de piso, que al estar sometidas a condiciones atmosféricas que favorezcan una rápida evaporación del agua superficial, sufren una contracción diferencial que genera las fisuras.
Las segundas tienden a ser más frecuentes en elementos de mayor espesor como vigas, tabiques y columnas aunque en casos extremos también se presentan en losas y otras estructuras laminares cuando la exudación del hormigón resulta excesiva.
Las fisuras de retracción plástica resultan en general relativamente cortas, poco profundas y erráticas que pueden aparecer en el estado fresco del hormigón durante los trabajos de terminación en días ventosos, con baja humedad y alta temperatura del aire. La rápida evaporación de la humedad superficial supera a la velocidad ascendente del agua de exudación, causando que la superficie del hormigón se contraiga más que el interior.
Mientras el hormigón interior restringe la contracción del hormigón superficial, se desarrollan tensiones de tracción que exceden la resistencia del hormigón y consecuentemente se desarrollan fisuras en la superficie. Las fisuras de retracción plástica varían desde unos pocos centímetros de largo hasta 1,50 ó 2 metros y suelen tener una profundidad de 2 a 3 centímetros, aunque pueden penetrar hasta la mitad o más del espesor de la losa cuando las condiciones ambientales son muy adversas y las prácticas de protección y curado resultaron deficientes.
Fuente: Visión Empresarial - División Hormigón elaborado - Prokrete Argentina/
Departamento técnico Loma Negra SIASA

MEMBRANA PROTECTORA

El curado debe realizarse a todas las superficies expuestas después de la operación de llenado de los encofrados. Así, la membrana de curado tiene que ser aplicada lo más pronto posible para garantizar que el hormigón fresco se cure adecuadamente y adquiera la resistencia específica y la durabilidad necesaria.
En grandes superficies como losas de pisos, contrapisos y pavimentos se puede utilizar  la membrana química que es el rociado con un compuesto de curado para evitar la pérdida de esta humedad.
El momento de la aplicación es generalmente cuando se ha terminado con la operación de acabado de la superficie. Si el proceso de nivelado se ha desarrollado sin inconvenientes, no hay lechada en las ranuras y sus caras son estables, se debe proceder a la aplicación de la membrana química, ya sea manual o mecánicamente, según sea la escala de la superficie a tratar.
También se procede a la tarea de curado cuando el brillo inicial haya casi desaparecido.