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Domingo 28 de Enero de 2007
 
 
 
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  CON VISTA AL MAR Y A UN CAMPO DE GOLF, UN
  COMO UN BARCO EN ALTAMAR
CON UNA ARQUITECTURA MUY PARTICULAR, QUE EN MUCHOS ASPECTOS SEMEJA A UN ENORME BARCO, MIGUEL Y MERCEDES LOGRARON CONSTRUIR LA CASA DE SUS SUEÑOS. EN LA FACHADA, MADERA Y PIEDRA BOCHA SIMULAN ROCAS QUE LO ANCLAN EN TIERRA FIRME.
 
 

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Recostados en su suite matrimonial, los propietarios de esta hermosa vivienda construida en el Alto Club de Golf pueden observar el mar y el horizonte. A sus pies queda la verde cancha por donde lentos y diminutos se desplazan los jugadores tras la pequeña bola blanca.
La cama puesta en diagonal corta al medio la habitación, cuyos lados hacia el sur se han convertido en importantes ventanales. Como un capitán en el puente de mando de su barco Miguel puede contemplar sin interferencias todo el country en el que reside, la silueta de la villa turística pintada sobre el golfo y, enorme y azul, el San Matías y su magia. La estepa patagónica que rodea el lugar le agrega con tonos sienas su natural complemento continental a tanto paisaje marítimo.
No hay dudas que la casa de Miguel y Mercedes fue pensada y diseñada con el placer como objetivo. Desde todas sus ventanas se ve el mar y la naturaleza, en cada rincón se observan detalles dispuestos para la búsqueda de la tranquilidad y el solaz.
“Por ahora trabajo 20 días en Comodoro Rivadavia –su lugar de residencia hasta la actualidad– y diez acá, pero próximamente nos trasladaremos aquí para establecernos definitivamente”, asegura su dueño. Y así serán sus años de retiro, imbuídos en un paisaje de ensueño, disfrutando de cada sector, recorriendo cada palmo de la estructura y contemplando un cuadro natural que cambia de tonalidades mientras el sol se mueve alrededor.
El ingreso a la vivienda se asemeja a una fortaleza construida con rocas basálticas de la meseta de Somuncura. La “piedra bocha” pareciera ser la base de la construcción, que en su frente posee dos estanques por los que circulará el agua y en el que prevén disponer próximamente varias carpas para que naden a su antojo junto a la casa. Un deck, a manera de puente deja acceder a la puerta principal, que hermética y con estilo permite el ingreso de los invitados pero se cierra sin imperfecciones para evitar el polvillo de los días de fuerte viento patagónico.
En el nivel de la entrada se ubica un amplio sector público destinado a reuniones con amigos y familiares. Sillones modernos, mesas y sillas especialmente diseñadas para esta casa, con detalles de mar y resistente madera y líneas conceptuales que aportan funcionalidad y estética, tientan a cenas relajadas y sobremesas extensas.
Unos escalones separan esta parte de una inferior, construida como parte del “sollado” de un barco, con sus respectivos camarotes. A un lado se suceden tres habitaciones, todas con vistas mar. Enfrente, un baño compartimentado es ideal para el uso de los más jóvenes que se preparan para salir por las noches. “Los chicos por ahí salen y tienen el acceso más reservado por la puerta lateral”, cuenta Miguel orgulloso de su casa.
Y también desde esta parte de la vivienda se llega a un sector que adquiere gran importancia a la hora del disfrute. Una puerta de madera resguarda la frescura de los ladrillos vistos del interior. Los estantes con capacidad para 200 botellas sostienen algunas de ellas que se han ido incorporando. La cava es otro orgullo de Miguel y conduce allí a sus invitados para compartir un buen vino, que reposa en las condiciones de temperatura y humedad recomendables para preservar su aroma y sabor.
Una escalera lleva hacia la parte alta donde domina la escena la cama matrimonial dispuesta en diagonal en medio de la habitación. Detrás de ella un vestidor de doble acceso da lugar exacto para la ubicación de la indumentaria y calzado del matrimonio. Varias puertas bajo las ventanas ofrecen más espacio para vestimenta y, una de ellas al abrirse, permite la mágica aparición del frigobar que en muchas noches de verano evitará el descenso a la cocina en un busca de algo para el espíritu que se complemente con el horizonte.
La casa está pensada para potenciar los placeres. “No queremos que sea una casa onda museo, es para vivirla y disfrutarla”, asegura Miguel ante a mirada de los cronistas que no dudan en el planteo.
El campo rodea la casa y el patio trasero linda con la estepa patagónica. Aún en desarrollo, el exterior irá incorporando próximamente más verde y más sombra, con espacios para estacionar vehículos, un sector para asados y más puntos clave desde los cuales sentarse a contemplar el horizonte, las estrellas y sus luz reflejada sobre el golfo San Matías.

 

EN EL PISO DE ABAJO SE HIZO UNA IMPONENTE CAVA CON PISO DE MADERA Y LADRILLO A LA VISTA Y UNA CAPACIDAD PARA 200 BOTELLAS. ESTA HABITACION TIENE CONDICIONES ESPECIALES DE TEMPERATURA Y HUMEDAD PARA PRESERVAR EL AROMA Y EL SABOR DE CADA VINO.

EN UN PISO INTERMEDIO SE COLOCARON LAS AREAS SOCIALES DE LA VIVIENDA, QUE SE CONTINUAN UNA A OTRA SIN DIVISIONES. ESTAR, COMEDOR Y COCINA SE UNEN ASI, CREANDO UN ESPACIO AMPLIO E IDEAL PARA LAS GRANDES REUNIONES CON LOS AMIGOS DE TODA LA FAMILIA. 

LAS TRES HABITACIONES PARA LOS MAS JOVENES DE LA FAMILIA, CON BAÑO COMPARTIDO, SE COLOCARON EN EL PISO INFERIOR DE LA VIVIENDA. DESDE ALLI TIENEN UN ACCESO RESERVADO A LA CASA POR LA PUERTA LATERAL, IDEAL PARA LAS LLEGADAS TARDE DEL FIN DE SEMANA.

EN EL DORMITORIO DEL MATRIMONIO, QUE OCUPA EL TERCER NIVEL DE LA CASA, TODO ESTA PREPARADO PARA EL DISFRUTE. LA CAMA SE COLOCO EN DIAGONAL EN EL CENTRO DE LA HABITACION Y DETRAS DE ELLA SE HIZO UN VESTIDOR EN EL QUE SE COLOCO UN FRIGOBAR.

   
TEXTO: PEDRO CARAM
pcaram@rionegro.com.ar
FOTOS: MARTIN BRUNELLA
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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