Es indudable que el círculo de lectores de jardinería es cada vez más amplio y diverso. Los "locos por las plantas", como defino a quienes tenemos ese "no sé qué" por esta porción de naturaleza encerrada dentro de un jardín, abarca desde quienes se inician y asumen que no tienen "ni idea", hasta los eruditos que pueden dar cátedra... lo digo por experiencia.
Si hay algo que nos identifica a casi todos, es nuestra inveterada costumbre de traer semillas y gajos del lugar que sea, especialmente cuando tenemos la suerte de tomarnos unas vacaciones. Esta puede ser una costumbre peligrosa para el medio ambiente en regiones húmedas y cálidas, donde el involuntario "inmigrante" se puede convertir en amenaza si se escapa del jardín y se multiplica incontroladamente.
Afortunadamente nuestra región, semiárida y templado fría, no brinda demasiadas oportunidades para expandirse a especies acostumbradas a climas más benignos. Cuando no las frena la falta de agua, lo hacen las heladas.
Así se enmarca nuestro invitado de hoy, un árbol cuya semilla fue traída por una señora roquense desde el Jardín Botánico de Teneriffe, en las Islas Canarias. Trajo la semilla, obtuvo árboles y recordó vagamente algunas referencias ... "era de Australia, creo, y algo así como árbol del fuego", fueron las referencias.
Les aseguro que estuve casi un mes tratando de descifrar el enigma y creo que lo logré... a no ser que los eruditos me tapen nuevamente la boca.
Para facilitarles el trabajo, les adjunto una serie de fotos.
El porte del árbol, su tronco verde liso y su follaje, me resultaban conocidos, pero cuando comparé sus flores que lo cubren de un manto rojo a comienzos de diciembre, me entró una duda existencial terrible. Me pareció un "brachichito", pero los pocos que había visto en Roca, en veredas, tenían flores parecidas pero de color crema y su follaje se parecía al de un arce.
Como podrán observar, el que hoy nos ocupa tiene flores de color predominantemente naranja fuerte en su interior y hojas casi como las de un álamo. A medida que más buscaba en internet, menos le veía la punta al ovillo... no me "cerraba" por ningún lado.
OTRO "COCODRILO DUNDEE"
"Persevera y triunfarás", reza el dicho. Y ahora sí, creo que descifré el oráculo.
Es un Brachychito populneus, de la familia de las Esterculiaceas (Sterculoidea) y por lo tanto primo hermano del "árbol de Judea" (Cercis siliquastrum). Es australiano, o sea compatriota del "limpiatubos" (Callistemo) y de "Cocodrilo Dundee". Es de rápido crecimiento, hoja perenne y resistente a sequía.
Ahora bien, lo que me volvió loco son dos cosas. Una, era el follaje tipo álamo... eso coincidía, ya que el álamo es del género Populus y por eso lo de "populneus".
"Hasta aquí vamos bien, dijo el pavo y estaba en la puerta del horno". El inconveniente era que el "árbol de fuego" es el nombre común de otro brachichito, el Brachychiton acerifolia, o sea con hojas de arce (género Acer)... y ahora, ¿de qué me disfrazaba?
AHIJUNA CON LA PLANTITA
Después de mucho buscar, pude descubrir que este árbol tiene la particularidad de mostrar una gran diversidad de formas de hojas en un mismo árbol... desde entera tipo álamo a tipo arce, con tres lóbulos... y hasta finita como la de un sauce. Para corroborarlo, nada mejor que la foto que les acompaño. Allí se pueden observar tres formas que no se parecen en nada entre sí.
Me faltaba el color de las flores, ya que la referencia era que se cubría de un manto rojo (las fotos fueron sacadas a mediados de diciembre y en el árbol aún se observan los pedúnculos florales).
Me tranquilicé cuando leí que esta especie también tiene flores crema por fuera y colorado oscuro por dentro. Esto es lo que se puede apreciar claramente en la foto superior.
Otra curiosidad destacable, es que los brachichito tienen la capacidad de almacenar agua en su tronco, el que en algunas especies se engrosa a la altura del suelo y es por eso que se los llama también "árbol botella". En otros, como el populneum, es menos evidente porque la almacena en sus raíces, pero esa reserva les permite soportar largos períodos de sequía ... o sea que en eso se parecen a los camellos.
En cuanto a frío, resiste bastante bien hasta 3 ó 4 grados bajo cero, que es lo habitual en nuestras ciudades.
"Listo el pollo y pelada la gallina". Tengo el gusto, entonces, de presentarles a este nuevo integrante australiano con residencia en el Valle, extensivo a toda la franja patagónica entre los ríos Negro y Colorado.