Ustedes saben que las plantas en general se pueden multiplicar de dos formas básicas. Una es por semillas, en donde se obtiene un individuo nuevo en el que participan los dos sexos y que, por lo tanto, está sujeto a las leyes de la genética, o sea que puede obtenerse -o no- un individuo igual a los padres ... mejor dicho a la madre, que es de donde se obtiene dicha semilla.
Otra forma muy práctica es la agámica o asexual, en la que no intervienen los sexos de los progenitores sino solamente un trozo de la planta madre ... con ello, se obtiene un individuo idéntico a la planta que le dio origen.
La forma más tradicional de obtener plantas de trozos de la planta madre, es por medio de estacas o "podos". En ciertas plantas puede ser por medio de trozos de hojas o incluso de porciones de raíz, pero no es lo más frecuente.
ESTACAS DEL AÑO ANTERIOR
Al cortar estacas de una determinada planta y colocándola en un medio adecuado, éstas pueden formar raíces y desde allí un nuevo individuo. Como ejemplo más típico tomemos a la vid, de la cual se cortan podos en invierno y se ponen a enraizar en el suelo y así, al cabo de ese primer año ("primer verde"), se obtienen los "barbados" o sea estacas con raíz ("barbas") que se llevan al lugar definitivo ... o siguen creciendo en el mismo lugar, como es el caso de los álamos.
Para cortar los "podos", siempre se elije la madera de un año, porque los tejidos, cuanto más nuevos son, con más facilidad se diferencian. No olvidemos que los tejidos formados para ser de conducción o asimilación, deben variar su función en el cambium (zona entre la corteza y la madera), para dar nacimiento a raíces que permitan la absorción de agua y nutrientes ... sin ellas, no hay vida posterior.
O sea que cuanto menos dura o vieja sea la corteza, habrá más posibilidades de diferenciación de tejidos. Por otro lado, si estas estacas son demasiado tiernas, se corre el riesgo de "pasarse para el otro lado", o sea que antes de formar raíces, se pudran.
ESTACAS DEL MISMO AÑO
Para que las estacas o podos no sean ni muy tiernos ni muy maduros, se espera al comienzo del verano, o sea ahora, para obtener un material con madera semidura ... o sea ni "muy-muy" ni "tan-tan". Tendrán tejidos nuevos, cuya diferenciación es más factible.
Esas estacas han nacido en primavera y muy posiblemente ya hayan florecido. Esto es importante porque, si ya no seguirán floreciendo, los tejidos usarán su energía para formar el "callo" (tejido de cicatrización) y de allí las primeras raíces. Si por el contrario aún deben florecer, hay que eliminar todos los pimpollos antes y durante el enraizado.
Lo ideal es tomar esos gajos al amanecer, cuando están bien turgentes y eliminarles prolijamente todas las hojas de la porción que irá en el sustrato de enraizamiento. Las restantes, si son muy grandes, se pueden cortar por la mitad.
También las puede untar en hormona enraizante, que se consigue en los viveros, pero no es imprescindible.
Todo este conjunto se coloca en un sitio con alta humedad y luminosidad. Yo acostumbro a colocarlos en macetitas (pueden ser vasitos de yogur) con suelo suelto y muy buen drenaje y éstas dentro de una jaulita de las usadas para cítricos ... a su vez, estas jaulitas las coloco dentro de una bolsa de nylon traslúcido y hermética, en un sitio a media sombra y temperatura estable dentro del mismo jardín.
Así pueden estar por espacio de al menos un mes, sin tocar. Si usted es de los curiosos que no aguantan, puede abrir para "pispear", pero no olvidando tapar prolijamente. Un descuido en ese sentido, puede hacer fracasar el enraizamiento.
Usted ya lo habrá adivinado ... este procedimiento es el complemento ideal a nuestra inveterada costumbre de "adquirir" gajitos de jardines vecinos sin que el dueño se entere y sin dañar a la planta madre. Es más, si está de viaje, puede envolverlos en papel humedecido y dentro de un nylon hermético, que así le durarán el tiempo suficiente en la valija hasta llegar a su casa.
TEODORICO HILDEBRANDT
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