| | La diversidad de propuestas, estilos y tendencias es el eje de la nueva edición de Casa FOA, la megamuestra de arquitectura, diseño interior y paisajismo que este año se desarrolla en la ex fábrica de fideos y bizcochos Canale, en donde convergen los barrios porteños de La Boca, San Telmo y Barracas.
Más de seis mil metros cuadrados del ahora denominado Palacio Lezama -frente al parque homónimo- albergan los 54 estudios argentinos que ofrecen espacios tan variados como peluquería, gym, fotogalería, ludoteca, bodega, estudio de fotografía y lobby además de los tradicionales loft, living, cocina, baños o spa.
“Hay muchas propuestas creativas, hechas con materiales novedosos y visiones diferentes, y esto tiene que ver con una tarea que FOA se propuso a lo largo de todos estos años: encontrar el diseño propio”, explicó Inés Miguens, una de las directoras de Casa FOA.
“Antes, la moda se dictaba afuera y la tendencia era una sola -continuó-: estilo italiano, o todo blanco, o minimalista o barroco, pero hora veo cada vez más un libre desarrollo de la creatividad, lo que genera una mayor diversidad de propuestas”.
Como todos los años, Casa FOA fomenta la recuperación edilicia y el desarrollo de emprendimientos y estimula el interés por conocer un lugar histórico de la ciudad -manifestó Miguens- por eso, este edificio de 1910, protegido por el Area de Patrimonio del gobierno porteño, se convertirá luego en un complejo de oficinas y centro comercial.
En el corazón de este edificio modificado y transformado para este acontecimiento se encuentran unas enormes puertas metálicas que conforman el sector de la antigua panadería (y actual cafetería), donde se pueden ver las “estufas” originales en las que se cocinaban los bizcochos y el pan dulce de la ex fábrica.
Los colores fuertes y variados son protagonistas también, como se refleja en un espacio donde predomina el verde esmeralda, o un baño realizado por completo en tonalidades de rojo, o un spa azul, además de estar presentes en alfombras, objetos y muebles.
Un original sistema de torres -en un ambiente tipo galpón, signado por los colores sepia y berenjena- fue ideado por el estudio de iluminación de Rubén Amsel para alojar, en cubos transparentes, dieciséis sillas que fueron rediseñadas en base a modelos históricos.
“Traté a cada silla como a una obra de arte, por eso las encerré en estos cubos transparentes, mientras que las torres me permiten llevarlas al punto óptimo de visión. Debajo de cada una, subyace un espejo que rompe el piso visualmente”, explicó Amsel.
La “Plaza de salida” es el nombre del espacio diseñado por el arquitecto Bruno Cariglino, con la colaboración de las decoradoras Agustina Rozzi y Nataya Cacciavillani, en el que revalorizaron los elementos esenciales de la arquitectura industrial de ese espacio.
Las tramas de hierro y de vidrio existentes fueron reproducidas en la retícula que se puede ver de los bancos de vidrio laminado blanco -iluminados desde adentro, que cambian de color- que delimitan una pileta llena de plantas traídas de Corrientes, con hamacas de mimbre y música de fondo.
“Quisimos meter un poco de naturaleza y de verde en este edificio compacto, de muchos pasillos y cemento, pero lo más importante es que quisimos hacer un lugar público, un espacio que la gente utilice, y no que esté detrás de una baranda y sólo se lo pueda mirar.
Es un lugar de reunión, de encuentro, donde uno puede sentarse o esperar a alguien, o hacer lo que quiera”, explicó Cariglino.
Los pasillos señalizados de FOA conducen también a un lobby de hotel donde se armaron tres áreas distintas (la de descanso, la de mostradores y un espacio de arte), que, según explicó Roberto Ingaramo, de Mayflower, “están divididas por las texturas de las paredes pero unificadas por el color blanco predominante”.
Otra de las propuestas, un estudio de fotografía en escala reducida, en un espacio unificado por el color blanco, está compuesta por un área para las tomas fotográficas -con la curva del infinito-, la zona de vestuario, el carro de maquillaje, un sillón de descanso y el escritorio de los retocadores, contó la arquitecta Mariana Lehrer, del estudio Gutman+Lehrer.
En el estudio de una artista, “La mersa” es el local que mezcló estilos y épocas, donde los objetos ocupan el centro de la escena y donde predominan los muebles recuperados y los objetos diseñados y creados con distintos materiales como piedra, madera, metales, vidrio, resina y papel maché, aseguró la arquitecta Solange Bendjeunian de Bunge. LA SOFISTICACION Y LOS DISEÑOS DE ELITES GANARON EN LAS PROPUESTAS DE COMEDOR EN ESTA NUEVA EDICION DE CASA FOA QUE VISITO “eH!”, DONDE SE PUEDE COMER, TRABAJAR O RELAJARSE. ESA ES LA IDEA: LA MULTIPLICIDAD DE FUNCIONES QUE UN MISMO LUGAR PUEDE OFRECER. OTRO DATO, EN ESTE SENTIDO: NO HAY SITIO QUE NO TENGA SU BIBLIOTECA CON LIBROS Y CD’S. EL ESPIRITU GOURMET, TAN DE ESTOS TIEMPOS, IDENTIFICA A TODAS LAS DECO ELEGIDAS. ESTA CASA FOA MATA EL MINIMALISMO, QUE TANTO OCULTABA LAS COSAS. AHORA, POR EL CONTRARIO, TODO ESTA A LA VISTA, NADA SE ESCONDE. EN LAS COCINAS, ESTA CONSIGNA SE CUMPLE A RAJATABLA. mucho aluminio, vidrio, cemento y toques de madera. LOS ESCRITORIOS, TANTO EN LA CASA COMO EN LA OFICINA, CONJUGAN LA FUNCIONALIDAD, EL CONFORT Y EL CLIMA IDEAL PARA SOPORTAR LAS PRESIONES QUE EL MUNDO LABORAL HOY PRESENTA. SEA PARA UN JOVEN PROFESIONAL COMO PARA UN ADULTO SE IMPONE UN AIRE LOUGE, que se logra con pufs de cuerinas y sillones. el estilo hit-tech se quiebra con detalles vintage o antiguos, para que la vanguardia, de este modo, sea agradable y calida de entrada.no olvidarse que los espacios son abiertos y que en la casa se comunican con el dormis y el baño. la amplitud es el concepto vigente: tanto mental como de diseño es mas que necesaria. EL PILETON ILUMINADO DEL ARQUITECTO BRUNO CARIGLINO ES LA ESTRELLA DEL PLANTEO REFRESCANTE DE LAS DECORADORAS CACCIAVILLANI Y ROZZI. LAS REPOSERAS ESFERICAS COLGANTES, LO ULTIMO EN CHILL OUT. ESTOS PROFESIONALES COMPARTIERON LA MEDALLA DE PLATA EN LA CATEGORIA PAISAJISMO CON LA TALENTOSA CRISTINA LE MEHAUTE, QUIEN RECUPERO LOS COLORES Y LA ESTETICA DEL BARRIO LA BOCA. ALUCINANTES LOS BALDES, fratachos y cucharas de albañil que cuelgan desde el techo. HAY QUE ANIMARSE A LAS INSTALACIONES, DICE.
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