Click para ampliar

La vista es imponente. El cordón montañoso Chapelco se eleva al fondo chispeado de blanco, justo detrás de la verde cancha de golf y los bosques de araucarias y pinos. Desde la ladera, esta casa unifamiliar de uso temporario revestida en piedra y madera se integra al paisaje.
Para el desarrollo del proyecto, el estudio del arquitecto Martín Madero estableció en primer lugar todas las áreas de la vivienda tanto en el interior como en el exterior ubicando el área de recepción en la planta alta.
Allí, todo esta dispuesto para dar exclusivo protagonismo a la naturaleza. Desde los bancos en el deck bajo el alero hasta los enormes paños de vidrio que rodean cada uno de los ambientes.
“Siempre se priorizó la vista buscando que la edificación ofreciera cobijo y protección, permitiendo así un uso intensivo de la misma sin que dependiera de las condiciones climáticas -explica Madero-. Hay que tener en cuenta lo variable del clima durante todo el año en cuanto a lluvias, nevadas, vientos predominantes, soleamientos y el carácter de vivienda de uso temporario. Hay cierto tiempo para percibir todo lo posible. Y es necesario protegerse en el exterior tanto como en el interior sin perder la capacidad de disfrutar”.
Madero explica que “con la piedra se buscó cierta plasticidad en la conformación de su volumetría, sin perder su imagen de vigor, alternando con la madera. Esta última ubicada en todos los volúmenes livianos, salientes y puentes, como así también en su cubierta”.
“Toda vivienda debiera ser capaz de transmitir emociones, sin perder las que ofrece el propio sitio. Esto fue un punto de vital importancia en la búsqueda del proyecto. El juego de luces, las transparencias, el uso del fuego y el sorprenderse por lo que se encuentre en cada rincón. El interior en diálogo con un exterior cambiante y protagonista principal del sitio. De hecho la variable de su uso colabora con este concepto. No existe una puerta principal única. Todo se adapta a la necesidad de cada época del año”, concluye el arquitecto.