| Los paseos fuera de la jaula: Hemos conseguido que ya tenga cierta confianza con nosotros y posiblemente queramos sacarlo de la jaula para que esté con nosotros. Al principio lo más normal es que salga volando chocando contra muebles o paredes, con lo que es muy recomendable que la habitación donde lo tenemos suelto tenga las ventanas cerradas y no haya peligros para el loro como aristas puntiagudas, estufas o cualquier otra cosa donde pueda ir a parar en su loco batir de alas. Es muy recomendable que sea él quien salga de la jaula y no nosotros quienes lo saquemos quizás a la fuerza. En principio este paso ya lo tendríamos dado, pues lo tenemos acostumbrado a nuestra mano y se sube a nuestro dedo, podemos ofrecerle la golosina en la puerta de la jaula, evidentemente abierta, para que se acerque y salga. Si no quiere salir es mejor dejarlo Para volver a introducirlo en la jaula es igual de válido lo dicho anteriormente, no es recomendable perseguirlo por la habitación e intentar agarrarlo, con esto lo único que conseguiríamos es asustarlo y que vuelva a tener miedo a nosotros y a nuestra mano. Para regresarlo a la jaula podemos intentarlo con el mismo método con el que lo hemos sacado, ofrecerle una golosina, hacer que se suba a nuestro dedo y volver a meterlo. También podemos acercarle la jaula para que él mismo se introduzca, si tiene hambre o sed posiblemente lo haga. Poco a poco haremos que los paseos fuera de la jaula sean más agradables para él y para nosotros. Todo es cuestión de paciencia. Cuando ya lo tenemos acostumbrado a salir podemos enseñarle a que acuda a nuestra llamada enseñándole su golosina favorita a la vez que lo llamamos, siempre en tono suave. |