Número de Visitas  
TITULOS SECCIONES SUPLEMENTOS OPINION CLASIFICADOS SERVICIOS NUESTRO DIARIO PRODUCTOS
  podio
RURAL
DEBATES
GUIA OCIO
eH! HOGAR
Espectáculos
ECONOMICO
CULTURAL
ENERGIA
 
Domingo 24 de Septiembre de 2006
 
 
 
>>EDiciones ANTERIORES
   
  EL JARDIN DE CASA!
  Clematis, la “reina de las enredaderas”
Poco conocidas, son de hermosas flores pero aspecto frágil. Nos ocupamos primero de las silvestres, muy rústicas, dejando para después a las híbridas, bellísimas pero algo más delicadas.
 
 

Click para ampliar

Las clematis son consideradas en los países del Hemisferio Norte, de inviernos más fríos que el nuestro, como la “reina de las enredaderas” ... esto ya le dará un anticipo.
Pertenece a la familia de las Ranunculaceas, por lo que es prima hermana de las anémomas y las marimoñas. Su hábitat natural es en los bordes de los bosques, donde crece con sus raíces en el suelo fresco, sombreado y húmedo y “estira el cuello” para que sus flores reciban el sol, para lo cual se aferra a los árboles y arbustos para trepar ... el lema para cultivarla es “pies fríos y cabeza caliente”.
Sus órganos de agarre son las mismas hojas, que alargan su pecíolo para enroscarse. Esta característica la hace una trepadora no agresiva para fachadas, barandas y otras partes de una vivienda, al contrario de la glicina.
Muy poco conocida en la región, tal vez por eso se esté creando una injusta fama de “difícil” ... “si no se la planta mucho, es porque debe ser muy delicada”, es el razonamiento general. Esto es cierto a medias.

VARIEDADES SILVESTRES

Dentro del amplísimo mundo de las clematis tenemos básicamente dos tipos. Por un lado están las silvestres, rústicas y resistentes, y por el otro los híbridos, que requieren de mayores cuidados. Por eso, lo aconsejable es comenzar con una silvestre para tomarle la mano.
Mi primera intención ha sido tratar esta hermosa enredadera en una sola nota, pero para procurar darle más claridad al tema, voy a optar por ocuparme ahora de las silvestres, que son las que primero florecen, y luego lo haré con los híbridos, de floración a fines de la primavera.
Hay varias especies silvestres, incluso una que es autóctona de nuestro país y crece también aquí en el Valle, que es la Clematis montevidensis (ver recuadro).
Para mencionar otras especies silvestres, tenemos Clematis alpina, Clematis viticella y Clematis tangutica. De esta última, he visto una oferta en un vivero de Bariloche.

CLEMATIS MONTANA Y SUS VARIEDADES

En los viveros del país, al menos los tradicionales de la provincia de Buenos Aires, la que se ofrece es la Clematis montana y sus variedades. Tiene como característica un crecimiento vigoroso, que puede alcanzar fácilmente los 6 a 8 metros.
La sombra que produce es tenue, por lo que en una glorieta deja algo que desear pero es ideal para combinar con árboles como el abedul, también de follaje tenue, ya que no se robarán la luz. También para adornar fachadas, columnas y cercos.
Para su cultivo, hay que tener la precaución de que sus raíces estén siempre sombreadas. Para eso se aconseja una amplia cobertura de ladrillos o la sombra densa de algún arbusto de hoja perenne.
Sus tallos, si bien son extremadamente finos y de apariencia frágil, resisten bien los vientos de la región, aunque lógicamente, si se producen a fines de setiembre o comienzos de octubre, que es la época de floración, habrá daños en sus pétalos.
Las flores son de tamaño mediano, con cuatro pétalos de color rosado o blanco y con un suave perfume a chocolate o vainilla, según la variedad. La floración dura aproximadamente 15 a 20 días y luego desaparece, sin formar semilla ... al menos yo no he logrado obtenerla.
Las hojas se agrupan de a tres sobre un mismo pecíolo, pero con la particularidad de que cada una puede estirar el suyo para enroscarse sobre los soportes. No es nada agresiva pero sí difícil de desenredar, por lo que hay que cortar cada pecíolo de agarre.
El follaje se seca temprano en el otoño pero las hojas no caen, por lo que es práctico sacudirlas con una escoba para limpiarlas, sin dañarlas ya que, como quedó dicho, sus tallos son muy finos y frágiles. No se deje engañar en primavera, porque sólo aparentan estar secos ... en realidad, en cada nudo se estarán desarrollando los futuros botones florales.

RESISTENTES

Son absolutamente resistentes a frío, al gual que los híbridos, de manera que en este sentido no hay por qué dedicarle cuidados especiales.
Los especialistas recomiendan tener especial cuidado al plantar, porque su “cuello” (parte que separa la parte aérea de las raíces) suele quebrarse con facilidad y luego ya es muy difícil que se recupere.
También se menciona que es sensible a un hongo que le provoca marchitamiento, pero esto es muy poco probable en el caso de las especies silvestres y en el caso de los híbridos, no sé de casos en nuesta región.
Para prevenirlo, se recomienda plantarlas con el pan de tierra en forma inclinada a 45º y a 5 centímetros por debajo de la línea de plantación. De esa forma, se protege completamente el “cuello”.
Las especies silvestres no se podan, pues no lo necesitan. Si fuera imprescindible, se la puede acortar una vez que haya perdido los pétalos.

PROXIMA NOTA

Si no conoce las clematis híbridas, para la próxima nota, el 1 de octubre, le tengo preparada una grata sorpresa. Hasta chau.

“BARBA DE VIEJO”

Hay una especie que es autóctona de todo nuestro país y buena parte de Sudamérica, que es la Clematis montevidensis (sinónimos Clematis bonariensis, Clematis hilarii) llamada “bejuco”, “zocate”, “centella”, “cabello de ángel” o “barba de viejo”, porque las flores, insignificantes, conservan durante el invierno unos largos estambres que parecen realmente una barba ensortijada ... dicen que se propaga fácilmente de semillas, pero a decir verdad hasta ahora no lo he logrado, quizás por ser escasa la producción de éstas en nuestra región.
Si la quiere plantar en su jardín, lo más aconsejable es obtener un retoño silvestre.
Pero cuidado al plantar, porque además de las recomendaciones de “pies fríos y cabeza caliente”, debe tener presente que forma verdaderas lianas si trepa por algún árbol, aunque es sumamente “mansa”, como todas sus congéneres..
La va a encontrar con facilidad enredada en alambrados, siempre en sitios húmedos y con suelo fresco, por lo que habita casi siempre cerca de los ríos o cursos de agua.
También se la suele ver, en el Alto Valle, a orillas de la “Ruta Chica”, posiblemente por ser terrenos húmedos, por lo que aparentemente soporta muy bien suelos incluso algo salitrosos.

   
Teodorico Hildebrandt
eljardin@rionegro.com.ar
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
Todos los derechos reservados Copyright 2006