| La productividad de las empresas cada día se apoya más en la arquitectura y en el mobiliario para impulsar el trabajo en equipo -básico- y la comunicación. Sin divisiones, sin muros, sin barreras. Así son las nuevas oficinas que buscan incentivar el trabajo en equipo, integrar los espacios y, de paso, permitir la intercomunicación. “Hoy nadie trabaja de forma aislada y las jerarquías extremas tienden a desaparecer”, asegura Germán Jáuregui, gerente de diseño del europeo Ezgo Studio quien destaca el auge de la oficina abierta. “Esta tendencia también va de la mano con la idea de proyectar la imagen de empresa moderna, dinámica e innovadora que va al ritmo de la globalización”, explicaron quienes diseñaron las oficinas de Google en Dublin, Irlanda, donde la hipercompañía tiene su sede central (y cuyas fotografías ilustran estas páginas). De esta oficina se amplifican ahora las tendencias deco de los lugares de trabajo ultra modernos. “Al considerar que las divisiones separan al equipo se incluye al gerente que, hoy por hoy, es un miembro más y necesita interactuar permanentemente con sus subalternos”, agregan. “Los jefes ya no tienen oficinas apartes, separadas y alejadas de quienes depende para que su performance sea exitosa”, acotan. La tendencia subraya que las oficinas abiertas buscan esencialmente aprovechar los espacios que antes ocupaban muros y divisiones, potencializar la vista vertical y el sitio de almacenamiento e interrelacionar a la gente para que la productividad fluya. De hecho, la ventana y su luz natural dejaron de ser un privilegio para la gerencia. Ahora se comparte la vista y la luz del sol entre todos los integrantes de la compañía. Lo mismo que la decoración interior de la vivienda, la oficina va al diseño minimalista de los muebles y los equipos: redes inalámbricas, monitores planos y computadores portátiles. De hecho, deben ser muebles que se puedan desplazar fácilmente y que se puedan modificar de acuerdo a las necesidades de la compañía sin convertirse en un gasto constante. Ya no hay más muebles instalados para la eternidad; ahora se trasladan, se modifican, se les agrega o quita según vayan las necesidades de los empleados cambiando en el tiempo. De todos modos se siguen viendo oficinas cerradas pero más porque quieren mostrar jerarquía que por verdadera necesidad; de hecho los muebles para almacenamiento son pocos pues esa labor se le encarga a la secretaria o a los equipos digitales. Los muebles son muy minimalistas con un gran escritorio, con máximo dos cajones y superficie para escribir en cuero de altísima calidad, que se usa para interactuar con otras personas. También se usa un escritorio lateral para hacer juntas con máximo cinco subalternos y otra superficie lateral –más privada– almacenar documentos importantes y la compu. Atrás va una biblioteca para los libros especializados y, anexa, una gran sala de juntas. Los materiales hacen la diferencia y fijan la jerarquía: madera, cuero, vidrio, granito y piedra natural se toman las superficies minuciosamente diseñadas y que retoman algunas técnicas artesanales para darles personalidad. Aquí lo importante es la conexión a redes y telefonía –que vienen en el mueble y no en la pared– y a los equipos con tecnología de punta. De todos modos se insiste en algo: ya no van más los cubículos. Se usan las islas para tres o cuatro personas con una división vertical baja para darle privacidad a cada individuo sin que sea una barrera acústica ni que interrumpa la comunicación. Lo importante en estos muebles es que sean dinámicos; de ningún modo están pegados al piso: deben poder movérselos. De hecho, están pensados para aquella población ‘flotante’ que pasa poco tiempo en la oficina. Para los operativos se recomiendan estaciones de trabajo con elementos ergonómicos y sillas muy cómodas para soportar saludablemente las jornadas. Invertir en buenas sillas y sillones se impone. Allí, los materiales que se eligen son la fórmica, el metal (cuando se busca una imagen tecno), la tela y los marcos metálicos para dividir espacios sin contaminar visualmente. Estos espacios deben tener personalidad que exigen la creación de piezas móviles y flexibles que se adapten a este tipo de tendencia, en la que los ambientes personales son importantes, incluso, para los clientes internos y externos. Para los entendidos hay que partir con la base de que de que la oficina necesita conceptos claros de movilidad, flexibilidad, simplicidad y convivencia, pero también de imagen ya que los clientes se hacen una idea de la empresa y de sus trabajadores a partir del mobiliario y de la disposición de los elementos de cada puesto de trabajo. La característica traslúcida del vidrio –que ofrece una sensación de libertad, de ‘puertas abiertas’, de transparencia y de ir más allá– es cada vez más elegida en las oficinas de vanguardia en paneles. La facilidad de transformación, su ligereza visual y en el mueble, como tapa decorativa, hacen la diferencia. A este se suma el efecto lumínico del acero, un material que siempre está de moda en los sistemas de oficina. Su funcionalidad le permite transformarse en estructuras visualmente ligeras y livianas y generar, además, efectos visuales y estéticos de luz que marcan todo un estilo. Fotos: Agencia AP |