| Mi propuesta en las casas de verano es que sean lugares que realmente le cambien la forma de vivir a sus habitantes. Quiero moverlos para que vivan una vida diferente”. Con estas palabras se resume el espíritu del arquitecto Martín Gómez, uno de los diseñadores más reconocidos de Punta del Este, quien ha sido responsable de más de 300 proyectos residenciales en las exclusivas playas del balneario uruguayo. Las casas de Martín se caracterizan por su estilo simple, neto y despojado. Se enmarcan en el paisaje como un atributo del hombre en medio de la naturaleza sin imponer la supremacía. El mar, la playa y el bosque son los protagonistas indiscutibles y las creaciones de este arquitecto buscan que las personas convivan con los elementos en un entorno de respeto constante. La armonía se plasma en la elección de los materiales ya que predominan la madera, la piedra, el vidrio y el cemento que, si bien son modestos, al estar juntos se nutren de una fuerza impresionante. La elección de los materiales exteriores tiene que ver con estar distendido: quiero que el usuario, que por lo general vive en otro país o en otra ciudad, no piense en su casa como un problema. Por eso le propongo, una casa que tenga poco mantenimiento, sostiene Martín quien hace ya más de diez años que dejó de usar los cerámicos, salvo las venecitas que le gustan por su brillo- por considerarlos inalterables. “No tienen vejez ni transformación a través de algo que les ponga, como aceite o cera. En cambio los otros materiales -como cemento y madera- tienen transformación, de a poco van teniendo una buena vejez, van mejorando mi obra”. Uno de sus proyectos más queridos es esta propiedad ubicada en el pueblo de San Vicente en la ruta que comunica a José Ignacio con La Barra. La casa hace parte de un emprendimiento privado estilo campo con grandes extensiones de tierra. Está compuesta por dos rectángulos unidos en forma de zigzag que alojan las áreas sociales y las habitaciones en un diseño que vincula constantemente el adentro con el afuera. Los exteriores se complementan con un deck para la parrilla y una galería con hogar de piedra que sirve de jardín de invierno y está protegida del viento. La planta es muy sencilla y en el primer módulo se organizó una especie de loft donde la cocina, el comedor y el living comparten el espacio sin mayores divisiones que las que imponen los propios muebles. En el segundo módulo se distribuyeron las habitaciones. La principal muy amplia con baño en suite y la de los chicos con su propio baño el cual se habilitó para que también pudiera ser utilizado por las visitas. El espacio se dividió y en la primera parte está el lavabo y detrás de una puerta va la bañera, el inodoro y el bidet. Fiel a sus planteamientos Martín seleccionó materiales naturales como piedra, lapacho y pino que integró con paños de vidrio de piso a techo y carpinterías de aluminio. En los cuartos se armaron pisos de alisado de cemento gris, cielorrasos de hormigón, muros revestidos de machimbrado de pino pintado de blanco y los baños se cubrieron de venecitas. La casa es muy soleada y la articulación de los exteriores a la vida familiar a través del deck con parrilla y la galería con chimenea, hace posible el goce de la vivienda en todas las épocas del año. La carpintería de toda la casa es de aluminio anodinado, ideal para climas marinos porque está protegido contra la acción del viento y la sal. Martín realizó el proyecto para un matrimonio en los treinta y tantos con hijos pequeños que quería disfrutar de una vida muy relajada en la playa durante los tres meses del verano y poder alquilarla de vez en cuando. Se trabajó con un presupuesto acotado pero el poco dinero no fue un limitante a la hora de sacar adelante la obra ya que Martín adora los desafíos y le encanta demostrar que se puede hacer buena arquitectura con elementos simples. Por eso se optó por hacerla enteramente en pino, una madera económica que bien tratada desarrolla buenos anticuerpos frente a los efectos de la humedad y los insectos. Por dentro está pintada de blanco mientras que por fuera utilizaron una pintura que da color a la madera al mismo tiempo que la protege. Para la decoración Martín trabajó con artesanos locales que construyeron el mobiliario a partir de diseños del propio arquitecto que buscaba elementos confortables, bellos y de fácil mantenimiento. “La idea fue resolver todos los detalles de confort in situ sin tener que comprar mucho mobiliario. Los proyectos que hacemos son bastante sencillos. Lo más difícil es que sea y se vea simple. También me importa que funcionalmente sea sencilla. Trato de no hacer cosas muy intrincadas con recovecos. Primero hacemos un planteo de cómo usar el espacio y después pensamos en una decoración contemporánea con muebles muy simples, cómodos y de líneas bastante puras”, apunta Martín, quien está pendiente hasta del más mínimo detalle y presta especial atención a la decoración del inmueble para que vaya a tono con el diseño. Los muebles del living son de lapacho con fundas de gabardina blanca, la mesa ratona es de lapacho, las reposeras tijera son de loneta cruda y los textiles son de lana de oveja teñida con tintes naturales en el noroeste argentino. La chimenea es de piedra y junto a ella va una biblioteca con listones de madera que descansan sobre la ventana de paño fijo. Las cortinas son de bambula. En el comedor la mesa y el banco fijo que sigue con la barra son de cedriño. La mesada es de mármol y las sillas son estilo tijera con almohadoncito crudo. La iluminación es cenital con una pantalla blanca traída de Buenos Aires. EL LIVING • Muebles de lapacho con fundas de gabardina blanca. Textiles de lana de oveja tejidos a mano en el noroeste argentino. Chimenea de piedra y biblioteca con listones de madera sobre la ventana de paño fijo. •Mesa ratona de lapacho y reposeras estilo tijera de loneta cruda. EL COMEDOR • La mesa y el banco fijo que sigue con la barra son de cedriño. • Las sillas son de estilo tijera con almohadones color crudo. • La iluminación es cenital, con una pantalla blanca traída desde Buenos Aires. EL BAÑO Está revestido de venecitas. La bacha es de porcelana blanca y está sobre la mesada de madera que tiene abajo un espacio de guardado. En la pared divisoria hay un paño de vidrio fijo que permite la entrada de luz. EL CUARTO PRINCIPAL Pisos, paredes y techos de madera pintada de blanco crean un ambiente bien zen. La cama es de pino con cajones debajo y tarima, que también completa el estilo oriental del dormitorio. El sitio, totalmente despejado, se interrumpe solamente por un sillón de los años ’50 tapizado en cuerina verde. La mesita de luz, mínima, para una lámpara y una vela aromática. EL CUARTO DE LOS CHICOS Mucha luz y aire para apaciguar el tremendo ímpetu de los más chicos de la familia. Los edredones, livianos, de colores refrescantes. El ambiente tiene una vista maravillosa hacia el gran parque de la casa. EL EXTERIOR • La casa –emplazada en el medio del bosque– está compuesta por dos rectángulos unidos en forma de zigzag que alojan las áreas sociales y las habitaciones, con un diseño que vincula constantemente el adentro con el afuera. • La articulación de los exteriores a la vida familiar se da a través del deck con parrilla y la galería con chimenea que hacen posible el disfrute de la vivienda durante todo el año. LAS GALERIAS • Están cubiertas con un techo de cañas para que den frescura e informalidad y puedan ser usadas todo el año. La parrilla se dispuso afuera para realizar asados. • Las galerías son las zonas más vividas de la casa. Allí se realizan comidas y es el punto de encuentro y circulación. • Para la construcción se emplearon materiales nobles como la piedra y la madera. • La mesa de madera de la galería es ideal para comer algo mientras se admira el paisaje. Tiene un tratamiento especial para que no la dañen en lo más mínimo el clima, el agua y la salinidad ambiente. • La casa es toda de madera y se trabajó con pino, lapacho y cañas. • Toques étnicos y rústicos en algunos objetos deco en el exterior. |