| | El terreno esta situado en cercanías de San Martín de los Andes, en medio de un bosque de roble pellín, una variedad de árboles de madera rojiza que pueden alcanzar unos 35 metros de altura y vivir más de 500 años imponiéndose en el paisaje. Pero además, desde ese lote se tiene una exclusiva vista abierta del cordón Chapelco.
Allí el estudio de arquitectura Caporaletti-Spinali fue el encargado de diseñar una vivienda en la que el mayor desafío era la buena iluminación, el respeto por el entorno, la vista al Chapelco y la adaptación de la casa a la pendiente del terreno.
El arquitecto explica que a partir de estas condicionantes sumada la necesidad de generar una casa socialmente muy activa se buscó ser lo menos agresivos con el entorno, generar una arquitectura de líneas simples, estética refinada, interiormente funcional utilizando materiales nobles como la madera y la piedra. Para lograr una transición suave entre el exterior y el interior se realizó una primera aproximación a un semicubierto con paredes y techo de vidrio. De este sector se pasa a un hall con una de sus paredes y el techo de vidrio que distribuye a la escalera principal que conecta el nivel de los dormitorios y jardín inferior con el piso del área social que está compuesta por estar, comedor, cocina y parrilla, todos con vista al centro invernal de esquí Chapelco.
Todo el nivel superior de la vivienda, donde se dispusieron los ambientes sociales está recubierto con madera de lenga traída desde Tierra del Fuego que aporta la calidez y colabora con la integración del interior y el exterior. La idea interior fue crear una casa muy dinámica y de planta libre, donde se pudieran integrar los diferentes ambientes de manera natural y acorde a las necesidades. Para reforzar esta integración se diseñó un gran deck exterior que interconecta todos los ambientes.
Descendiendo por la escalera, y aprovechando la pendiente media del terreno, se accede al toilette para después llegar al nivel final de los dos dormitorios de los niños y el principal.
La habitación de los chicos es un espacio muy grande que puede trabajar como un amplio lugar de juego o como dos dormitorios individuales. El pasillo distribuidor de este piso inferior funciona a su vez como el escritorio intimo de la familia aprovechando la conectividad de los espacios. Por último se encuentra el dormitorio del matrimonio con su baño privado. Todos los ambientes cuentan con salida al jardín y vista al centro invernal. El deck de planta alta funciona como semicubierto de los dormitorios.
Toda la casa, que tiene una dimensión de 130 metros cuadrado, maneja una relación muy cuidada; desde el exterior es una vivienda integrada al bosque; desde el interior el respeto al exterior y su relación entre ambientes.
Fotos: Patricio Rodriguez |
