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Domingo 27 de Agosto de 2006
 
 
 
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  MATERIALES!
  Dar en el clavo
La gran variedad disponible permite elegir el producto más aconsejable para cada ocasión. Lo que se diría, el clavo ideal.
 
  Existe en el mercado una gran variedad de clavos de distintos tipos, formas y nombres. Cada cual con su propia aplicación por lo que resulta importante conocer cuál es el más apropiado para cada uso. El vástago o parte que se hunde en el material se denomina \\"espiga\\" y el tope es su \\"cabeza\\". La espiga determina la adherencia y la cabeza, su agarre. Los de cabeza grande agarran más firmemente, ya que reparten las fuerzas en una superficie más amplia, mientras que los de cabeza pequeña se pueden introducir mejor dentro de la madera, pero son más difíciles de retirar cuando se quiere desarmar la unión. Normalmente los clavos pueden ser de alambre de hierro, de acero, galvanizados, de latón o cobre, según el material sobre el que se utilicen. Los de cobre y aluminio se usan donde se necesita eliminar la corrosión y oxidación. Para estos mismos fines se utilizan los clavos de latón, bronce, acero inoxidable y galvanizados. El clavo común tiene una espiga lisa y recta. Se utiliza en todo tipo de construcciones, trabajos de albañilería y carpintería, terminaciones sencillas y, en general en situaciones normales que no requieran una especial adherencia. Los que tienen muescas horizontales o diagonales a lo largo de la espiga aumentan su adherencia, mientras que aquellos con textura tienen una mayor resistencia y adherencia; en este último caso la espiga se somete a un tratamiento que le otorga la textura necesaria. También los hay con estrías anulares, que separan las fibras de la madera, que al frenarse en los anillos se agarran con firmeza e impiden que el clavo se suelte fácilmente; se usan para clavar maderas blandas, aglomerados y miden entre 12 y 50 milímetros de largo. Los que tienen estrías en espiral giran a medida que se hunden en el material y sirven para clavar maderas duras, como las de piso, revestimientos y vigas. Aquellos que tienen estrías verticales permiten cortar el material que atraviesan y aumentar su resistencia, se usan para clavar sobre albañilerías y hormigón Considerando el tipo de cabeza los clavos se clasifican en \\"cabeza plana\\", usados para ensamble de madera con piezas de poco espesor, \\"cabeza ovalada o clavo perdido\\", que se usan especialmente en carpintería y en pisos de madera, para que no se vea la cabeza del clavo, y \\"cabeza ancha\\", que se emplean para fijar piezas de cubiertas como tejas y pizarras, y en trabajos de construcción, con distintos largos según el uso que se le de. Los clavos de acero son fabricados con un metal de alta resistencia y se emplean para la fijación de la madera sobre materiales de piedra. En tanto que los clavos para yeso, poseen la cabeza plana y estriada, y se emplean para fijar las placas de yeso sobre entramados de madera. Son galvanizados para evitar las manchas de óxido en el yeso. Y los clavos para paneles aislantes se emplean en la fijación de materiales como lana de vidrio y otros materiales blandos. Son galvanizados, de punta cuadrada y cabeza plana, lisa y ancha. Las tachuelas y clavos para tapicería se emplean para fijar los cueros o telas a la madera. Los clavos de cabeza dorada, redonda y hueca se usan para disimular las tachuelas en los tapizados. Finalmente los clavos de escarpia tienen forma de \\"L\\" y se emplean para colgar objetos y se pueden clavar en materiales blandos o maderas. Fuente: Departamento técnico. Cámara de Empresarios Madereros y Afines/Acindar.
   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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