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Esta es una casa tipo refugio, con misterio y sorpresa. Solo se vive puertas adentro. Su fachada a la calle es mínima, muy geométrica y totalmente cerrada. Grandes paredones hacen de custodio de la vivienda. Tiene la privacidad que sus dueños necesitaban.
Son 400 m2 ideales para un matrimonio y sus dos hijos varones.
Ubicada en pleno sector residencial de Cipolletti, es obra de la arquitecta María Cecilia García.
Cuando empezó este proyecto, la profesional tenía premisas muy justas y claras de parte de sus futuros moradores:
• total privacidad: todo hacia adentro,
• orientación norte,
• mucha personalidad: nada estándar; todo está pensado minuciosamente para cada lugar de la casa, tanto en lo arquitectónico como en la deco,
• esencia y simpleza: los materiales debían ser nobles como el hormigón visto (utilizado en todas las losas y aleros de la vivienda) y madera (todos los pisos de la casa, incluso los de la cocina y el baño, son de pinotea),
• un árbol: sí, un árbol de verdad, debía plantarse y erigirse en el estar de la vivienda,
• más calidez: hay muchísimos muebles, objetos y fotos de la casa del abuelo de la propietaria (“porque él es uno de mis grandes amores de mi vida”, dice ella) como las glicinas del jardín, que son retoños traídos de la chacra de los nonos, que cargan de una tremenda emotividad a todo el entorno.
La luz, otro de los requisitos, debía ser abundante, durante todo el día, y en toda la casa. Y es así como los puntos de iluminación natural que se logran moldean volúmenes, texturas y colores que despiertan sensaciones gratas. Así al menos lo vivió por unas horas “eH!” en su recorrido por este hogar. Las luces en los pisos, algunas suaves y otras fuertes, arman una escenografía hogareña fantástica.
“Los ventanales gigantes logran esa sensación de estar afuera estando sentado en cualquier lugar de la casa”, acota la arquitecta.
La limpieza espacial es otro aspecto a subrayar. “Es una casa muy contemporánea, con espacios limpios”, agrega.
¿Empezamos el recorrido? Se accede a la vivienda a través de un patio de papiros que lleva a una puerta principal, de inmensísimas dimensiones (bien net y teatral). Al traspasarla uno se encuentra ya en el estar, comedor y cocina, donde un muro de hormigón calado con unos dientes muy llamativos colgados desde la losa, que no llegan a tocar el piso, sorprenden con su secuencia repetitiva dentro del inmenso ambiente.
Estos dientes, suspendidos, resaltan los notables contrastes de esta obra: el frío y la dureza del hormigón con la calidez total de la pinotea; la fragilidad y la transparencia de los vidrios de los grandes ventanales frente a la solidez y fortaleza de estos muros pesados; el verde del árbol, todo vivo, creciendo ante el cemento...todo este mundo de sensaciones reverbera, siempre, en la doble altura de este estar-comedor.
Un detalle: los muros y las paredes están separadas de la losa por unas buñas (rehundido, entiéndase), que trasuntan en una terminación sofisticada y delicada.
Una estufa hogar de hormigón, una inmensa biblioteca que va desde el piso hasta el techo y unos amplios y comodísimos sillones complementan el estar. Cuando llegan los amigos, las velas encendidas llenan el sitio, con copas de buen vino de la región.
A la vista de esta zona está el estudio donde los muebles también tienen la firma de Cecilia. ¿Lo más destacado? Una biblioteca-repisa con ruedas, cuya movilidad le da movimiento a este espacio de estudio y trabajo.
Cerquita de allí está el dormitorio de huéspedes donde el muro fue pintado de color chocolate (exquisito, único y bien bonito) con marcos plateados a la hoja. Recuerdos de viaje decoran el ambiente.
En el dormitorio principal, las paredes están pintadas de rojo sangre. Viendo este resultado, una sugerencia de “eH!”: hay que animarse. Queda fantástico con las cortinas bien net y muebles modernos y reciclados (uno de los hobbies de la propietaria).
Integrado al ambiente está el baño con un revestimiento de venecitas rojas que cubren paredes y la bañadera. Una gran ventana exterior permite el ingreso de luz natural y la vista de más papiros.
Sigamos en la planta baja, en el extremo opuesto dónde estábamos ahora: la cocina, que es totalmente blanca. El desayunador es de hormigón. La ventana da al garaje, que forma parte del vestíbulo de la casa. Otra de las vista de la cocina da a la galería, con un enorme hueco en el techo para ver las estrellas.
La escalera de hormigón y pinotea (bien iluminada, con cuadros apoyados en el piso y mantas que cuelgan de las paredes) lleva al primer piso donde se llega de inmediato al playroom. Un lugar cómodo para todos, con computador, camastro para ver tele, más cuadros en el piso y excelentes visuales hacia el estar-comedor, abajo, y el parque.
En esta altura están los dormitorios de los chicos, simples, con una decoración acorde a sus edades y sexo. Entre un dormis y otro, los chicos comparten un vestidor. Una curiosidad que rescatamos: un hueco simulado en unos estantes donde los varones tiran su ropa sucia que llega al lavadero, ubicado en el primer piso. “Un hallazgo”, dice la dueña de casa. El baño de los chicos está revestido con venecitas azules, mesada y bacha hecha in situ. Por supuesto que tiene un migitorio.
Este relato acompañado con la producción fotográfica ratifican, una vez más, que María Cecilia García es una de las figuras más destacadas de la arquitectura regional. Vendrán más obras suyas, indudablemente, en futuros suplementos “eH!”. (H. L)

Fotos:

Las cocinas prácticas y exitosas requieren un planeamiento cuidadoso y creativo, dice María Cecilia García. Hay un buen espacio entre cada punto del “triángulo de trabajo” (heladera, cocina y pileta) para que las tareas resulten más cómodas. La vista del jardín, en todo momento.

La arquitecta García también diseñó casi todo el mobiliario de esta casa, como esta gran biblioteca móvil que también cumple la función de una pared bien distinta.

El desayunador, de cemento, divide la cocina del comedor de modo sutil.

La cocina, vista desde el garaje. Más atrás se ve el comedor. La limpieza espacial es básica.

Toilette social, cerca del estudio, área que frecuenta el visitante. Venecitas en la gama de los verdes.

Sencillo y contundente: así se presenta el dormitorio principal de la casa, donde el color sangre de las paredes es el principal detalle deco. Acertado.

Desde la gran cama del dormitorio se ve la ducha , que es amplísima, toda cubierta de venecitas de la gama del bordó. Este espacio de relax da a un pequeño jardín de papiros, que asegura intimidad.

Vista de la escalera que lleva a la planta alta, donde está el playroom y las habitaciones de los hijos; está a la entrada del gran estar y comedor. En las paredes de la escalera, tapices.

Al terminar la escalera está el playroom, con grandes sillones, la computadora, biblioteca y tv. Bien luminoso.

Las pinturas de los chicos decora las paredes de sus dormis. El baño, como de un club, con migitorio y todo. Abajo, der: el hueco por donde los chicos tiran la ropa sucia, que cae a un cesto en la habitación de servicios, en planta baja.

La entrada de la casa resguarda la intimidad que los dueños de casa pretendían lograr. Una hilera de papiros custodian la medianera. El camino es de cemento alisado con guardas de piedra patagónica.

El garaje, desde varios ángulos: la entrada, con vista a la calle (izq.), el techo con su iluminación empotrada (sup) y el piso, que tiene continuidad del pasillo de la entrada a la casa (inf.).

DETALLES DE LUZ
Toda las lámparas y spots de la casa están metidas tanto en la losa como en las paredes, creando así efecto escenográficos difusos y algunas veces dirigidos.

PERFIL!

María Cecilia García estudió arquitectura en la Universidad de Buenos Aires y ni bien se recibió trabajó en estudios muy importantes como el de “Aslan & Escurra Asociados”, en Capital Federal, y en el Alto Valle.
Luego, en forma independiente, concretó sus creaciones tanto en Cipolletti como en Neuquén, en barrios como Villa Luisa, Parque 12 de Septiembre, San Sebastián, Los Manzanares y Capellán; en los lagos Pellegrini y Marimenuco; el club Hidronor; en chacras; oficinas, consultorios y locales comerciales; viviendas unifamiliares y multifamiliares.
Ahora está dirigiendo sus propios diseños en El Manzanar 7 y 9, El Capellán, San Sebastián, Las Viñas, zona céntrica de Cipolletti, ambientaciones y remodelaciones, complejos de departamentos en Cipolletti, proyectos en Marimenuco y el balneario Las Grutas, más obras en los barrios Prieto y Rincón Lindo.
Tel: 0299-155-838067.