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Domingo 13 de Agosto de 2006
 
 
 
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  EL JARDIN DE CASA!
  Se podrían podar desde primavera
Arbustos que forman yemas florales, florecen y fructifican en un mismo período de crecimiento.
 
 

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ste tipo de arbustos leñosos se diferencia de los que analizamos el domingo pasado, porque sus órganos florales, que se desarrollan inmediatamente en flores, se forman sobre las ramas en crecimiento durante el período vegetativo. O sea que los órganos florales, las flores, la floración y la formación de frutos suceden dentro del mismo período de crecimiento, que abarca desde primavera hasta fines del verano.
En  este tipo de arbustos leñosos encontramos únicamente una clase de yemas: las que al final del verano y comienzos del otoño no muestran aún una diferencia apreciable a simple vista entre si y darán origen a hojas o flores.
A sea que partir de la primavera, de estas yemas se formará primero una vara con hojas y recién el crecimiento durante el verano será el que decide si finaliza su desarrollo con una flor o inflorescencia o si -por el contrario- sólo seguirá creciendo como una vara con hojas, lo que está determinado por sus ubicaciones en dicha rama o vara .
Podemos agregar que así como este tipo no presenta diferenciación entre yemas vegetativas y florales, tampoco presenta lamburdas o brindillas florales.
En estos arbustos generalmente no se dan floraciones espectaculares, porque lo hacen cuando ya se hallan en plena vegetación.

PODA

Por su hábito de floración, es posible una poda invernal sin temor a disminuir su capacidad florífera y, por el contrario, parece incentivarla. La explicación puede ser sencilla. Todas las ramas ya florecidas tienen cierta cantidad de yemas, de las cuales la mayoría brotará. Por medio de esta poda drástica se reduce notablemente la cantidad de varas nuevas, pero que a su vez reciben de las raíces la savia que correspondería a una cantidad mucho mayor.
Pero sería también un error dar el mismo tratamiento a todo este tipo de arbustos leñosos. Hay entre ellos los que no deben ser sometidos a ningún tipo de poda, porque puede significar su sentencia de muerte.
Son todas aquellas especies que anualmente desarrollan muy pocas varas de crecimiento muy limitado, que suelen finalizar en una o varias inflorescencias de apreciable tamaño y en las cuales suele ser muy frecuente que el crecimiento del año siguiente se origine únicamente a partir de una lateral ubicada inmediatamente debajo de la zona de floración. A ellas corresponden las del género Aralia.
Aunque la naturaleza sabiamente suele encontrar remedio a errores de este tipo, mediante la aparición de varas desde sus raíces, para formar, a pesar de todo, nuevamente el arbusto..

 

GRUPO B-1

Por sus hábitos de floración se parecen bastante a los del grupo A-1 (ver nota anterior), con la diferencia de que sus flores o inflorescencias no están ubicadas sobre la vara del año anterior, sino que son la finalización de varas  de mayor o menor longitud y que ya tienen hojas. En cierta medida, la flor o inflorescencia representa generalmente el epílogo del crecimiento del año.
El paradigma es Hydrangea paniculata, que florece con mayor esplendor si durante el invierno se acortan a pocos centímetros todas sus ramas.
Por el contrario, se debe evitar todo tipo de poda en la hermosa Hydrangea macrophylla, la hortensia habitual en nuestros jardines, en la que la poda se limitará al pinzado en otoño de su inflorescencia marchita inmediatamente por sobre el primer par de yemas superior y sólo se eliminan las varas viejas desde la base para que se renueve su estructura o si ha sufrido daños por heladas fuertes.
En este grupo, si bien es tradicional la poda fuerte en primavera para renovar la estructura aérea, se puede optar por una poda de rejuvenecimiento cada tres o cuatro años que las castigue menos.También se debe ser muy prudente en la poda de arbustos de crecimiento pobre como Abelia y otras, porque sería una lástima, además de innecesario.
En la especie Rubus (zarzamora o “mora negra”), sólo fructifican las varas que se forman a partir de la primavera. Se deben retirar totalmente todas las varas del año anterior, ya que únicamente se desarrollan bien dos años y luego mueren lentamente después de la floración.

GRUPO B-2
Flores o inflorescencias formadas durante el verano en las axilas de las varas del crecimiento anual (ejemplo, Hibiscus syriacus).

Sólo un reducido grupo de especies pertenece al grupo B-2, o sea de aquellas plantas leñosas que desarrollan continuamente flores en las axilas de las varas en crecimiento. A él corresponden, por ejemplo, Hibiscus y Spartium (retama española) y el resultado en todas ellas es una floración muy extendida durante la temporada.
Las podas se limitan, en el caso de Hibiscus syriacus, a un corte similar al de Hydrangea paniculata, o sea que al fin del invierno se podría podar a dos o tres yemas toda la madera del año anterior, aunque no es tan necesaria como en el caso de esa hortensia, porque sin esa poda florece adecuadamente aunque sobre tallos más cortos.

GRUPO B-3

A pesar de que abarca a una generalidad de leñosas y semileñosas que florecen en verano y otoño y que por tal motivo se podrían incluir en el grupo B-1, la diferencia es que en regiones frías suelen helarse todos los años sus partes aéreas, con lo cual se ven obligadas a rebrotar todas las primaveras desde la base (ejemplo Fuchsia, izquierda).
En algunas especies, como Rosa y Caryopteris, parece ser una limitación que les imponen las regiones excesivamente frías, más al sur, porque en el norte patagónico muestran una estructura aérea de mayor desarrollo y antigüedad.
De todos modos, soportan muy bien este condicionamiento ambiental, siempre y cuando la zona de su “cuello” esté protegida por mulch de hojas y ramas, lo cual les posibilita rebrotar y florecer normalmente todas las primaveras hasta el otoño.
Todas tienen una llamativa tendencia hacia la basitonía, por lo cual se da el caso de que pueden necesitar una poda drástica si algún año su estructura aérea hubiese sobrevivido al frío, aunque no es condición imperativa que todas deban ser podadas de esa manera, porque también podrían rebrotar y florecer adecuadamente de madera más vieja. Este es el caso típico de los rosales.

   
Teodorico Hildebrandt
eljardin@rionegro.com.ar
Fuente: Franz Börner:
“La poda de leñosas ornamentales”.
Editorial Eugen-Ulmer, Alemania.
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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