| | Luego de años de trabajo, un matrimonio de artistas valletano comenzó a planificar la casa de sus sueños. Tenían algunas ideas en mente como mucha vista a los espacios verdes que rodeaban el terreno, una biblioteca tipo balcón con un efecto similar al de la librería Ateneo de Buenos Aires, la cocina integrada al comedor y una pared alta que permitiera colocar un antiguo espejo de 1,20 metros de alto, herencia de familia.
Con estas premisas solicitaron el proyecto al ingeniero civil Atanasio Mamais. “Me pidieron un estilo muy sencillo y con aire campestre, seguramente traían alguna idea de las casas de campo de la provincia de Buenos Aires. Teníamos la limitación de un presupuesto restringido por lo que debía hacerse en varias etapas. La primera fue inmediatamente antes de la crisis económica del 2001 y las otras dos fueron posteriores”.
Para facilitar la construcción en etapas se concibió la casa como dos salas articuladas por un hall de entrada. En el ala izquierda se colocó el comedor comunicado con la cocina por una barra, a él le gusta charlar con sus invitados mientras cocina. El comedor tiene una doble altura y un entrepiso donde se colocó la biblioteca en balcón con entrada de luz superior, un pequeño estar íntimo usado como lugar de trabajo y dispersión y una pequeña habitación que se utiliza como mirador y cuarto de huéspedes. Siguiendo el pasillo hacia esa misma ala de la casa se dispusieron un baño social y un taller en el que él realiza sus dos principales hobbies: la carpintería y la encuadernación.
El comedor logra una altura de 4,80 metros y se colocó en su techo una entrada de luz de varias capas: una chapa de fibra de vidrio, una cámara de aire y una chapa de policarbonato por dentro.
El ala derecha se compone de dos dormitorios y un baño que se construyeron en la segunda etapa y un estudio o sala de música levantado en la tercer etapa que se realizó el año pasado.
“Todo el proyecto estuvo muy signado por las actividades de sus habitantes. Hay piano, instrumentos en la decoración, colecciones de música y muchísimos libros. El es bibliófilo. Tiene colecciones enteras que fueron ubicadas en los casi diez metros cubiertos de biblioteca que se dispusieron en diferentes lugares de la vivienda”, explica Mamais.
“La casa tiene una superficie cubierta de 180 metros y cerca de 47 metros de galería y cochera -detalla el ingeniero-. Básicamente los materiales que se utilizaron fueron techos de chapa, paredes de ladrillo pintado, aberturas de aluminio y una estructura de hierro cubierta con madera pintada para el entrepiso y natural para la escalera”.
Las amplias vistas hacia el norte, la enorme biblioteca, los tonos cálidos en las paredes, el lugar especial de instrumentos: todo dispuesto para la serenidad de la familia.
Fotos: Veronica Roig
Texto: Mariana Benítez |
