| La empresa “Forcén”, a lo largo de los años, afianzó su liderazgo en el mercado del diseño y manufactura de mobiliario de alta gama para la vivienda y la oficina, ebanistería y tapicería artesanal, y se encuentra en una etapa de expansión en este segmento. Fundada en Rosario, cuenta con un equipo de arquitectos y diseñadores industriales que desarrollan los diseños, y talleres propios para su producción y manufactura. Además, realizan equipamientos integrales sobre pedido y de acuerdo a las necesidades del cliente. Y es justamente por esta estrategia que se destaca con singular brilla en “La Vidriera de Cordic” que se está realizando en estos días en Rosario. Justamente en este pujante ciudad, en un antiguo edificio de la ex fábrica de balanzas Bianchi Legítima, en el mítico barrio Pichincha, es que lo último y lo más vanguardista del diseño deco está en exhibición. Y de todo lo visto, “eH!” se quedó con el loft que armó “Forcén”, de 140 m2, donde maravilló una vez más con sus muebles y ambientación. ¿Qué es lo que más nos gustó? Primero, el ícono que caracteriza a esta firma: la silla Circa, con apoyabrazos, de madera laqueada a color y tapizada con cuero natural. No podía faltar este objeto de culto. ¿Después? La mesa del comedor modelo “Repliegue”, de estructura de madera maciza y tapa contrachapada de nogal italiano, de terminación de laca poliuretánica semimate; el mueble contenedor de estructura de lenga macisa, de interiores revestidos en microfibra Velluti Scotch y patas planchuelas de hierro cromado. En la ambientación del estar, se destaca un mueble home theatre, tipo biblioteca, de madera laqueada blanca, con cajones y puertas de abrir con junta a 45 grados y un sillón Charles Eames, de madera palisandro de la India, tapizado en cuero natural. La mesa Club circular, de un diámetro 0.90 y altura de 0.37, está realizada en contrachapa de nogal italiano, con patas tubo cromado. ¿Una tendencia a tener en cuenta? Del loft de “Forcén” se deduce que predominan los colores neutros, aunque no pueden olvidarse los rosas, rojos y verdes de los tapizados. El mix de madera, cuero y metal sigue cautivando en los muebles: “Lo ideal es que sean conceptuales”, dicen sus creadores que desde hace un tiempo muestran sus obras en la galería de arte “Espazio Misura”, en Milán. Cómo gustarán afuera que un disertante norteamericano que vino a hablar sobre diseño de interiores, recorriendo la muestra, encargó un embarque de sillos para su coqueto restaurante que tiene en California. (H. L) UN SUPER LOFT Hasta el 6 de agosto, el Estudio Forcén presenta en la gran expo de diseño y decoración de Rosario “Vidriera de Cordic” un loft de 140 m2 especialmente ambientado con una nueva línea de muebles diseñados y realizado por su equipo de arquitectos y ebanistas. “Nuestra intervención mantiene el volumen espacial encontrado, generando una secuencia de líneas verticales, como vectores que buscan su dirección, módulo y sentido en el lugar dialogando con los muebles y con la franja de espejos de radical horizontalidad sugiriendo uso”, dicen los responsales del estudio. “Los mínimos elementos exigidos al límite conviven con la fuerza de los diseños en el mobiliario produciendo nuevas formas de sentir y habitar el espacio”, agregan. Muchas empresas nacionales y del exterior llegan a esta megaexposición rosarina atraídas por el porte de las propuestas –la mayoría de las veces audaces y vanguardistas–. Muchos de sus protagonistas también exhiben sus creaciones en la Feria de Diseño de Milán, desde son invitados con especial entusiasmo y énfasis. EL MUEBLE FUELLE Por Edgardo Donoso (*) Fuelle -que de modo inmediato nos remite al bandoneón pero su etimología revela una relación más ajustada con el “saco” o “la piel de la uva” (follejo)- indica preferentemente el límite envolvente que describe un espacio vacío. Este nombre señala al mueble desplegándose en el espacio, entre una estrategia de construcción de alta gama, con calidad, rigor y precisión en las terminaciones y materiales, en “dualidad” con la sensibilidad que imprime su construcción artesanal y la complicidad a la cual invita en los juegos de la luz y la mirada. Una “versatilidad” que armoniza al tiempo que tensiona las relaciones de opuestos, que en el mundo convergen entre la calidez de la madera y lo pulido del metal, entre la horizontalidad de la caja y la verticalidad de su soporte, entre lo liso y lo estriado. La historia comienza en un pasado de cuatro generaciones de ebanistas: un bisabuelo sillero europeo; un abuelo que con más de treinta años emigró a la Argentina, donde abrió su propio taller. Un padre arquitecto, Juan Angel Forcén y sus hijos, los arquitectos Juan Ignacio y Javier los que realizan un trabajo de continuidad e innovación en lo que ellos describen como una pasión familiar. En 1998, enterados que el renombrado arquitecto y diseñador Alvaro Siza, al cabo de dos años realizarán un edificio institucional en Rosario, buscaron la forma de estar presentes en este proyecto. Para tal fin diseñaron un presente: un cofre-caja de madera que contenía una carpeta institucional de la empresa y muestras de maderas sudamericanas. La forma de abrirse era tocándolo y deslizándolo como bandeja. Había toda una sutileza dentro de ese mismo cofre que mostraba, no sólo una calidad y un diseño, sino una sensibilidad de madera. No había herrajes, había todo un deslizamiento por parafina. Un diseño sereno, sutil, coas que también están en su obra. Esto convenció a Siza argumentando que si podían diseñar ese cofre también podían hacer sus muebles. Dos años después ganador por concurso la producción del mobiliario. La experiencia los expuso más que a un crecimiento económico a nuevas formas de pensar y trabajar en el espacio, y darse cuenta dónde estaban parados aumentando la confianza en sí mismos. Así, el mueble Fuelle aparece en una concepción cuidada de una multiplicidad sensible, como metáfora de esperadas cualidades humanas: la discreción, la seducción, el encanto, la superación, la confianza y la belleza. (*) Profesor de semiótica del Arte de la Universidad Nacional de Rosario. |