| | La fachada del hotel, un edificio de cuatro pisos coronado con un techo a dos aguas, no da ninguna pista de lo sofisticado que resulta el interior. El hotel Esplendor Calafate –en la provincia de Santa Cruz, a 3000 km al sur de Buenos Aires– se inauguró hacia fines de diciembre del 2005 y marca un antes y un después en la historia del interiorismo hotelero patagónico. Está ubicado a cuatro cuadras del centro del pueblo de Calafate, en una lomada polvorienta, y surge a partir de la compra de un edificio que estuvo abandonado durantes diez años, en el que pasó de dueño en dueño, cada vez con peor suerte. Hasta que lo descubrió el grupo Fën, propietarios de los hoteles Dazzler y Esplendor Buenos Aires y decidió comprarlo. En lugar de caer en el cliché de lo que deben ser los hoteles en la Patagonia Argentina (la mayoría clones –de los buenos y de los malos– de la arquitectura alpina) subió la apuesta y le encomendó la obra al estudio Plan, responsables también del Esplendor Buenos Aires. Aquí la oficina timoneada por los hipercreativos arquitectos Mauro Bernardini y Cecilia Timossi trabajó a su aire y se nota, que esa libertad que les otorgaron, derivó en un producto único, fuera de lo corriente. Este hotel boutique, de apenas 50 habitaciones, es uno de esos lugares que instantáneamente provocan una deliciosa sensación de placer, de confort. El lobby es escenográfico, sin caer en excesos que lo podrían llevar a estar pasados de moda en poco tiempo, problema del que adolecen los hoteles ultra fashion.
Aquí no sucede nada de eso, porque, aunque es una puesta osada, no se pasa de la línea. Resulta audaz pero elegante a la vez.
“En uno de los primeros viajes a Calafate buscamos registrar algo original, elementos que describan una ciudad cerca del fin del mundo, un material, detalles constructivos, que cuenten una historia. Conocimos una de las viviendas que hoy reposa rodeada de tulipanes y lupinos sobre la calle principal del pueblo fundadas hace 80 años por alguno de los pioneros; ese espacio pequeño y construido de un modo austero fue compuesto por tabiques y techos inclinados como planos de una maqueta, esto nos reveló un paisaje constructivo de planos y superficies diferente a lo que habitualmente se proyecta como interiorismo sureño lleno de vigas y tablillas de madera. Esta simpleza, nos describe además este lugar como un auténtico paraje solitario, seco y austral”, cuentan Cecilia y Mauro, recordando los primeros pasos.
“La identidad de este hotel hace pie en la mirada contemporánea de lo patagónico, diseñamos un equipamiento con materiales nobles, maderas de incienso, arenas patagónicas en los revoques, piedras , tejidos en telar que se ven observados por materiales jóvenes como la resina poliéster, la fibra coloreada, y los enchapados de maderas reconstituidos”, agregan.
Hay que aclararlo desde el vamos por qué resulta una puesta fuera de lo común: todos y cada uno de los muebles fueron diseñados a medida, por un equipo multidisciplinario, una modalidad de trabajo que Bernardini y Timossi instrumentan en sus proyectos, con muy buenos resultados. En este caso particular, se convocó a diversos artistas plásticos, escultores, diseñadores industriales hasta diseñadores del equipo de Tramando, fábrica creativa del diseñador de moda y textil Martín Churba a participar de workshops de proyecto que se realizaron en el estudio porteño. De la partida fueron Georgina Valverde, Pía Saad, Juan Voulliez, José Piuma, Matías Thourte , Rodrigo Valdivielso, Ricardo Paz, Lazaro, Ezequiel Hurtado, Patricio Lix Klett (de Tramando), Federico Churba,), que durante cuatro meses desarrollaron ideas que tocaban la temática de lo patagónico, el paisaje, el clima, la naturaleza y el descanso.
La elección de los textiles es otro de los sellos, en el que la mano del hombre vuelve a estar hiperpresente. “Generamos un nuevo paisaje textil; en hotelería los géneros están habitualmente muy presentes y son parte de la identidad de un espacio, nosotros pensamos un paisaje de objetos tejidos a mano. Le aportan calidez y una temperatura diferente al interiorismo: para nosotros esto es algo inclusivo , o sea que cualquier persona de este mundo puede reconocer en una pieza hecha a mano el tiempo, la dedicación y el equilibrio que da forma a cada punto tejido”, continúan explicando.
Otro elemento de fuerte protagonismo en el interiorismo son las astas de ciervo, que aquí fue reinterpretado por el equipo y tomó otra personalidad, significado y materialidad. No recurrieron al cliché de adornar las paredes como si fueran trofeos de caza, aquí son lúdicas pero funcionales. Desde imponentes arañas que iluminan el lobby estar hasta las manijas de las puertas que conducen al comedor. “Uno de los elementos típicos usados en la Patagonia como un recurso decorativo son las astas de ciervo, este recurso encuentra varias aplicaciones como por ejemplo, bases para mesas, percheros, etc. Esto fue un gran dato ya que para nosotros uno de los objetos que le aportan identidad al hotel es la iluminación. Para este hotel, PLAN diseñó una lámpara hecha con réplicas en resina de colores de astas de ciervo colorado y ciervo dama, que tienen estas astas unas formas muy atractivas a las cuales no pudimos resistirnos pero salteamos la posible relación con la caza de animales. Las cornamentas del ciervo colorado tienen formas más filosas y los del ciervo dama son más curvilíneas, desarrollamos dos modelos uno con el ciervo dama para las habitaciones y otro hecho con astas de ciervo colorado para las áreas más sociales ya que estas astas tienen además otro porte”, explican. Los cuartos, tanto las suites como las habitaciones estandard, también han sido medularmente diseñadas. No son para nada estridentes, siguen en la misma línea del resto del hotel. Cortinas de gabardina inspiradas en un modelo de carpa, almohadoncitos triangulares de Tramando, paredes de cementos alisado, presentes en baños y cuartos, respaldo de camas tapizados en cuero. Una misma paleta de colores inspirados en el paisaje patagónico. “Imaginamos un dormitorio con colores muy cálidos, con tonos chocolate, maderas de incienso, ciprés, guindo y el roble como revestimientos, las pieles sobre la fabulosa cama rodeada de un tejido cálido y envolvente, el cuero con sus distintos lustres. Pero también esas mantas de lana escocesas con sus colores virados a los ácidos”.
El resto del hotel, desde los corredores de donde cuelgan pinturas hechas por ellos mismos, hasta el comedor o el bar, se mantiene en el mismo nivel de creatividad que logra sorprender y cobijar a los huéspedes, más allá de su credo estético, lo cual es un gran plus. EL BAR • La barra es de algarrobo, de 7 metros de largo x 1,40 de ancho, es una pieza que hizo a medida Ricardo Paz, de Arte Etnico Argentino. Tiene un lustre brillante color chocolate. Las banquetas, diseño de Plan, están tapizadas en cuero de pescado, carpio, color hueso.
• El piso está revestido con micro cemento alisado color arena con terminación de laca brillante.
• Sillón antiguo, modelo Grandfather, tapizado con lona de algodón en color chocolate. LA RECEPCION • El front desk es de chapa de hierro negro, tiene un calado con el dibujo del cuerno de ciervo dama representativo del hotel.
Diseño de PLAN.
• En la mesa baja del lobby, hay instrumentos musicales como palos de agua realizados con cañas de tacuara y semillas en su interior de distintos tamaños. EL LIVING • La obra es del grupo MAROSA (Miguel Ronsino y Cecilia Timossi) inspirada en los hielos patagónicos y sus cielos.
La araña de cuernos se realizó en color violeta oscuro, inspirada en los colores de los lupinos que es una flor muy típica de Calafate, crece en la primavera y el principio del verano muestra su flor en colores ácidos, pero también las hay amarillas, blancas y pasteles.
• Los floreros tejidos que están sobre el escritorio de quebracho blanco son de TRAMANDO, tienen una base que es una pieza de cerámica esmaltada. EL DORMITORIO • En primer plano, banqueta “Molar”, con estructura de hierro tapizada en pana elastizada color arena diseño de PLAN; arriba, piel de corderito color blanca. Debajo de la banqueta, una alfombra de cuero de vaca.
• El piso es flotante de madera natural de paraíso teñido color castor, la manta de pie de cama es tejida a mano en telar con lana de oveja en sus colores naturales.
• El respaldo de cama es de cuero color caramelo, el velador es una lámpara hongo de Tramando, el almohadón también es de Tramando, ambos objetos, ambos en venta en el gift- shop del hotel.
• Sillón fifty, tapizado en una rafia de algodón color habano, de La Pasionaria.
• El perchero es de resina color hueso, réplica de un cuerno de ciervo dama, diseño de PLAN. El placard es de madera enchapada, combinando dos maderas, wengue e incienso, los herrajes de piedras fueron hechos con piedras del cañadón del mismo lote, cada una obviamente es distinta a la otra.
• Aplique de pelotitas, de PVC fundidas, diseño de TRAMANDO. EL EXTERIOR • Deck de acceso de madera de lapacho, al igual que las puertas de entrada, los manijones son de aluminio fundido en color natural terminación arenado, diseño PLAN. La fachada está coloreada con una pintura texturada color piedra de Jerusalén.
PARA CONTACTARSE:
Proyecto de arquitectura y diseño interior “PLAN Arquitectura” de Mauro Bernardini y Cecilia Timossi
www.planarquitectura.com.ar o bien escribir a info@planarquitectura.com.ar LAS ESCALERAS • Una de las piezas de arquitectura preferidas en este proyecto es la escalera : está revestida con madera de incienso maciza en sus alzadas y lleva un pasamanos también de la misma madera. • La escultura del hall central es de alambre de fardo. Son ovillos de alambre y el artista que la presenta es Juan Voulliez quien la realizó en exclusiva para Esplendor de Calafate. EL ENTORNO, UNA POSTAL Por su superficie de 1.560 m2, el Lago Argentino es el más grande de Argentina y el tercero en Latinoamérica. El color especial de sus aguas se debe a un fino producto de la unión de los glaciares. Su profundidad varía entre los 35 y 1000 metros. |
