| En griego se dice ‘oikos’ para hacer referencia a la casa. Pero su significado es mucho más que una simple edificación, es el lugar donde se vive, las personas con quien se habita, el refugio, el paraíso soñado. Con su ‘oikos’ ideal en la mente, una familia neuquina recurrió al estudio de arquitectura IAG (Ibarroule-Aprea-Gradel) para que transformaran este sueño en realidad. Poco a poco las premisas de los clientes se fueron uniendo a formas y propuestas de los arquitectos y plasmando en el proyecto final que se construiría en un club de campo en cercanías de Neuquén capital. Bloques de hormigón a la vista, un programa de necesidades preciso, un estar amplio, dormitorios en planta alta, visuales hacia la cancha de golf y el horizonte de las bardas, escenifican los esquemas previos, las líneas precisas, el partido contundente y la idea de volúmenes en contrapunto. A partir de allí, los arquitectos lograron una casa de 350 metros cuadrados divididos en tres cuerpos: el social, el de servicios y el núcleo de circulación vertical en contrapunto permanente, volumen/plano, horizontalidad/transparencia, imagen/cuadro, continuidad/fusión de temas, repetición/detalle. Todo con la luz natural como infaltable protagonista a través de enormes ventanales de vidrio fijo que rodean cada uno de los ambientes. Desde el acceso, la estructura invita a disfrutar de la vista de la piscina rodeada por el paisaje típico del norte de la Patagonia y las bardas rojizas que enmarcan el Alto Valle. A partir de él se ingresa al estar integrado, al comedor que a su vez se conecta con la cocina. Como en la mayoría de los ambientes, las formas regulares ayudadas por la mampostería de bloques de hormigón a la vista, aportan seriedad al sector aunque otros materiales como la madera y el vidrio le agregan una calidez que es incrementada por el mobiliario de madera y las luminarias de papel. Una original estructura de bloques cubre casi la totalidad de la pared oeste del estar, conteniendo los aparatos de entretenimiento a la izquierda y la estufa hogar a la derecha. Frente a ella los blancos sillones rodean una mesita doble de madera y vidrio cuyos dos componentes de formas regulares se encastran al estilo rompecabezas. En la cocina, el blanco y el cromo continúan con la línea despojada y moderna del hogar. En la isla se colocaron las hornallas enfrentadas a la pileta. La campana y las banquetas aportan las formas redondeadas, y las cortinas con transparencias sugieren una mirada indiscreta al exterior. En la primer planta se dispuso el sector privado de la familia con dos dormitorios más pequeños y uno principal con baño en suite, vestidor, lavabos y jacuzzi. Allí también se colocaron el escritorio y la biblioteca que se pintó con color ladrillo diferenciándola así del resto de las paredes. Desde afuera la casa es una moderna estructura de bloques de hormigón y vidrio pero la expresión de las piedras es reforzada por el contrapunto entre un material complementario como el hormigón visto y otro de textura y luminosidad contundente como el mosaico veneciano o venecita. Pero además de los materiales, una de las características que más impacta de la casa son los grandes cuerpos de hormigón que sobresalen de las paredes, casi flotando sobre la planta baja. El sistema de calefacción por radiadores, la carpintería de aluminio anodizado natural y el doble vidriado hermético en los enormes ventanales aseguran el confort terrenal de esta familia que encontró en la interpretación de sus deseos su refugio ideal. FICHA TECNICA • Ubicación: EL RINCON CLUB DE CAMPO – Neuquén– Patagonia • Superficie Total: 350 m2. • Proyecto y Dirección de Obra: Estudio IAG (Ibarroule-Aprea-Gradel Arquitectos SA) • Equipo de trabajo Estudio IAG: Jefes de Áreas: Arq. Analia Caballero Arq. Sebastián Costanzi Arq. Alejandra Devia Arq. Marcelo Lauro • Colaborador Dirección de Obra: Arq. Sebastián Costanzi PRIVADO Tanto en la cocina como en los ambientes más personales de la vivienda se escogieron paredes de tonos claros y luminosos. El color lo aporta el piso de madera natural y la pared de la biblioteca que se ubicó frente al estudio de trabajo. En el escritorio, el mueble se colocó frente a la ventana para dar un respiro natural a las labores diarias. AFUERA Formas y materiales se lucen en el exterior de la vivienda en una composición muy personal. Cuerpos de hormigón y venecitas apenas se apoyan sobre los cristales de la planta baja, como espiando el suelo. El contraste entre el gris hormigón y las rojas venecitas brillantes y luminosas da protagonismo a la conjunción de texturas. |