| Dos alas simétricas ofrecen sendas habitaciones en suite, una con dos camas chicas y otra con una matrimonial. En medio, un living amplio, con un hogar listo para ser encendido, ni bien los dueños anuncien su presencia. Los puesteros encargados del hermoso campo hace años que viven en el lugar y trabajaron para los distintos propietarios. Como guías expertos permiten que la casa sea recorrida por "eH!" y muestran su admiración por lo que sus patrones han desarrollado en este sitio de ensueño. El aprovechamiento de la luz es muy marcado y no han desperdiciado ni una mínima posibilidad de contemplar el paisaje que rodea la casa. Una barra separa el living de una cocina funcional, con todos los elementos necesarios para una cena agradable. La pared opuesta, donde se ubica un sofá cama previsto para el caso del arribo de huéspedes, permite observar una reducida muestra de elementos antiguos, muchos provenientes de la Cordillera. "Los patrones trajeron esas cosas desde Bariloche, donde viven", afirma la cuidadora del lugar. Los objetos aportan un detalle delicado e importante a la decoración de la casa, con un claro estilo de estancia. Una cabeza de ciervo observa todo desde lo alto. Enfrente se ubica la ventana que da hacia la galería externa y el parque. Una puerta situada a la altura de la cocina conduce al exterior. Ese espacio abierto y techado, realizado en madera, se atraviesa hasta llegar a los escalones que permiten descender hasta un extenso parque ahora un tanto amarillo, desde donde se observa una de las paredes de la meseta, una de las vertientes que conforma el arroyo Valcheta, un pequeño embalse con juncos que en verano se llena de aves y parte de la planicie misteriosa de esta región de la provincia. Mirando la casa desde el parque se divisa un estilo más rural y amplio que del otro lado. Se ven claramente las dos alas simétricas de la casa y se impone la enorme galería, donde se construyó una amplia parrilla apta para asados con la mejor carne de chivito y cordero, que en esta zona son un delicia imperdible. Los vinos tintos de la bodega ubicada sobre la barra no vienen mal para la ocasión, que seguramente debe ser una costumbre cada vez que los dueños llegan a este mágico sitio a ver cómo va su propiedad y, de paso, descansar en un lugar perfecto. EL LUGAR QUE HABITA LA MOJARRITA DESNUDA La meseta de Somuncura en mapuche "piedra que habla" es una formación esencialmente de origen volcánico. Las rocas que la conforman permiten el paso del agua de lluvia y el sitio, de enormes dimensiones se ha transformado a lo largo de las eras geológicas, en una suerte de esponjas que absorben agua y luego la dejan fluir a través de pequeños manantiales que nacen de las paredes. En Chipauquil "tierra blanca" hay varias nacientes de este tipo. Una de ellas está en el campo El Rincón. Un hueco entre las rocas permite que salga el agua ininterrumpidamente. Es invierno y el frío se hace sentir en el ambiente. Pero el manantial desprende una suerte de vapor. Al meter la mano se comprueba que el agua está cálida, agradable, con una temperatura que supera los 20 grados. Allí, veloz y provocando destellos al reflejarse la luz en el agua, se observan decenas de mojarritas desnudas una especie que se da únicamente en este sitio ya que es endémica de la meseta de Somuncura. Su nombre científico es Gymnoscharacinus bergii, y su nombre vulgar lo obtuvo debido a que se comprobó que no posee escamas. Está en riesgo y se ha transformado en una atracción para científicos de distintas partes del mundo. Solamente habita en los primeros metros de las nacientes, ya que allí el agua está más cálida y menos expuesta a la acción de potenciales depredadores. En esta paraíso hoy estuvo "eH!". | 
