El liderazgo, la autoconfianza y saber planificar son capacidades cada vez más deseadas por las empresas en sus trabajadores. Y estas son un conjunto de destrezas que puede ser desarrollado desde la escuela.

Ya no basta con saber para tener un buen trabajo y hacer una carrera laboral exitosa. También es necesario desarrollar ciertas habilidades sociales o "blandas", que pueden hacer una diferencia sustantiva en el sueldo que se gana en el trabajo.

Así lo muestra la Encuesta Retrospectiva a Jóvenes desarrollada por especialistas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Un estudio que forma parte de una amplia investigación que lleva adelante el BID, a nivel regional, para determinar cuáles son las habilidades que debe enseñar la escuela para garantizar que los jóvenes tengan una buena inserción laboral y un buen desarrollo en el mercado laboral.

"Con esta encuesta queremos entender cuáles son los factores determinantes en una transición exitosa de la escuela al mercado laboral", comenta Marina Bassi, especialista en el área social del BID.

El impacto en el sueldo

El análisis de los datos recolectados por el BID muestra que habilidades como saber planificar tareas, resolver conflictos, tener liderazgo y saber comunicar, así como confiar en las propias capacidades, tienen una influencia significativa en el sueldo de los jóvenes.

Las estimaciones hechas por Marisa Bassi junto con Sebastián Galiani muestran que el salario de un joven que posee estas habilidades blandas puede ser desde 6% hasta 10% mayor que aquel que no las tiene. Específicamente, en el caso de los hombres, esta diferencia fluctúa entre el 5% y el 9%, mientras en las mujeres es del 6% al 10%.

"Los primeros resultados nos sugieren que la educación media tiene un rol importante en el desarrollo de estas habilidades", comenta la economista.

Un dato que se corrobora con otro de los estudios desarrollados por el BID, en el que se preguntó a empresas que son referentes para los jóvenes cuáles son las características que buscan en un trabajador.

"Lo que dicen los ejecutivos es que faltan habilidades blandas entre los jóvenes: responsabilidad, compromiso con el trabajo, capacidades que ellos consideran claves a la hora de contratar a un trabajador", agrega.

Ejemplos de desarrollo de habilidades blandas no hay muchos. Pero Marina Bassi destaca el de algunas escuelas de Corea del Sur, que han empleado a profesores estadounidenses, porque tienen una estrategia pedagógica que apunta más a desarrollar la creatividad, el liderazgo y la autoestima.

"Lo que queremos es concluir con recomendaciones a los gobiernos de la región para motivar el desarrollo de habilidades blandas en sus escuelas", explica Bassi.

Respecto de las capacidades cognitivas (o intelectuales), la encuesta muestra que también tienen un impacto en el sueldo. "Sin embargo, nos cuesta distinguir su influencia de los años de educación. Sí pudimos determinar que impacta en la continuidad de los estudios en la educación formal".

En este aspecto, la educación preescolar y la familia tienen mucho que decir, afirma Bassi. "James Heckman, Premio Nobel de Economía, y Sergio Urzúa, investigador chileno, han encontrado que las habilidades cognitivas se desarrollan en la temprana infancia, de 0 a 6 años. Luego, el mensaje es que la estimulación temprana es muy relevante".

"Al BID le sirve saber esto, porque puede incidir en los programas educativos que tiene con los gobiernos de la región y ver de qué forma desarrollar de manera efectiva estas habilidades en los jóvenes".