La inflación es, sin dudas, uno de los principales factores que explican el deterioro del poder adquisitivo de la población, a pesar de los continuos ajustes de salarios que pelean los gremios de los trabajadores para salvar la situación.
Es por ello que las principales consultoras destacan el rol que cumplió el aumento de precios en los últimos años en los niveles de pobreza e indigencia del país.
La consultora privada Ecolatina, en base a sus propios cálculos estadísticos, estimó que la inflación alcanzó un 26,6% en el 2010, la cifra más elevada desde la devaluación del 2002.
Si bien este proceso es generalizado en la mayoría de los bienes y servicios de la economía, estas estimaciones destacan que cerca del 60% de la suba del período se explica por los incrementos en el precio del rubro Alimentos y bebidas, lo que más consumen los grupos sociales más carenciados.
En este contexto, la Canasta Básica Alimenticia (CBA), que mide la línea de la indigencia, en base a las mediciones hechas por Ecolatina se encareció un 31,8%. Ésta se ubica en 383 pesos para un adulto equivalente, 93 pesos por encima del valor de diciembre del 2009.
En términos de una familia de cuatro integrantes, el valor de la canasta alcanzó los 1.182 pesos en diciembre último, lo que representa un incremento de 285 pesos en el período.
Cabe destacar que la mayor parte de la suba se dio en los primeros meses del año. En efecto, impulsada por el "shock de la carne", la CBA se elevó un 14,5% entre enero y marzo, cifra similar a la observada durante el conflicto con el campo en el primer trimestre del 2008, momento en que creció un 14,8%.