El Banco Central de Brasil subió esta semana las tasas de interés, por primera vez desde julio, con la esperanza de contener una inflación que está en su nivel más alto en seis años. La entidad elevó las tasas en 50 puntos básicos hasta 11,25% anual.
La presidenta Dilma Rousseff y el nuevo jefe del Banco Central, Alexandre Tombini, quienes ocuparon sus nuevos cargos este mes, están bajo presión para mostrar a los inversores que pueden tomar medidas duras para contener los precios. "El Copom decidió, por unanimidad, elevar la tasa Selic a 11,25%, sin tendencia, dando inicio a un proceso de ajuste de la tasa básica de interés, cuyos efectos, sumados a los de acciones macroprudenciales, contribuirán para que la inflación converja para una trayectoria de metas", comunicó la entidad oficialmente.
La decisión trae sus riesgos, ya que las tasas brasileñas son de las más altas del mundo. Esto puede provocar el efecto secundario de fortalecer aún más al real, que para muchos analistas está sobrevaluado. Si la tasa Selic sigue subiendo en transcurso del año, como esperan, también se restringiría la bonanza en el crédito de consumo que está en el corazón de la reciente prosperidad de Brasil.