Barack Obama y el presidente de China, Hu Jintao, se encontrarán el miércoles en una reunión en la que el dirigente estadounidense volverá a presionar al asiático para que cambie su política con respecto al yuan y dinamice su demanda interna.
Las expectativas del mercado están puestas en que China profundice la apreciación del yuan. El gigante asiático está cumpliendo lentamente su promesa de reducir su superávit comercial con Estados Unidos, pero la estructura del comercio global y las políticas para fomentar las exportaciones harán que permanezca esta brecha por un largo tiempo, lo cual mantendría tensa la relación bilateral.
Esta divergencia -plasmada en una reducción del superávit total de China pero en un aumento del desequilibrio en la balanza con Estados Unidos- fija el escenario para una conversación potencialmente frustrante en materia de comercio cuando el presidente chino, Hu Jintao, visite Washington.
"Estados Unidos tuvo déficit comercial con 92 países en el 2009. Por lo tanto, no sólo tiene problemas con China y eso tiene poco que ver con el yuan", afirmó Zhou Shijian, académico del Centro para las Relaciones Chino-estadounidenses en la Universidad Tsinghua de Pekín.
Los analistas anticipan que Hu Jintao no aceptará las presiones de Obama sobre el tipo de cambio pero parte de las expectativas está puesta en la decisión de China de abrir aún más las inversiones para este inmenso mercado.
Por ahora el mundo se conforma con que China no deje de consumir a las tasas en que lo está haciendo, no así Estados Unidos, que pide más para revertir los indicadores de su economía.
Obama es consciente de que China también está complicada "con la trampa del dólar" debido al tamaño de sus reservas en esta moneda, lo que limita las opciones de diversificar sus tenencias mediante la salida de bonos estadounidenses porque eso golpearía el valor real de su cartera.
(Redacción Central)