Las cuentas públicas volvieron a encauzarse este año producto del crecimiento económico que vivió el país. Sin embargo, las reformas estructurales necesarias para sostener el modelo no se hicieron presentes y todo indica que hay muy pocas chances de que en el 2011 exista la decisión política de hacerlo.
Si no se corrigen los desvíos, es probable que se profundicen los problemas de redistribución del ingreso. Este año, tal como lo señala la nota central de este suplemento, crecimos al 8% anual pero con más pobreza e indigencia. Esto claramente demuestra que el modelo K ya perdió toda posibilidad de "derrame" hacia los estratos sociales más necesitados.