Los gobiernos de varios países del mundo siguen invirtiendo miles de millones de dólares de los contribuyentes para rescatar a la banca y el sistema financiero.
Las bolsas toman suculentas ganancias y respiran aliviadas, pero nadie se ha sentado a evaluar los verdaderos costos que acarreará a la economía real esta ayuda a los bancos que comenzó a implementarse hacia fines del 2008. Los defensores de estas estrategias de megainyecciones de dinero al sistema aducen que sin la intervención del Estado los problemas de la economía del mundo tenderían a profundizarse. Pero lo que muchos analistas están observando es que el rescate del sistema financiero no llega a la economía real. Las industrias de los países afectados no se recuperan, el desempleo no cambia su tendencia y, contra lo esperado por los defensores del intervencionismo, los papeles de estas mismas empresas que están en crisis en los balances de su economía real muestran alzas históricas en las bolsas del mundo.
¿Qué tiene que ver esto con los ahorros? Mucho.
Aquellos que tienen la posibilidad de invertir deberían comenzar a ser más selectivos a la hora de ingresar al mundo de las acciones. Para muchos analistas es momento más de "salir" que de "entrar" en este complejo mundo donde uno puede volverse millonario o perder todo en semanas. El dinero que están colocando los bancos centrales de los países desarrollados en el sistema financiero -inclusive el último rescate para la banca de Irlanda- está generando burbujas en determinados segmentos de la economía que, para muchos operadores del mercado, están totalmente a la deriva. En este nuevo escenario difícilmente el mundo no ingrese en un proceso de desarrollo con alta inflación.
¿Dónde refugiarnos? Antes de fin de año el mercado comenzaría a dar señales del norte que llevará la economía del mundo y entonces aparecerán algunas de las respuestas para este interrogante.