La Reserva Federal de EE. UU. oficializó el miércoles un controvertido plan de estímulo que le permitirá inyectar u$s 600.000 millones en el sistema para abaratar los préstamos e impulsar la lánguida recuperación del país.
El plan, según anunció esta semana el Comité de Mercado abierto de la Fed tras dos días de reunión, consistirá en la compra de bonos del Tesoro desde ahora hasta junio del 2011, a razón de unos u$s 75.000 millones por mes. Tal cual lo anunciado semanas atrás en estas mismas páginas, la decisión de la Fed impulsó los valores de las acciones en las plazas mundiales y el dólar volvió a presionar sobre el resto de las monedas (ver foto, suplemento Económico página 8 del 17 de octubre).
En la práctica, esta iniciativa de la Reserva Federal, que se denomina "expansión cuantitativa", supondrá que la Fed imprimirá u$s 600.000 millones para adquirir deuda pública, con el objeto de bajar los tipos a largo plazo para que la gente consuma más y las empresas puedan endeudarse y contratar. Cuando existe mucha demanda de deuda pública, se produce un aumento del precio de los bonos, pero un descenso de la rentabilidad ofrecida, que se mueve de forma inversa al precio.