La muerte de Néstor Kirchner fue interpretada, como en la política, también por los mercados. No se podía esperar otra cosa. Era un hombre público y con mucho poder en el país. Los mercados no podían quedar fuera de escena.
Al conocerse el fatal suceso la bolsa local no se encontraba abierta por el feriado decretado para la realización del censo nacional. Sin embargo, las distintas plazas del exterior tomaron nota de la noticia.
En general, los primeros en reaccionar ante hechos que afectan el normal desarrollo de una sociedad, para bien o para mal, suelen ser los mercados. Pasó con la caída de las Torres Gemelas, con la invasión a Irak, con los cambios de gobierno y, como no podía ser de otro modo, con la muerte de Néstor Kirchner.
A sólo minutos de darse a conocer oficialmente el fallecimiento del ex presidente, los activos argentinos en el mundo pegaron un salto importante. Bonos, títulos y acciones criollos que cotizan en los mercados externos mejoraron sensiblemente sus cotizaciones.
Esto es una buena señal. El mensaje es que las expectativas del mercado sobre las variables macro de la Argentina están firmes y que la salida del ex mandatario del mundo político del país no va a afectar negativamente la economía argentina, por lo menos en lo que al corto plazo se refiere. Las expectativas son buenas y el futuro, con certidumbre. Esa fue la interpretación de la salida de Néstor Kirchner.
Preocupación debería existir si los activos hubiesen tenido una reacción negativa en el mercado. Eso hubiese acentuado las dudas de algunos sobre el rumbo del modelo económico argentino.
Tanto los bonos como los títulos públicos y las acciones mostraron mejoras de hasta el 18% al cierre del día posterior al feriado por el censo nacional, coincidente con la muerte de Néstor Kirchner. Luego hubo un reacomodamiento de las cotizaciones, pero el resultado siguió siendo positivo en los tres días de duelo en el país.
Claro que las subas de las cotizaciones acompañan un contexto en que los mercados emergentes, incluida la Argentina, siguen siendo los principales receptores de la liquidez existente en el mundo. (R. Central)