Violencia. La última no fue una semana más para los empresarios. En la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA) se observaron muchas caras de gran preocupación con la tendencia violenta en algunos sectores de la sociedad argentina.
Los popes de la producción local miran con mucha desconfianza lo que está pasando con los gremios, entre sindicatos antagónicos.
"Esto no es nada bueno. La Argentina tiene una larga historia de enfrentamientos internos, de disputas, de peleas, tiros y muerte", resaltó uno de los vicepresidentes, al analizar la noticia de la muerte del integrante del PO y estudiante, Mariano Ferreyra.
Y buscó un tono de consenso. "Debemos encontrar la forma de parar el accionar de patotas sindicales. Esto es algo que está creciendo cada vez más y que podría resultar muy explosivo en el corto plazo", señaló el mismo directivo.
"Hay un exacerbado gremialismo que empieza a complicar muchísimo el panorama. Esto puede tener consecuencias graves a partir del próximo año", agregó otro dirigente industrial.
Presión de la CGT. En algunos sectores del establishment local ya no se sorprenden por nada. Allegados a la Asociación Empresaria Argentina (AEA) admitieron que tienen información que la cúpula de la CGT, comandada por Hugo Moyano, va a intentar en los próximos meses que el gobierno instrumente algún mecanismo para dejar sin efecto la desregulación de las obras sociales.
"En realidad esto es algo que desde la CGT vienen presionando, pero ahora me parece que el lobby va a ser mucho más fuerte", resaltó uno de los dirigentes de AEA.
El punto central es que la gente de Moyano buscaría que haya una eliminación de la desregulación de ese mercado para generar que las obras sociales retomen la posición dominante en el mercado de la salud.
"Esto es algo retrógrado que no favorece en nada para tener una mejor prestación de salud en el país", concluyó un dirigente de AEA.