A falta de una mejor opción, los inversionistas de todo el mundo se lanzaron en una loca carrera por comprar oro, lo que quedó demostrado el pasado miércoles cuando el precio del metal impuso un nuevo récord al cerrar por encima de los 1.290 dólares la onza.
Los incrementos llegaron después de que la Reserva Federal estadounidense (Fed) sugiriera que dejaría las tasas de interés en un nivel históricamente bajo y podría estar abierta a emitir más dinero para estimular a la débil economía.
Tras las noticas, el dólar bajó y los grandes fondos de inversiones recurrieron al oro como refugio.
"La declaración de la Fed significa que es hora de comprar oro", dijo Allen Sinai, economista global jefe de Decision Economics Inc. en Nueva York, al mismo tiempo que pronosticó un precio de 1.500 dólares la onza para un futuro no muy lejano. "Ajustado a la inflación, aún está barato, por más extraño que suene", dijo Sinai.
Los inversionistas están utilizando cada vez más el oro como respaldo contra la inflación económica y contra las caídas del mercado bursátil. "Para protegerse contra la inflación, la deflación, la debilidad del mercado de valores y potenciales problemas de divisas, en otras palabras, si usted quiere cubrirse de las incertidumbres financieras, sólo hay un portafolio que le servirá en todas las estaciones y en la mayoría de las circunstancias, esto es las monedas y lingotes de oro", declaran los expertos en oro de EE. UU.
Sin embargo, los expertos advierten sobre la conversión de todos los activos en lingotes de oro o monedas y sugieren limitar las participación entre el 10 y el 30% de los activos.
"No se puede abordar la tenencia de oro de la misma manera en que usted adquiere acciones o inversiones inmobiliarias. En qué momento debe adquirir no es el verdadero problema, la primera pregunta que necesita hacerse es si cree que necesita el oro o no ", advirtieron los especialistas de oro.
En los últimos ocho años el precio del oro se ha multiplicado por cuatro, lo cual, según algunos especialistas, tiene que ver con la preocupación de muchos inversionistas que buscan una protección contra la devaluación de las divisas, principalmente el dólar.