La economista y consultora María Castiglioni Cotter fue contundente al considerar que el proyecto de presupuesto para el próximo año subestima las proyecciones para tener más recursos que los previstos y así tener más plata para aplicarla en forma discrecional.
"Esto es altamente inflacionario", resaltó la economista. A continuación, sus principales conceptos.
-¿Cuál es su opinión acerca del proyecto de presupuesto 2011?
-Esto es como todos los años. Salvo el año pasado que terminaron acertando con las proyecciones porque hubo recesión, el resto siempre fue un simple ejercicio y nada más. El tema es subestimar las cifras. ¿Qué significa? Calcular menores ingresos, se estima un gasto menor, luego los ingresos son más elevados que los previstos inicialmente, y allí logran más recursos para poder gastar en forma discrecional. Entonces con el mecanismo de subestimar todo por inflación, ellos tienen un enorme margen ya que durante el año cuando ponen los números de ingresos, por efectos de inflación, es mucho mayor y esa plata extra la asignan con fines políticos. Es una gran discrecionalidad.
-Esta trampita no empezó ahora sino que viene desde hace unos años, ¿no?
-Sí, eso empezó hace mucho, lo que ocurre es que la diferencia entre la inflación real y la estimada es cada vez más grande. En la etapa de Lavagna empezó la idea de ser muy cautos con el crecimiento de la economía, pero eso no era malo, porque uno no se puede jugar que el PBI va a crecer 8% y luego la economía crece menos. Tiene gastos comprometidos por más y no se pueden pagar, que era lo que pasaba en los 90. Ahora, si a esto se el suma que la diferencia inflacionaria es cada vez más grande, estimando que el costo de vida va a ser 8,9% mayor y en realidad es de casi el 30%, estamos en una mentira total.
-Es decir que es un mejor ejercicio de formalidad.
-Sí, y además con algunos puntos muy oscuros. Por ejemplo, hay fondos fiduciarios para hacer obras y dos de esos fondos se van a financiar con aumento de tarifas, que no aclara cómo va a ser la alícuota, ni quién lo va a pagar, es decir: muy incierto. Se están inventando cosas para que el propio gobierno defina dónde se va a gastar. En definitiva, con este proyecto de ley buscan asegurarse la libertad de poder tener mucha más plata en forma discrecional con fines meramente políticos. Y después está el tema de que se amplía la utilización de las reservas del BCRA para cancelar deuda, que eso implica otra vez más inyección de inflación. Calcular, además, un superávit fiscal de 2,5 puntos del PBI es un dibujo total.