Los jóvenes españoles están atravesando uno de los momentos más difíciles de su vida laboral. Así lo destaca la sección Pre-parados del diario "El País" de España, el cual intenta "trazar el perfil de una generación, los menores de 30, que se han visto arrasados por la crisis", destaca en su sección en la web, y que al mismo tiempo permite ofrecerles una suerte de contención ante este difícil momento.
Pre-parados genera debates entre lectores, periodistas, especialistas y los mismos perjudicados por una de las crisis más grandes que está atravesando el Viejo Continente. Entre los escritos se destaca que la problemática de la población entre 20 y 30 años de edad es la falta de empleo, especialmente estable y bien remunerado, desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en el 2008.
Estos jóvenes aprovecharon el auge económico español en la primera década del siglo XXI, cuando muchos de ellos decidieron dejar sus estudios secundarios y universitarios para embarcarse de lleno en el mercado laboral y sacar rédito de la gran demanda laboral que impulsaba, especialmente, el sector construcción. Incentivados por los buenos sueldos que ofrecían las firmas, los jóvenes no dudaron al momento de dejar sus estudios para tomar la decisión de comenzar a trabajar, incluso amparados por sus propias familias. En ese entonces los jóvenes podían alcanzar los 2.000 y 3.000 euros al mes.
Con la llegada de la crisis en el año 2008, y luego de casi 10 años de mucho trabajo, pasaron "de ganar 2.000 euros al mes y pagar 500 de hipoteca a cobrar 400 y tener que pagar 920", comenta uno de los jóvenes que participa de la sección de Pre-parados.
El principal problema que atraviesa gran parte de esta juventud española es que ahora se han quedado sin empleo y con pocos -o ningún- certificado académico que los ayude a insertarse en otros sectores de la economía. Según datos de la Encuesta de Población Activa, entre el 2007 y el 2009 el paro ha aumentado mayormente en la población con menor calificación: entre las personas que se quedaron con el título de graduado escolar o en la primera de la etapa de educación secundaria, se perdieron 526.000 puestos de trabajo; de ellos, 398.000 (el 76%) eran jóvenes menores de 29 años. En el caso de los chicos, la pérdida de empleos se localiza fundamentalmente en la construcción (casi el 40%). Los jóvenes desocupados reconocen que sólo con el título de graduados el rango de posibilidades de encontrar nuevo trabajo es muy limitado. Es por ello que el Fondo Social Europeo a través de la Junta de Andalucía ofrece un curso de módulos de imagen y sonido, cuyas prácticas les garantiza trabajo durante año y medio en actos vinculados al Ayuntamiento a cambio de 400 euros al mes. Los programas de formación para el empleo que ofrecen las comunidades autónomas están muy orientados a ocupaciones para las que, se supone, ahora hay más salidas. Por eso, en los programas del 2010 de la Junta de Andalucía se han eliminado todos los cursos que tengan algo que ver con la construcción. El subdirector estatal de Estrategias de Empleo advierte: "La gran incertidumbre ahora es reconocer cuál es el itinerario que hay que seguir hasta el cambio del modelo productivo. Hay que crear condiciones en las que empiecen a aparecer ocupaciones que requieran nueva mano de obra. Identificar eso es el reto más importante que tiene España. Es donde el país se juega el futuro".
Compartir departamentos con otros jóvenes, atrasar las fechas de casamientos y de compromisos con sus parejas y retrasar la edad de emancipación son algunas de las respuestas que se comienzan a notar entre estos jóvenes. Por mencionar un ejemplo, las búsquedas de gente para encontrar compañero para compartir piso han aumentado un 95% en el último año. El precio promedio por un cuarto ronda los 353 euros, mientras que los empleos a los que pueden acceder no superan los 1.200 euros al mes, destaca la sección de Pre-parados. Es por ello que el Ministerio de la Vivienda ofrece distintas ayudas para afrontar el costo del alquiler: 210 euros mensuales durante cuatro años a los jóvenes de entre 22 y 30 años con ingresos inferiores de 22.000 euros brutos al año, alcanzando la medida a 213.257 jóvenes beneficiarios.
Pero la crisis no sólo perjudicó a los menos preparados en estudios sino que los más capacitados también se ven perjudicados. Profesionales con posgrados y doctorados en especialidades también están sufriendo el proceso de sucesión de contratos temporales o becas, salarios que a menudo no se acercan al mileurismo, falsos autónomos, pagos en B para esquivar la cotización, contratos que terminan en julio y se renuevan en septiembre... El 42% de los trabajadores entre 20 y 30 años tiene un contrato temporal. Y de los temporales es de los que antes prescinden las empresas en tiempos duros. (R. Central)